Las dietéticas, un fenómeno que viene en alza desde 2017 y que la pandemia potenció
Nunca abrieron tantas en la Ciudad de Mendoza como durante este año. La motivación entre las ganas de comer mejor y la necesidad económica, qué hay detrás de esto.
Foto ilustrativa
En los últimos años, las dietéticas ganaron terreno y se convirtieron en negocios de proximidad que visitamos asiduamente. En la Ciudad de Mendoza, hay 76 de estos comercios, pero solo en los últimos cuatro años se abrieron 32. El boom de las también llamadas tiendas saludables se vio acelerado por la crisis que provocó la COVID-19 y por la búsqueda de una alimentación más sana en gran parte de la sociedad.
Una consulta de Unidiversidad al director de Comercio de la Municipalidad de Mendoza, Pedro Dantiacq, reveló que en los ocho meses que van del 2021 se instalaron nueve dietéticas en la Ciudad, cifra récord. Si bien nunca se había llegado a esa cantidad, la marca es una continuación de lo que venía pasando desde 2017. Ese año se registraron seis dietéticas; en 2018 fueron 5; en 2019, la cifra fue de 8; y en 2020, en la fase más dura de la pandemia, fueron solamente 4.
El boom
Julio Sabatino instaló la Dietética Avellaneda hace aproximadamente 33 años en la Quinta Sección. En diálogo con este medio, contó que vio surgir mucha competencia durante la pandemia, al punto de que en las diez cuadras que rodean a su local ya hay seis o siete similares.
La hipótesis más extendida respecto del surgimiento de este tipo de negocios se relaciona con la cuarentena. Concretamente, la imposibilidad de algunos rubros de funcionar con normalidad por las medidas de aislamiento y la crisis económica general habrían hecho que muchas personas optaran por abrir locales relacionados con la venta de comida, recurso siempre rentable en tiempos duros.
“El de las verdulerías es un rubro en el que tenés dos negocios por cuadra. Con la dietética, es más o menos lo mismo. Por ahí es gente que tenía una guardería y la cerraron. Entonces dicen: ‘¿Qué hacemos? Abrimos una verdulería o una dietética’", ilustró el comerciante a Unidiversidad. Sabatino contó que ve llegar constantemente a su dietética a clientes que le consultan a él qué pueden tomar para calmar un dolor o una acidez. “Es un rubro bastante complicado”, aseguró.
La pandemia, un revés para nuestra relación con la comida
Según un estudio de la Sociedad Argentina de Nutrición divulgado en febrero de este año, seis de cada diez argentinos y argentinas engordaron durante el aislamiento social. Por otra parte, una encuesta nacional de la consultora Voices, citada por Clarín, relevó que, luego de la pandemia, la compra en dietéticas creció significativamente, del 31 % al 41 %. Es decir que 4 de cada 10 argentinos y argentinas son compradores habituales en una dietética.
En ese marco, Estefanía Suárez, nutricionista del Departamento de Asistencia Médico Social Universitario (Damsu), sostuvo que la posibilidad de que mucha gente haya optado por abrir dietéticas es un fenómeno al que hay que prestar atención.
La experiencia con sus pacientes le permitió apreciar que “comer más saludable es una inquietud de mucha gente, ya que muchos durante la pandemia han comido peor. El 90 % de los pacientes te dice que ha comido mal en pandemia. Entonces, ahora está buscando arreglar esa situación”.
Más allá del rol nutricional de la comida, Suárez recordó que el ritual de la comida es un evento que genera placer. El hecho de estar en casa encerrados, con la incertidumbre y la ansiedad que la mayoría sintió, nos motivó a buscar dentro de las paredes de nuestros hogares algún elemento que nos generara bienestar. “Entonces buscás la comida placentera, algo que te haga sentir bien”, explicó la nutricionista.
Foto: Diario Río Negro
El origen de la COVID-19 todavía es una incógnita. Sin embargo, una de las hipótesis más extendidas relaciona el surgimiento del virus con la forma en la que nos alimentamos. ¿Es un llamado de atención para la humanidad en este sentido?
La especialista no quiso inclinarse por esa teoría, pero remarcó: “Cualquier motivo puede ser bueno para empezar a comer bien: el decir: ‘Hay una pandemia y quiero estar en buen estado de salud para poder afrontarla bien y no tener una complicación’, o querer cuidar a la familia, alimentar mejor a los hijos”.
La gran ventaja que ofrecen las dietéticas es que permiten acceder a alimentos que no se ven en el supermercado, pero no todos son necesariamente sanos, indicó Suárez. Es el caso, por ejemplo, de los bizcochos, un alimento ultraprocesado que en este tipo de negocios no suele incluir la información nutricional y que la nutricionista aconsejó evitar, especialmente si se es una persona diabética.
Además, para el caso de las personas celíacas y alérgicas, recordó la importancia de adquirir alimentos en envases sellados y no sueltos, ya que “si llega a haber algo con gluten o harina de trigo, se contamina todo”.
Como las canchas de pádel en la década del 90 o las cervecerías más recientemente, el 2021 parece ser el año de las dietéticas. ¿Será una moda pasajera o habremos incorporado de forma permanente el hábito de comprar comidas saludables en estos negocios?
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