Lecciones para soñar con las estrellas

Adriana Ocampo Uria es una de las profesionales que expuso en el Séptimo Congreso Mundial de Juventudes Científicas, que se realiza en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNCUYO y que continuará hasta el sábado. Pidió a los adolescentes que persigan sus sueños y a los grandes, que los incentiven. 

Lecciones para soñar con las estrellas

Especiales

Verónica Gordillo

Publicado el 06 DE NOVIEMBRE DE 2014

Cuando era una niña y vivía en la localidad de Carapachay, en Buenos Aires, Adriana Ocampo Uria se subía al techo de su casa a mirar las estrellas. Acostada panza arriba y con la única compañía de su perro Tauro, disfrutaba del espectáculo, se preguntaba quién vivía en esos puntitos brillantes, cómo sería el lugar, qué significaban esas manchas. Hoy, Adriana sigue soñando con las estrellas, pero ahora desde la NASA, donde trabaja en la División Ciencias Planetarias y es una de las científicas de la iniciativa Nuevos Horizontes, que proyectó el viaje de la nave que llegará a Plutón en julio de 2015 y que obtendrá información que podría cambiar lo que nos enseñaron hasta ahora sobre el sistema solar.

Esta colombiana, que nació en Baranquilla, vivió hasta los 14 años en Argentina y luego se instaló en Estados Unidos, fue una de las investigadoras que expuso en el Séptimo Congreso Mundial de Juventudes Científicas, que se realiza en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNCUYO y que se extenderá hasta el sábado.

La investigadora es parte del programa Nuevos Horizontes, de la Nasa, que proyectó el viaje de una nave que llegará a Plutón en 2015.

La doctora en Ciencias Geológicas le habló a un auditorio colmado de estudiantes secundarios, de profesionales y científicos, y para todos tuvo un mensaje. A los chicos les pidió que nunca se dejaran convencer de que no podían, o que algo era imposible, que sólo siguieran sus sueños y que trabajaran siempre en equipo; a los grandes les recalcó la importancia de divulgar la ciencia y de incentivar a sus hijos e hijas en este camino que describió como una aventura.

Adriana contó su historia, una muestra de la importancia que tienen los padres en la vida y las decisiones de sus pequeños. Recordó que su mamá Teresa –maestra y su papá Alberto técnico en electricidad la acompañaron y la incentivaron siempre: cuando subía al techo a mirar las estrellas, cuando construía naves espaciales con las ollas y cuando sacaba las herramientas para hacer un robot. 

Cuando llegaron a Estados Unidos y ella no pidió ir Disney sino a la NASA, también la acompañaron. No paró hasta ingresar como  voluntaria en el centro que el organismo tiene en Pasadena, California. Cuando terminó la secundaria ingresó a la carrera de Ingeniería Aeroespacial, pero con el tiempo se dio cuenta de que no quería subir a la nave, sino entender la información que captara, por eso estudió Geología Planetaria.


Una aventura

Ocampo Uria, quien en 1992 fue distinguida con el premio “Mujer del Año de las Ciencias” en Estados Unidos y a quien la revista Discovery calificó como una de las 50 profesionales más destacadas en la tecnología y la astronomía, es una científica que habla en lenguaje coloquial, nada de palabras difíciles. Dio a los presentes detalles del proyecto Nuevos Horizontes, les explicó la importancia de conocer nueva información sobre el sistema solar y les pidió que se sumaran a la aventura, a través de la página de la NASA sobre la iniciativa.

La científica contó que Plutón fue descubierto en 1930 por un granjero al que le gustaba mirar las estrellas, Clyde Tombaugh; que primero se lo consideró un planeta y luego se lo calificó como un cuerpo celeste que al pasar alrededor del sol podía barrer sus propias partículas. Mostró las mejores imágenes que la NASA logró de Plutón, dijo que era una masa rocosa que en los últimos 4 mil años perdió un tercio de su hielo, que parecía ser producto de un gran impacto y que tenía cinco lunas orbitando alrededor.


Ocampo Uria explicó que Plutón sigue siendo un enigma y que la nave que fue lanzada en 2006 y llegará a destino en julio de 2015 permitirá responder muchas preguntas; tantas, que hasta puede cambiar la información que aparece en los manuales sobre el sistema solar. 

Los chicos abrieron los ojos cuando la científica les mostró imágenes de la nave que construyó un grupo de estudiantes. Contó que tenía el tamaño de un piano, que era la más rápida que el hombre había construido hasta ahora (30 kilómetros por segundo), por eso la describió como “la Ferrari” del espacio. También les comentó que usaba baterías isotópicas (que tienen una pequeña cantidad de plutonio que emite calor), que gastaba muy poco, sólo 200 KW (cuando para secarnos el pelo utilizamos unos 1.000 KW), que llevaba muchos instrumentos a bordo para recolectar información, entre ellos una cámara de altísima definición (Lorri) y que si estuviera orbitando la tierra permitiría ver los vehículos.

En su charla, la científica también habló de las dificultades que enfrentó el proyecto, ya que lo suspendieron en muchas oportunidades por falta de fondos. Comentó que sólo la persistencia del grupo de trabajo (formado por unos 200 profesionales, entre los cuales hay muchas mujeres), hizo que saliera adelante y finalmente lograron lanzar la nave que permitiría recabar información vital. 


El desafío latinoamericano

Luego de la charla, la científica habló con EDICION UNCUYO. Brindó detalles de la misión Nuevos Horizontes, habló sobre las posibilidades que tiene Latinoamérica para desarrollarse en este campo, sobre la importancia del lanzamiento del Arsat y sobre la necesidad de cambiar los preconceptos respecto de la ciencia.

¿Cuál es la importancia de esta misión a Plutón?

Lo importante de la misión Nuevos Horizontes es amplificar las perspectivas, ampliar el conocimiento. Esta misión es parte de Mendoza, es parte de la humanidad, esta nave espacial es nuestra embajadora al espacio y a los límites de nuestro sistema solar, es patrimonio de todos, todos tienen que saber un poquito sobre la misión a Plutón y queríamos venir a compartir ese conocimiento, esa información, para que nos acompañaran en esa aventura de exploración que la nave está cumpliendo.

¿Cuál es la realidad de Latinoamérica respecto de la posibilidad de hacer este tipo de misiones?

Pienso que lo importante es la colaboración. En nuestros países hay muchísimo talento, mucho conocimiento e innovación, dado incluso por nuestras necesidades, que nos hacen más innovadores porque tenemos que hacer más con menos. Si nos unimos como región, como latinoamericanos, podremos llegar a formar un consorcio para colaborar y que todos contribuyamos para llegar a hacer naves espaciales que puedan viajar a otros planetas.

¿Existen avances concretos en este sentido?

Sí, hay avances en el sentido de tratar de lograr esta colaboración. Las Conferencias Espaciales de las Américas fueron uno de los primeros pasos que se tomaron en ese sentido, es un foro colaborativo en el área espacial. Estas conferencias se realizan hace más de una década y ya se está buscando la sede para la próxima. También se está dialogando sobre la posibilidad de hacer un consorcio entre Brasil, Argentina, Colombia y otras naciones latinoamericanas, para colaborar en proyectos específicos de exploración espacial. Ya el diálogo está, se están dando los primeros pasos y pienso que uno de los mejores ejemplos que tenemos es que una nación como India, que tiene retos sociales enormes, ha llegado a Marte en septiembre de este año, entonces nos ha dado un ejemplo; Latinoamérica también lo puede hacer.

En Mendoza, específicamente en Malargüe, existe una antena que colabora con la observación en el espacio.

La antena de Malargüe es muy importante, especialmente para las misiones tripuladas. Ha provisto mucha capacidad para bajar o subir información cuando pasaba por estas latitudes y esa es una de las áreas de colaboración muy importante, porque no hay tantas antenas en el mundo con esa capacidad, entonces tener una en el Cono Sur es básico y muy importante.

¿Cuál es la importancia del lanzamiento del satélite argentino Arsat-1?

Definitivamente el Arsat, de telecomunicaciones, fue un logro extraordinario. Es de industria Argentina, es un gran esfuerzo, un ejemplo y tenemos que notar que Argentina tiene muchas experiencias en el área espacial, ya se lanzaron más de tres satélites argentinos. También por intermedio de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), Argentina tiene una excelente colaboración con la NASA. Otra cosa extraordinaria fue que Argentina construyó la nave espacial Aquarius, la NASA sólo proveyó parte de la instrumentación científica, pero la Argentina lo lideró y es una nave que está estudiando los océanos del mundo, que está haciendo descubrimientos extraordinarios. Y en esta colaboración con NASA, Argentina llevó el peso pesado, es quien lo lidera y está funcionando en forma excelente. 

Una de las dificultades para poder en marcha estos proyectos es el aspecto económico.

El sistema económico es un reto y no es sólo en esta región, sino en todo el mundo. La NASA tiene grandes retos económicos, entonces es decisión de un gobierno, de un Estado, querer enfocar esfuerzos, ver el potencial que un desarrollo tecnológico de este estilo de exploración espacial implica en innovación al país y el retorno de ese peso o de esos dólares. Sabemos, porque se hicieron estudios, que si uno pone un dólar en una misión espacial el beneficio a la comunidad es diez veces mayor. Sabemos que vale la pena hacerlo, pero se requiere el enfoque, la decisión gubernamental para hacer ese tipo de proyectos.

La misión a Plutón les permitirá responder a muchas preguntas. ¿Cuáles son las otras preguntas fundamentales que aún no tienen respuesta?

La pregunta que todos nos hemos hecho: ¿estamos solos en el universo? Y ahora sabemos que hay más de tres mil estrellas similares al sol, que hay planetas similares a la tierra orbitando alrededor de esas estrellas, dentro de nuestra galaxia, de la Vía Láctea. Eso, sin contar otras galaxias; hay millones y millones. Entonces esto de si estamos solos o si la vida se está dando en otras partes del universo, creo que es algo interesante, es una de las preguntas que podría cambiar nuestra percepción como seres humanos, con un impacto social muy grande; es un reto, es una de las tantas preguntas científicas que existen. También estamos en el área del cambio climático, que no se sabe mucho, porque fue gracias a la exploración del planeta Venus que descubrimos el efecto invernadero. Si no hubiéramos ido a Venus no nos hubiéramos dado cuenta de que el dióxido de carbono estaba afectando la capa y empezando a hacer que los rayos solares se capturaran en la atmósfera del planeta. Si uno va a la superficie de Venus y pone un pedazo de plomo, se derrite, entonces es un efecto invernadero extremo y muy aplicable aquí en la Tierra. Eso es lo importante, que la ciencia tiene descubrimientos inesperados. A veces uno va a explorar un planeta como Venus y llega a entender mejor nuestro planeta. Ahora estamos usando esa misma filosofía para empezar a explorar la climatología comparativa, es decir que al estudiar cómo las atmósferas y el clima varían en otros planetas, podemos entender mejor nuestro clima en la tierra. Es algo multidisciplinario, único, que por primera vez se está llevando a cabo en una forma coordinada y enfocada con el área de la física solar, de la astrofísica, de las ciencias de la tierra, y de las ciencias planetarias. 

Usted habló hoy sobre la importancia de despertar el interés por la ciencia

Es básico. Un país que no tiene una población educada es un país realmente pobre. La educación está evolucionando, ya no son los esquemas de un profesor o profesora enfrente que da clases, ahora usamos instrumentos diferentes que lleguen a todos los estratos de la sociedad. Sabemos que una inversión en los estratos más bajos en el área de educación se amplifica en forma enorme en beneficios. En la parte científica hay que romper esquemas, porque se piensa que la ciencia es difícil, aburrida, que no hay intereses, pero al contrario, es lo más interesante. Yo siempre digo que todos somos científicos, porque todos usamos nuestra imaginación, somos curiosos y esas son las cualidades netas de un científico. No es saber cálculo, esos son conocimientos que podemos aprender, pero esa imaginación, esa capacidad de deducir, de poder observar, es lo que hace a un gran científico; el pensar ampliamente, fuera del esquema normal. En la ciencia hay que romper los esquemas y espero que la audiencia de hoy, entre la que había tantos jóvenes, la empiece a considerar. También es importante el apoyo de los padres, es algo de familia. Cuando una niña o un niño va a estudiar, toda la familia de alguna forma tiene que hacer el esfuerzo para pagarlo, para ayudar, y muchas veces le dicen que estudie para doctora, abogada, arquitecta pero no piensan en proponerle que sea astrofísico o que siga Geología Planetaria, porque no lo ven como algo viable que pueda dar un futuro seguro a sus hijos, pero no es así. El mensaje es que sigas tu sueño, tu pasión, no importa la que sea, porque vas a llegar a ser el mejor.

¿Los científicos también cambiaron sus esquemas?

Exacto, esto lo aprendí mucho en la NASA. Se nos enseña muchísimo que es nuestra responsabilidad salir a las escuelas, ser mentores de niños y niñas. Incluso el uno por ciento del costo total de una misión, que a veces son más de mil millones de dólares, es para la educación y para salir a hablar con los chicos. Siempre se le dio un realce muy importante a la educación, compartir la información, entonces los esquemas están cambiando y queremos que cambien más.

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