Desde marzo del 2009 Argentina cuenta con  la Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar, y Erradicar la violencia Contra las Mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales. La norma fue reglamentada el año pasado y es considerada una herramienta primordial para amparar a las mujeres en una sociedad de marcada raigambre machista.

La legislación entiende por violencia contra las mujeres a “toda conducta, acto u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal”.

Distintas organizaciones de género lucharon durante años para que esta iniciativa lograra transformarse en ley. Es que en Argentina miles de mujeres llegan a hospitales públicos a pedir ayuda tras ser golpeadas por sus parejas, según datos recolectados de los partes médicos de nosocomios públicos a nivel nacional por investigadores que se desempeñan en esta temática.

Los índices  que más alarman tienen que ver con las cifras oficiales que señalan que en el país cada tres días una mujer muere en manos de la violencia machista. Por lo general este tipo de violencia física es traslada también al plano de lo simbólico. Es que en el caso de que el agresor que terminó con la vida de una mujer haya sido su pareja o haya mantenido algún tipo de relación con ella, la mayor parte de los medios argentinos ubicará la nota en la sección policial y la titulará: “Un nuevo crimen pasional” ó “Mató a su mujer por celos”.

Especialistas de género, como la Lic. Dora Barrancos,  entiende a esta última forma de violencia como “la más tremenda”, porque al no expresarse “de manera contundente” pasa a ser legitimada por la sociedad. También porque  es considerada como “la antesala de la violencia física”, ya que se encarga de desvalorizar al máximo la vida de las mujeres.

En este marco,  los medios de comunicación ocupan un lugar central, pues son  los principales responsables de reproducir mensajes da alto contenido degradante hacia las mujeres, como aquellos que las reducen a  meros “objetos sexuales” o las asimilan únicamente con la “maternidad”.  También se convierten en cómplices directos del negocio oculto de la esclavitud sexual, ya que los contenidos mediáticos que se vehiculizan no sólo promueven la prostitución, sino que además desde las páginas de los diarios más “prestigiados” del país se ofrecen servicios sexuales a través de los anuncios clasificados.

La aplicación de la Ley 26.485 ya ha empezado a regir sobre estos casos, aunque el avance es muy paulatino, pues también se trata de una tarea de concientización social que promueva un cambio cultural en este sentido.

Otro aspecto novedoso y destacable de la norma que vela por la protección femenina, es que señala que el “Estado o sus agentes también son responsables de perpetrar actos dañinos  contra las mujeres”.  En este punto no debe dejar de tenerse en cuenta que la violencia de género es una violación a los derechos humanos. Por lo que las institucionales estatales deben garantizar que las mujeres se empoderen de sus derechos y que éstos sean respetados y cumplidos al pié de la letra.

Sucede que no siempre es así, y existen grandes deudas pendientes en materia de políticas públicas. Entre muchas, la necesidad de maximizar los alcances y asegurar la accesibilidad de todos los sectores sociales a la educación sexual ó asistir el reclamo histórico de las asociaciones feministas - como es el pedido de la despenalización del aborto que encuentra continuos obstáculos para ser tratado plenamente a nivel parlamentario -.

Es cierto que en el último tiempo se ha producido entre las mujeres mayor conciencia de sus derechos. Así lo demuestran el crecimiento de las luchas activas  feministas y los datos de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema  que indican que las denuncias por casos de violencia física han aumentado notablemente en el último año. 

Sin embargo estos avances no son suficientes, en vista a que los ataques contra la dignidad femenina prevalecen. Por este motivo, las organizaciones que defienden los derechos de las mujeres celebran encendidamente este día e  invitan a la sociedad a sumarse a su lucha.

Mendoza celebra y lucha

Durante la jornada habrá dos actos conmemorativos destinados a reivindicar los logros alcanzados por la lucha feminista y reclamar los derechos aún pendientes.

El primero de ellos tendrá lugar en la puerta de la Legislatura provincial y se iniciará a las 11 hs. bajo el lema “Una vida sin violencia es posible”. La convocatoria a esta actividad abierta y participativa corre por cuenta de diferentes organizaciones sociales y políticas, y referentes institucionales vinculados a los derechos humanos y al proyecto nacional.

El segundo tiene que ver con la gran marcha que tradicionalmente realizan las organizaciones feministas por las calles céntricas de nuestra provincia en reclamo de más derechos. La misma está prevista para las 18.30 hs y el punto de concentración será una vez más el KM 0 (Garibaldi y San Martín de Ciudad).

Cabe destacar que en esta actividad intervendrá por primera vez en la provincia la llamada “Marcha de las Putas”,  que viene realizándose en distintos países del mundo en repudio del femicidio. Según explicaron las organizadoras, la consigna consiste en que los asistentes lleven un distintivo rojo que unifique el reclamo.

Tanto en la actividad de la mañana como en la de la tarde se invita a que se sumen también los hombres para que de esta manera se incluyan y contribuyan en la lucha que llevan adelante las mujeres por la igualdad de derechos entre los géneros.