El sector universitario estatal concentra la mayor parte de la matrícula nacional en disciplinas clave para el desarrollo productivo: aportan el 87 % de estudiantes en ciencias básicas y el 70 %, en ciencias aplicadas. El dato surge del sexto informe del Laboratorio de Políticas Educativas (LPE) de la Universidad Nacional de Hurlingham (Unahur), que refleja, por ejemplo, que el 91 % del alumnado de ingenierías y el 97 % de carreras agropecuarias cursan en instituciones públicas.

El informe analiza la composición de la oferta académica universitaria en Argentina y destaca que el sector público desempeña un papel esencial en la formación de recursos humanos para el sistema productivo. En los últimos 20 años, las universidades nacionales contribuyeron al avance científico y tecnológico del país, ya que generaron el 60 % de las patentes biotecnológicas registradas. El LPE señala también que, durante ese tiempo, surgieron empresas de biotecnología por medio de alianzas público-privadas, lo que logró posicionar al país entre los diez lugares del mundo con mayor cantidad de firmas en esa área.

El estudio –publicado en noviembre del 2024– examina, por un lado, la oferta educativa universitaria y, por otro, la demanda de las y los estudiantes a la hora de elegir una u otra carrera. Para lograr una sistematización, agrupa las disciplinas en cinco grandes categorías: ciencias básicas, ciencias aplicadas, ciencias de la salud, ciencias humanas y ciencias sociales.

La oferta académica de grado en Argentina por sector de gestión y rama es principalmente estatal. En ciencias de la salud y ciencias sociales, hay paridad de oferta entre el sector estatal y el sector privado, mientras que en ciencias básicas, ciencias aplicadas y ciencias humanas, la oferta de carreras de grado es principalmente estatal, con un porcentaje del 87 %, el 70 % y el 67 % respectivamente. A pesar de la amplia oferta de carreras de grado en las cincuenta universidades privadas, la matrícula tiene altos niveles de concentración en las universidades públicas.

En las privadas, más de la mitad estudia ciencias sociales

En relación con la elección de las y los estudiantes, la mayoría de la matrícula se concentra en las ciencias sociales –el 37,7 % en el sector estatal y el 54,2 %, en el privado–. El número desmiente el mito de que en las universidades públicas solo se estudian ciencias blandas. Le siguen las ciencias aplicadas (el 25,7 % estatal y el 15,7 % privado), las ciencias humanas (el 18 % estatal y el 15 % privado), las ciencias de la salud (el 15,3 % estatal y el 14,2 % privado) y, finalmente, las ciencias básicas (el 3,3 % estatal y el 0,7 % privado).

De todas formas, la participación de la matrícula en todas las ramas de estudio es mayoritariamente estatal. Sin embargo, el mayor protagonismo del Estado nacional en la oferta educativa se observa en carreras clave para el desarrollo productivo, como ciencias básicas y ciencias aplicadas, donde el 94,4 % y el 86,8 % de la matrícula es estatal respectivamente, en comparación con el 82 % de las ciencias humanas o el 71 % de las ciencias sociales.

En conjunto, el 87,5 % de estudiantes en carreras de Ciencia y Tecnología (ciencias básicas y ciencias aplicadas) cursan sus estudios en universidades del sector público. Esta relación de proporción se mantiene constante, tanto respecto del total de la matrícula como entre los sectores de gestión (estatal-privado), pese al leve crecimiento de la oferta privada de los últimos años. Desde hace diez años, los y las estudiantes de CyT representan el 26 % de la matrícula total: el 23 % matriculado en instituciones estatales, y el 3 %, restante en instituciones privadas.

En el caso de las ingenierías, el sector de gestión estatal concentra el 91 % de la matrícula total del sistema, mientras que apenas el 9 % corresponde al sector de gestión privada. Por su parte, en las carreras agropecuarias, la distancia es aún mayor, ya que el 97 % está en las instituciones estatales.

En su conclusión, el estudio del LPE advierte que, pese a la diversidad de la oferta académica, hay áreas con vacancias que requieren atención, lo que plantea la necesidad de una alineación más efectiva entre la formación académica y las demandas del mercado laboral y regional.

Destaca el papel de las universidades en el sistema de investigación y de desarrollo. “La relación sinérgica entre educación superior e industria debe fortalecerse, fomentando más alianzas público-privadas que propicien la creación de nuevas empresas y tecnologías. En síntesis, es fundamental que se implementen estrategias que sostengan y potencien la capacidad del sistema universitario público para responder a los desafíos contemporáneos, asegurando que la educación superior siga siendo un motor de desarrollo y un pilar para el futuro del país”, sostiene el informe.