Ábaco, calculadora y hasta los propios dedos de las manos emplean los partidos políticos por estas horas en el conteo de los votos que necesitan para no perder poder en la Legislatura, cuando el próximo 23 de octubre se renueven las bancas de diputados y senadores provinciales. La Unión Cívica Radical (UCR) y el Partido Demócrata (PD) son las fuerzas que más bancas ponen en juego, pero con un pronóstico que parece ser diferente para ambos. Mientras el radicalismo está confiado porque obtuvo el primer lugar cómodo en las primarias nacionales de agosto (PASO), los demócratas podrían perder más bancas que en la elección de 2011, en la quedaron con escasa representación legislativa. El justicialismo arriesga menos espacios que los radicales pero presenta pronóstico reservado, debido a que salió segundo en agosto pero con el 18% de votos menos que la UCR. El Frente de Izquierda podría tener representantes en la casa de las leyes.

Como cada dos años, la mitad de quienes integran las cámaras termina su mandato y, por el voto popular, se eligen reemplazantes. Diputados tiene 48 integrantes y el Senado, 38; por lo tanto, hay 24 y 19 legisladores, respectivamente, que dejarán sus bancas. Se trata de quienes ocupan esos espacios desde la elección de 2009, hace cuatro años, que es lo que dura un período legislativo (claro que hay legisladores que van o han ido por la reelección).

El radicalismo renueva muchas bancas porque son aquellas que ganó cuando fue bajo el sello del Frente Cívico Federal, esa alianza de partidos que conformó junto con el ARI y el peronismo disidente con un estandarte: el ex vicepresidente Julio Cobos (quien hoy encabeza las listas de candidatos a diputados nacionales del radicalismo). Se trató de la 503, la de “la gente de Cobos”, quien un año antes había roto con el Gobierno nacional tras anunciar su “voto no positivo” a la resolución 125, que establecía un sistema de retenciones a las exportaciones agropecuarias y que había generado mucho descontento en esos sectores sociales y productivos. En esa oportunidad, el radicalismo no ganó muchas más bancas de las que traía, pero sí fueron muchas en relación con las que hoy tiene.

En el Senado, y sin tener en cuenta las diferencias internas de la UCR que han generado dos bloques (el de la UCR oficial y el que tiene disidencias con la conducción partidaria, ligado al ex gobernador Roberto Iglesias), los radicales son 13. De esos, se van 8: el ex vicegobernador Juan Carlos Jaliff (quien pretende renovar su banca); Ana Copoletta (una mujer de Causa que representa al primer distrito electoral porque es de Capital); Omar Dengra y José Abel (ambos del Este); los godoicruceños César Biffi (ex intendente) y Daniel Vílchez (muy crítico del presidente del partido, Alfredo Cornejo), y los sureños Armando Camerucci (que va segundo en el listado de candidatos a senadores por el Cuarto Distrito y, de repetirse el resultado electoral de las PASO, ingresa sin problemas) y Walter Sanz.

En Diputados, de un total de 20 (también hay dos bancadas), se van 12. Liliana Vietti (una legisladora cercana al iglesismo que durante mucho tiempo fue vocera de su bancada en temas contables y que en los últimos años ha tenido una postura firme en temas vinculados al género, como aborto no punible); Omar de Miguel (quien este año presentó un polémico proyecto para que todos los barrios tengan cámaras de seguridad de manera obligatoria); Néstor Parés (un hombre ligado a Cornejo que va por la renovación de su banca); la capitalina Marta Yazenco (cuestionada por un informe de una ONG por no haber presentado ningún proyecto durante el primer año de su mandato; los maipucinos Edgardo Pintos y María Rosa Lemos; Luis Petri (quien va tercero en la lista de candidatos a diputados nacionales); José Barrigón (ligado al ex intendente de Tunuyán Eduardo Giner, quien este año apuesta a una banca en el Senado); Teresa Maza (quien, al igual que Vietti, se apartó del bloque oficialista); el godoicruceño Daniel Di Martino y los sureños Alejandro Limas y Humberto Montenegro.

Sin embargo, la UCR tampoco se juega tantas bancas como hubiera sido el caso si no se hubieran ido de los bloques (tras la desaparición del Frente Cívico), la ex arista Alejandra Naman (quien hoy forma parte de Nuevo Encuentro, que es un partido aliado al Gobierno Nacional), los peronistas disidentes Guillermo Amstutz y Sergio Montes (los tres del Senado), y la diputada Patricia Guitiérrez (Unidad Popular).

El justicialismo (que salió segundo en las PASO pero lejos del radicalismo, que le ganó por el 18%, de acuerdo al escrutinio final) arriesga menos bancas pero tiene que hacer una buena elección para asegurarlas. En el Senado terminan su mandato 6 de sus 16 legisladores. Quienes se van son Ignacio Ortigala (cercano al intendente de Guaymallén y candidato a diputado nacional por el Frente para la Victoria –FPV– en primer término, Alejandro Abraham); Andrés Da Rold y Leonardo Giacomelli (cuyas bancas peligraron durante estos cuatro años porque la justicia –incluso la Suprema Corte este año– se pronunció varias veces en contra de que se sumaran los votos de las colectoras por las que habían llegado); el sanrafaelino Germán Gómez (quien reporta a los hermanos Félix); el alvearense Sergio Vendramín y la presidenta provisional del Senado, la maipucina Miriam Gallardo. En Diputados, en tanto, se van 7 de los 20 que conforman su bancada. Son la lasherina Sonia Carmona (del espacio político del intendente Rubén Miranda); Gustavo Arenas (de Guaymallén); Rita Morcos (San Martín, cercana al intendente Jorge Giménez); Alejandro Viadana (Maipú, reporta al intendente Alejandro Bermejo); Norma Moreno (Tupungato, ex concejal); la sanrafaelina Silvia Ramos; el malargüino José Muñoz (quien reemplazó a Alberto Recabarren cuando este se convirtió en el titular de la Osep y está ligado al ex gobernador Celso Jaque). Que el Partido Justicialista no tenga tantas bancas para perder se debe a que no hizo una buena elección en 2009. De todas maneras, si se mantiene la diferencia que la UCR le sacó en las PASO (el 44% de los votos contra el 26% del FPV), el peronismo podría perder bancas.

El PD está en una posición muy complicada. En las PASO sacó (junto a su aliado, el PRO) el escaso porcentaje del 6, 81%. Así quedó cuarto, detrás del Frente de Izquierda encabezado por Nicolás Del Caño, a quien ya algunas encuestas lo ubican como un firme candidato al Congreso. Más allá de que con este panorama los demócratas no renovarían la banca que deja Omar De Marchi en el Congreso nacional (y tendrían como único representante a Roberto Pradines), el problema está en la Legislatura y, probablemente, en los concejos deliberantes. En el Senado, los únicos dos legisladores que tienen dejan la banca. Carlos Aguinaga (quien fue como candidato a diputado nacional en las PASO pero perdió) y el demarchista Ernesto Corvalán terminan su mandato. De repetirse el resultado electoral de agosto, se quedarían sin representante en la Cámara alta. En Diputados el panorama es mejor, aunque no deja de ser preocupante para esa fuerza. De los cinco legisladores que conforman la bancada, terminan mandato el lasherino Aldo Vinci, el lujanino Hugo Babolené y el sureño Aníbal Ríos.

El Frente de Izquierda y de los Trabajadores podría lograr algo histórico: tener un representante en el Congreso pero, además, de repetir los números de votos que obtuvo en las PASO, tendría un diputado provincial por la primera sección electoral. Si ese número de votos es mayor, el FIT también tendría representante en el Senado por el mismo distrito. Lo mismo ocurría en algunos concejos deliberantes del Gran Mendoza, donde el Frente de Izquierda podría obtener al menos una banca.

Senado: se renuevan 19 bancas. Terminan su mandato 8 UCR; 6 PJ; 2 PD; 1 Nuevo Encuentro; 2 Unidad Popular.

Diputados: se renuevan 24 bancas. Terminan su mandato 7 PJ; 12 UCR; 1 Nuevo Encuentro; 3 PD; 1 Unidad Popular.

¿Cómo se asignan las bancas según la cantidad de votos?

La Provincia, como la Nación, utilizan el Sistema D'Hont de distribución proporcional, que reparte los cargos electivos en forma definitiva cuando ya se tiene el total de los votos válidos emitidos.

En el caso de los diputados nacionales, de los que se renuevan cinco cargos por Mendoza, se toman los cinco cocientes mayores (resultan de los cinco partidos que más votos han obtenido) y de esos cinco se elige el menor, que será utilizado como divisor común. El total de votos de cada partido se divide por ese cociente, y el resultado es la cantidad de bancas que le corresponde.

Los votos en blanco no se consideran válidos, al igual que los nulos y anulados. Se deben contabilizar entonces solo los votos positivos de cada partido.