"Lo que hacemos es establecer canales de comunicación entre el Centro de Operaciones de la ESA, en Alemania, y Rosetta, a través de la antena de Malargüe", explicó Diego Pazos, de la estación mendocina.
El gerente de Operaciones y Mantenimiento de la Estación Espacial de Seguimiento de Satélites de la ESA en Malargüe, Diego Pazos, explicó que "en este momento todo lo que está llegando de Philae (el módulo de la sonda Rosetta que ayer aterrizó en un cometa) está llegando por la estación nuestra"."Lo que hacemos es establecer canales de comunicación entre el Centro de Operaciones de la la Agencia Espacial Europea (ESA) en Alemania y Rosetta, a través de la antena de Malargüe, pero no sólo con Rosetta sino con muchas otras misiones de la ESA", explicó Pazos.Tras recorrer más de 6400 millones de kilómetros durante diez años, la misión logró posar ayer sobre el cometa 67/P Churyumov-Gerasimenko el minilaboratorio Philae, que viajaba en la sonda con 20 instrumentos de medición a bordo.Sin embargo, el aterrizaje sufrió algunos inconvenientes. "Las amarras no se dispararon y Philae se estuvo desplazando por el cometa. Estuvo casi dos horas en movimiento. Se mantuvo en reposo unos minutos y empezó a moverse otra vez. Desde hace unas cuantas horas está en una posición fija, se cree que se terminó de posicionar porque no se movió más", explicó Pazos.
Debido a que el cometa tiene poca masa, "no hay una fuerza gravitatoria que lo atraiga" y, de no amarrarse, Philae podría salir disparado "para cualquier lado".
Mientras se investigan las causas por las que no se dispararon las amarras y se analiza "la posibilidad de arponear de manera compulsiva, adrede", Philae ya comenzó a realizar estudios.
Desde que el módulo se separó de la sonda, "la misión se dividió en dos", aunque Rosetta sigue siendo "fundamental", ya que Philae la necesita para comunicarse con la Tierra.
"Philae no tiene capacidad de comunicarse directamente con la Tierra porque es un laboratorio muy chiquitito, tiene el tamaño de un frigobar. No tiene muchas capacidades de comunicación como Rosetta, que es un satélite hecho y derecho", dijo el ingeniero electrónico.
La estación mendocina es una de las tres que la ESA tiene distribuidas por el mundo, junto con las de Australia y la de España. Desde Malargüe se reciben las comunicaciones de la sonda, que demoran casi 25 minutos en llegar a la Tierra.
El cometa "está a 25 minutos luz de distancia. Esto habla de que la distancia (entre la Tierra y el cometa) es más o menos el triple que la distancia entre la Tierra y el Sol", explicó Pazos.
Pero esa distancia se acortará, ya que "el cometa 67/P se está acercando al Sol, con lo cual va acercándose al final de la vida de Philae", diseñado para trabajar hasta una determinada distancia del Sol, contó el técnico, y dijo que se estimaba que el módulo de destruiría en marzo de 2015.
Pero la misión "no termina ahí, porque Rosetta sigue orbitando el cometa y tiene combustible para llegar a fines de 2016. Rosetta va a ver cómo se forma la coma, que es la cola del cometa. Se calcula que un gran componente del cometa es hielo. El objetivo es confirmar eso, que los cometas tienen hielo y que a través de los cometas llegó el agua a la Tierra".
Pazos trabaja para la empresa Telespacio Argentina, perteneciente al grupo Telespacio, que ganó la licitación pública de la ESA para operar y mantener la estación argentina y la de Guyana Francesa.
Según contó, en el proceso "se estudiaron 20 sitios en Argentina, desde el punto de vista técnico, de factibilidades de comunicaciones, de acceso, de agua, de ciudades cercanas, que no tienen que ser muy grandes para que no contaminen el espectro radioeléctrico", explicó, y destacó "la protección que nos da la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC), que nos asigna frecuencias en las bandas de interés nuestras".
"En esto, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) fue protagonista. Es una entidad muy seria, con gente muy profesional, pionera en Latinoamérica en lo que tiene que ver con el espacio. Hay mucha gente preparada. Se alinearon los planetas. El Estado en todo su esplendor, tanto a nivel nacional como provincial y municipal, se puso a disposición e hizo todo lo que había que hacer para que la ESA se sintiera cómoda y tranquila de estar aquí", afirmó Pazos.
"Como contraparte, la ESA le da a Argentina el 10 por ciento del tiempo de la estación para su uso, para sus investigaciones", señaló.
Desde esa estación también se trabaja "con varias misiones de la ESA y la NASA, como la sonda en Marte 'Mars Express', una en Venus y la sonda Gaia", sostuvo Pazos.
"También le hemos dado soporte a una misión de NASA que se llama Juno, una sonda que está yendo a Júpiter... Tenemos momentos de mucha adrenalina y otros de mucha tranquilidad", consideró.
Fuente: Télam