Las UTI siguen completas, pero hay menos pacientes en las guardias a la espera de una cama
Lo dijo Gonzalo Álvarez Parma, representante en Cuyo de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva. La visión de un grupo de intensivistas frente a la cantidad de casos por COVID-19.
El grupo de profesionales consultados coincidió en que las UTI siguen completas, pero que menos pacientes esperan una cama. Foto: Carlos Brigo/Télam
El representante en Cuyo de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), Gonzalo Álvarez Parma, explicó cuál es el impacto real en hospitales y clínicas del leve descenso de casos de COVID-19 que se registró en las últimas semanas en Mendoza, según las estadísticas oficiales. El intensivista dijo que las unidades críticas siguen ocupadas a pleno, pero que descendió la cantidad de pacientes conectados a un respirador que permanece en la guardia a la espera de una cama en las UTI.
“Es cierto que desde hace un par de semanas el índice de positividad viene disminuyendo y eso implica un descenso en la cantidad de casos diarios, lo que se ve reflejado en el sistema sanitario. En la diaria, en terreno, esto significa que las terapias siguen prácticamente llenas; lo que ha disminuido es la ocupación de camas fuera de terapia intensiva, es decir, la cantidad de pacientes que estaban conectados a un respirador en la guardia a la espera de poder ser ingresados a una cama de terapia intensiva”, fueron las palabras del encargado del área Covid del Servicio de Emergencias Coordinado.
El intensivista comentó que la ocupación de camas en las unidades de terapia intensiva (UTI) sigue en un porcentaje alto, entre el 80 y 90 %, dependiendo de la zona de Mendoza donde está ubicado el hospital o la clínica. La situación de los pacientes con COVID-19 intubados en una guardia fue una de las múltiples tareas que asumió el grupo de profesionales, ya que debían evaluar distintos factores para decidir quién ingresaba a la terapia intensiva cuando la cantidad de casos era más elevada.
Las cifras oficiales
De acuerdo al último informe semanal del Ministerio de Salud, que abarca desde el 18 al 24 de junio, la ocupación de camas UTI en la provincia fue del 78,98 %, mientras que, en el Gran Mendoza, el índice llegó al 84,16 %.
La semana pasada, la ministra de Salud, Ana María Nadal, aseguró en conferencia de prensa que se registró un descenso en el índice de positividad y en la cantidad de casos de COVID, aunque reconoció que los números se estabilizaron en una meseta alta.
Puertas adentro de las UTI
El intensivista Federico Galiotti, que se desempeña en el Hospital Lagomaggiore y en la Clínica de Cuyo, coincidió con la visión de Álvarez Parma respecto de cómo se reflejan las estadísticas puertas adentro de los centros sanitarios. Dijo que las camas de terapia siguen ocupadas a pleno, pero que disminuyó la lista de espera de pacientes para ingresar a las UTI, algo que provocó situaciones complejas hace unas semanas y los puso en aprietos para atender lo mejor posible a cada persona que necesitaba asistencia.
El intensivista Gustavo Santolaya, que trabaja en el Hospital El Carmen, contó a Unidiversidad que las cuatro UTI Covid del centro sanitario están completas y que en este momento se mantiene una especie de meseta, aunque muy alta.
En cuanto a pacientes intubados en la guardia o en otras áreas a la espera de una cama de terapia, el profesional dijo que en el Hospital El Carmen no vivieron esa situación, aunque destacó que las cuatro UTI están completas.
Gisel Videla, licenciada en enfermería que trabaja en el Hospital Lagomaggiore, contó que se registró un leve descenso en la ocupación de camas de terapia, aunque subrayó que la carga laboral sigue siendo mucha por la situación crítica de cada paciente. La profesional dijo que los pacientes internados ahora en terapia son jóvenes, a partir de los 30 años, con compromiso respiratorio severo, y que en el último tiempo ingresaron también embarazadas y puérperas afectadas por COVID-19.
Sin falta de insumos
El grupo de profesionales consultados por Unidiversidad coincidió en que no enfrentan problemas graves por falta de insumos. Explicaron que, si bien existe escasez de algunas drogas que se utilizan para la sedación de pacientes, siempre pudieron reemplazarlas por otras, aun cuando no son las que usan en forma habitual.
“A nivel local, equipo de protección nunca faltó y, en cuanto a insumos farmacológicos, prácticamente no. Sí uno iba variando las drogas que utilizaba para sedación, analgesia o bloqueo neuromuscular, que son los tres grupos de drogas más usados en esta patología, pero no hubo a nivel local expresiones de que no haya drogas para trabajar”, comentó Álvarez Parma.
En cuanto a otro recurso clave como es el oxígeno, el intensivista destacó que tampoco hubo faltante. Dijo que sí existió un problema de logística, ya que, por la escasez de distribuidoras locales, se registraron demoras en la reposición de tubos en los centros sanitarios.
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