Las ciencias sociales resisten, se defienden y ponen en valor el financiamiento público
Más de una vez, el presidente Milei y gran parte de referentes de LLA han apuntado sus cañones discursivos contra cientistas sociales y sus investigaciones. Desde la Red Argentina de Carreras de Sociología, salieron a cruzar la política de ajuste y reclamaron sostener la educación pública universitaria.
Las carreras de Sociología cuentan con excelente reputación en Argentina. Foto: IG @direccionsociologiauncuyo
“La mayor parte de la producción científica del país se encuentra en crisis”, sostuvo la Red Argentina de Carreras de Sociología (RedSocio) a través de un comunicado. Hoy, en Argentina, sería muy extraño poner en duda esa afirmación. Es que el Gobierno encabezado por Javier Milei dejó en claro desde sus primeros días de gobierno que la ciencia gestionada con fondos públicos no tiene prioridad. Desde aquel “¿Conicet? ¡Afuera!” con el que hizo campaña, poco ha cambiado, y el panorama en materia presupuestaria es desolador. En este marco, sociólogos y sociólogas del país salieron a defender sus carreras y a poner en valor las ciencias sociales, que han sido particularmente vapuleadas.
El tono agresivo para con las y los cientistas sociales ha sido constante en gran parte de las personas públicas que son referentes de La Libertad Avanza. En las redes sociales, las palabras degradantes se postean una y otra vez.
Veamos un ejemplo que perduró en el tiempo. "Nos interesa que se investiguen las ciencias duras, las cosas que le van a dar prestigio a nuestro país. Investigar el ano de Batman, las canciones de Ricardo Arjona, el pensamiento de Victoria Villarruel, la película del Rey León, o si Star Wars era mesiánico o no, definitivamente no es ciencia y no es algo que deba pagar el Estado argentino", sostuvo la vicepresidenta Victoria Villarruel en el debate de candidatos. Frases como estas han sido largamente reproducidas.
A pesar de esta serie de embates, la UBA fue reconocida entre las mejores 50 del mundo en Artes y Humanidades, con las carreras de Sociología y Antropología como disciplinas destacadas, según el ranking QS World University. Entonces, ¿qué hay detrás de ese ataque? Desde la Red de Carreras de Sociología indicaron: “No creemos que el gobierno actual prefiera unas ciencias sobre otras, sino que el ataque es fundamentalmente hacia la organización del Estado y de la sociedad y, por su rol en la articulación de ambos, hacia las ciencias sociales”.
Melina Neiman, investigadora del Conicet, es una de las sociólogas que colaboró con el texto y a quien le preguntamos por qué cree que Milei ataca particularmente a las ciencias sociales. “Creo que el blanco del ataque de Milei es, como expresamos en la nota, la organización del Estado y de la vida cotidiana de la sociedad y, por su rol en ello, se ataca a las ciencias sociales. No es cierto que exista un plan alternativo que fortalezca a ‘las otras ciencias’. En Conicet y las universidades, el recorte fue para todas igual. Cuando el plan es ideológico y está basado en la destrucción de lo que existe hasta ahora, no hay otra perspectiva, no hay plan alternativo”, manifestó Neiman a Unidiversidad.
"La construcción política del Gobierno tiene como plataforma la fake news, el Twitter sin chequear y datos estadísticos ficticios. Las ciencias sociales siguen el camino opuesto: utilizan una metodología de investigación, cruzan fuentes de información para que los datos sean confiables y aportan una mirada crítica en el análisis. Y ahí podemos buscar algunos de los indicios de los motivos de su ataque manifiesto hacia a las ciencias sociales", agregó la socióloga.
Gabriel Liceaga, director de la carrera de Sociología de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCUYO, también nos brindó su análisis. “Las ciencias sociales (pero también las humanidades y las artes) son un blanco predilecto de la ultraderecha porque sus actividades no aparecen en el imaginario social ligadas directamente a la alta tecnología, la acumulación de dinero u otros valores que son o se pretende establecer como hegemónicos”, comentó Liceaga a este medio, y destacó que las ciencias sociales nos dan la posibilidad de “desconfiar de las cosas tal como se aparecen en un primer momento”.
Un ataque que “rinde”
Les preguntamos a Neiman y a Liceaga si observan que estas arremetidas constantes contra las ciencias sociales son parte de una estrategia porque “rinde” en imagen. “Si uno mira las últimas encuestas de opinión, se distingue un grupo que ronda el 25 % o el 30 % para el cual ‘rinde’ cualquier argumento: los despidos en el Estado, la desregulación de los precios, el ataque a los artistas, y el menosprecio hacia las ciencias sociales también. Este apoyo es acrítico y sostiene al gobierno, aunque se acepte que empeoran las propias condiciones materiales de vida”, indicó Neiman, que, de todas maneras, remarcó una contradicción latente en los sondeos de opinión: “Cuando se pregunta acerca de la importancia de la educación pública, cerca del 90 % de la sociedad sigue argumentando que ‘hay que defenderla’, y eso incluye a las ciencias sociales”.
Se han realizado varias marchas en Mendoza y el país en defensa del presupuesto universitario. Foto: gentileza MZ
Siguiendo con este interrogante de agredir para buscar resultados de marketing político, Liceaga apuntó: “Es probable, pero no lo puedo afirmar con certeza. Es evidente que el ataque a determinados colectivos sociales o incluso a personalidades públicas (artistas, intelectuales, periodistas) forma parte de la narrativa del gobierno. De algún modo, debe contribuir a afianzar a su bloque duro de apoyo, pero creo que tiene que ver también con intentar desacreditar a quienes, de una u otra forma, estamos vinculados a cierta idea de lo común y lo colectivo”.
Mirar las ciencias sociales desde Mendoza
Le preguntamos al director de la carrera de Sociología en la FCPyS si se podía armar una radiografía de las ciencias sociales en la provincia. “Las ciencias sociales atraviesan una etapa de crisis y redefiniciones que van mucho más allá de los ataques a las que son sometidas por este gobierno. En el contexto de lo que algunos denominan cuarta revolución industrial, pero también de un cambio climático irreversible, aparece la necesidad de repensar y reformular parte de nuestras teorías, métodos y técnicas, lo que, por otra parte, es una tarea permanente de la sociología. En los últimos años, por ejemplo, la irrupción de la big data nos abre a los y las sociólogas un campo o una serie de nuevos campos para trabajar, a los que debemos ingresar con nuestras propias herramientas metodológicas”, respondió.
“Sin introducirnos en el terreno de discusión al que nos quieren arrojar –que sería tener que justificar nuestra existencia en un nivel ramplón con quienes no quieren dialogar, sino agredir–, podemos decir que las ciencias sociales y la sociología en particular aportan mucho en los diferentes campos de inserción laboral en los que estamos, pero que también tenemos el desafío de visibilizar mejor qué hacemos y por qué eso es importante y necesario”, concluyó Liceaga.
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