La histórica Villa Las Cuevas se convertirá en un “pueblo auténtico”, junto a otras 20 ciudades de Argentina. A través del Ministerio de Turismo, el Gobierno nacional propone proteger el patrimonio del lugar, reordenar el casco urbano e intervenir el paisaje para fortalecer la identidad, el arte y las tradicionales de las localidades.

En el marco de la Feria Internacional de Turismo 2017, el ministro de Turismo de la Nación, Gustavo Santos, presentó esta semana el programa nacional de “Pueblo Auténticos” para potenciar el desarrollo turístico de más de 20 comunidades de nuestro país, poner en valor la identidad del pueblo y revalorizar sus patrimonios.

El director de Turismo de Las Heras, Guillermo Barletta, destacó que desde el Gobierno provincial y del municipio quieren ordenar la actividad turística de alta montaña, que ya comenzó con el corredor que va de Polvaredas a Las Cuevas. “Las Cuevas tiene un gran patrimonio histórico, cultural, arquitectónico y mucho para ofrecer al turista”, señaló Barletta.

Este valle cordillerano, ubicado a 200 kilómetros de la Ciudad de Mendoza, cercano al límite a Chile y situado a 3500 metros de altura sobre el nivel del mar, se fundó como localidad moderna a fines de la década de 1950, durante el gobierno de Juan Domingo Perón, y fue bautizado en un principio como la “Villa Eva Perón”. Pero su historia guarda grandes historias de América antes de ser América.

El niño de Las Cuevas

Recientemente, Las Cuevas fue noticia por el descubrimiento de los restos óseos de un niño, de unos 5750 años de antigüedad. El pequeño, según los arqueólogos, había viajado junto a su familia y otras parecidas a la suya con el fin de aprovechar el verano para cazar, alimentar a sus ganados y recolectar alimentos para el invierno. Pero uno de esos días estivales, el niño murió y fue enterrado justo al lado de una gran roca, donde estos grupos se refugiaban del viento y las lluvias.

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En cuanto a sus características geológicas, hace 12 mil años hubo un derrumbe –posiblemente por un terremoto– que dejó al norte del paisaje una ola de inmensas rocas que sirvieron de refugio para los habitantes en los inviernos. Los que andaban ese camino utilizaban el refugio para amortiguar las contingencias climáticas, es decir, para que el frío no matara a los transeúntes y para obtener algún tipo de alimentación, ya que se construían en lugares con vegetación abundante.

En la actualidad, los viajantes llegan a Las Cuevas como un lugar de paso, el tipo de sitio que se elige cuando la travesía se hace larga y se necesita pasar de urgencia la noche. Hay un hostel, algunos kioscos y un restaurante. No obstante, la villa merece más atención turística, que al fin parece ser una realidad.

Ahora, las acciones del Gobierno prometen elaborar las normativas que correspondan para proteger el patrimonio del lugar, reordenar el casco e intervenir el paisaje para fortalecer la identidad. Además, se plantea incorporar señalética en los principales atractivos con un diseño especial, fortalecer los productos turísticos actuales y trabajar con los potenciales, acompañado de la capacitación a los actores locales sobre la importancia del turismo y de las actividades vinculadas.