Las carreras tradicionales son las más demandadas, pero el mercado laboral exige actualización de conocimientos
Agencias de empleo sostienen que existen carreras y contenidos educativos universitarios o terciarios que van detrás de lo que requiere el mundo del trabajo. ¿Cómo es la dinámica en el ámbito académico para dar respuesta a lo que se requiere en los puestos laborales?
Especialistas señalan que las carreras tradicionales son las que se destacan por su alta demanda laboral. Foto: Unidiversidad
Un reciente estudio del Observatorio de la Deuda Social Argentina reveló que el 53 % de los empleos formales en la Argentina están ocupados por graduados universitarios y terciarios. Especialistas señalan que las carreras tradicionales, como Ingeniería, Administración y Contabilidad, son las que se destacan por su alta demanda laboral. Sin embargo, agencias de empleo o consultoras resaltan que existen carreras y contenidos educativos universitarios que van detrás de lo que requiere el mercado del trabajo y requieren una actualización. La dinámica, según señalan desde el ámbito académico, es lógica, ya que es el mundo productivo el que marca una necesidad y luego traslada el desafío al sistema educativo para dar una solución.
Para Juan Fernando Cepparo, que trabajó 16 años para Manpower y es actualmente gerente comercial en hoteles y personas HOPE de Chile, el número que arroja el observatorio es importante, aunque la situación laboral actual no se condice con los contenidos ni con carreras universitarias. De hecho, dice él, las y los estudiantes universitarios, una vez recibidos, enfrentan un panorama laboral variado que depende en gran medida del tipo de carrera que cursaron. Mientras algunas disciplinas ofrecen una rápida inserción en el mercado laboral, otras presentan más desafíos en este aspecto.
“Las carreras tradicionales, como Ingeniería, Administración y Contabilidad, se destacan por su alta demanda en el mercado laboral. Los contadores y licenciados en Economía, así como los profesionales del área de la salud, especialmente los médicos, encuentran empleo con relativa facilidad. Sin embargo, hay excepciones dentro del ámbito de la salud. Por ejemplo, la kinesiología no ofrece tantas oportunidades, especialmente en el ámbito privado”, expresó Cepparo.
Juan Fernando Cepparo, actual gerente comercial en hoteles y personas HOPE de Chile. Foto: Juan Fernando Cepparo
Asimismo, señaló que las y los egresados de carreras menos tradicionales, como las Artes y las Ciencias Naturales, enfrentan mayores dificultades para encontrar empleo en campos específicos. Sin embargo, poseen competencias y habilidades que son altamente valoradas en otros ámbitos, como el empresarial. “Por ejemplo, los graduados en Teatro desarrollan una sensibilidad y capacidad de interacción humana que pueden ser extremadamente útiles en la gestión de equipos y en roles que requieren un alto grado de empatía y comprensión humana”, resaltó.
Esta realidad aparece en un estudio piloto realizado por la Secretaría Académica de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO) que mostró que las carreras como las Ciencias Exactas y Naturales, las áreas técnicas de la Salud (como Kinesiología) y las Artes son las que menos salida laboral tienen en la provincia.
“Nuestra idea es impulsar estas carreras en el ámbito laboral de la provincia. Por eso, desde hace tiempo, la Secretaría Académica de la UNCUYO lleva a cabo importantes relevamientos de egresados para analizar las capacidades y competencias demandadas por el mercado laboral. Asimismo, intentamos ajustar los planes de estudio, las técnicas de enseñanza, reflejando las percepciones y necesidades de los alumnos para su inserción en el mundo del trabajo”, detalló María Lina Duarte, del Área de Políticas Públicas de la UNCUYO.
Alumnos y alumnas de nivel medio en la Expo Educativa 2024. Foto: Unidiversidad
Por otra parte, el agente de empleo subrayó que existen disparidades en función del tipo de carrera. “Las carreras digitales y aquellas más modernas muestran una mayor flexibilidad en la administración de sus contenidos educativos, lo que les permite adaptarse mejor a las demandas del mercado laboral actual. Estas carreras suelen estar mejor equipadas para enseñar herramientas tecnológicas actuales y habilidades relevantes en comparación con las carreras más tradicionales, que a menudo se ven afectadas por la burocracia y la rigidez en la actualización de sus planes de estudio”, explicó.
En ese sentido, manifestó que en las universidades más tradicionales se observa que los contenidos educativos a menudo van rezagados respecto de las necesidades del mercado laboral actual, especialmente en el contexto de los rápidos avances tecnológicos y la inteligencia artificial. Sin embargo, remarcó que estas universidades también generan egresados con una alta capacidad intelectual, fruto de una exigencia académica más rigurosa, lo que es valorado en el mercado laboral.
“Existen universidades mucho más prácticas en sus contenidos, que ofrecen currículos más actualizados y flexibles, aunque a veces a costa de una menor profundidad intelectual en sus egresados. Esto les permite adaptarse mejor a las demandas tecnológicas y administrativas del mercado, pero puede limitar el desarrollo de competencias analíticas y de resolución de problemas complejos”, analizó Cepparo.
Una de las críticas recurrentes, resaltó Cepparo, es la falta de preparación de los egresados para enfrentar el mercado laboral de manera efectiva. “Esto se debe, en parte, a que las universidades no siempre logran mostrar a los estudiantes el amplio campo de acción y aplicación de sus habilidades en diversos sectores. Es crucial que las instituciones educativas fomenten una visión más amplia y flexible de las oportunidades laborales disponibles, más allá de los campos tradicionalmente asociados a cada carrera”, señaló.
Julio Aguirre, secretario académico de la UNCUYO. Foto: Unidiversidad
Julio Aguirre, secretario académico de la UNCUYO, coincidió en que, en un mundo del trabajo tan volátil como este en el que vivimos, es posible que haya más demanda de unas carreras que de otras. Sin embargo, desde su visión, que los contenidos educativos vayan un poco más atrás de las necesidades del mercado laboral es algo lógico, ya que es este último ámbito el que marca el camino de lo que se requiere, y no al revés. El desafío queda en las universidades para luego demostrar su capacidad de adaptación al contexto.
“En la UNCUYO tenemos carreras de humanidades y de educación en las que, de hecho, sus estudiantes consiguen trabajo mucho antes de recibirse. Con respecto a que los contenidos educativos van rezagados a las necesidades del mercado laboral, esto siempre fue así. No puede ser de otro modo, porque los que determinan el proceso productivo son las empresas, que van incorporando tecnología de vanguardia o emergentes a las cuales vos, como universidad o facultad, no podés anticiparte. De hecho, para cambiar un plan de estudio, hay que seguir ciertos procedimientos, y las universidades no pueden hacer inversión de riesgo en un cambio de plan de estudio. Una vez que están consolidadas una tecnología y una demanda, se puede armar una carrera para ello, pero no podemos armar una carrera por algo que, muchas veces, está de moda. Por eso, siempre vamos detrás. El tema es cuál es tu capacidad como institución para adaptarte una vez que tenés información efectiva de las nuevas tecnologías y habilidades que están demandando las empresas”, detalló Aguirre.
La Expo Educativa 2024 tuvo gran concurrencia de estudiantes. Foto: Unidiversidad
Para eso, apuntó, existen dos caminos. Una es la creación de nuevas carreras. “Aquí tenemos al Instituto Tecnológico Universitario (ITU), que avanza constantemente en la línea de la tecnología, la innovación y la producción. Hace poco, por ejemplo, se abrió la Tecnicatura en Programación en el Este provincial", destacó. Por otro lado, señaló que la UNCUYO ofrece constantes capacitaciones con especialistas de la casa de estudio en tecnología, innovación, inteligencia artificial y ChatGPT. "En este sentido, estamos realizando toda una política a futuro con la intención de crear centros de investigación para que luego se vayan incorporando a nuestros contenidos educativos, incluso desarrollando cursos, cursos de posgrado, e incorporarlos dentro de una cátedra. De hecho, estamos intentando abrir nuevas carreras con esta temática”, aclaró.
Así, aunque los egresados y las egresadas de ciertas disciplinas y universidades enfrentan mayores desafíos para encontrar empleo, las competencias y habilidades desarrolladas durante sus estudios pueden ser transferibles y valiosas en múltiples contextos laborales. La clave está en la adaptabilidad y en la capacidad de aplicar sus conocimientos de manera creativa y efectiva en el mundo del trabajo actual.
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