Mendoza turística: entre las ciudades más elegidas del país

Sociedad

Luego de ir de luna de miel con su esposa a Nono, provincia de Córdoba, Jorge tuvo una idea difícil de concretar, pero no imposible: construir un par de laberintos inspirados en el que se encuentra en ese lugar de la sierra cordobesa. 

“Hace 15 años que mi padre comenzó este anhelo, que estuvo 12 años en secreto. Hace solo 3 años abrimos las puertas al público, pero, debido a la pandemia, tuvimos que cerrar el año pasado, así que mucha gente no nos conoce aún”, comentó Noelia.

Así fue como Jorge puso en marcha este particular proyecto. Durante más de una década, se dedicó a preparar el terreno y a probar con distintas plantas para lograr su cometido. Desde siempre verde, hasta ligustro, probó con una gran variedad de arbustos, hasta que notó que la planta de arabia se daba perfectamente en el clima semiárido del sur mendocino. 

“Mi papá siempre dijo que Malargüe apuesta al turismo y quería hacer algo con respecto a eso, y, como conocía de plantas, se puso manos a la obra”, agregó su hija.

Lugares para perderse caminando

El espacio cuenta con dos circuitos: un laberinto cuadrado y uno redondo. El circuito cuadrado tiene 31 pasillos de este a oeste y 31 pasillos de norte a sur. En este caso, existe solamente un camino que lleva a la salida y su recorrido total dura aproximadamente 25 minutos.

Laberinto cuadrado. Foto: Elizabeth Montecinos

En tanto, el laberinto redondo es un paseo que no tiene encrucijadas y las personas pueden recorrerlo hasta llegar al centro de este, donde se encuentra la fuente de los deseos en la que los y las visitantes pueden descansar y tomar excelentes fotografías. Entre ambos recorridos, se encuentra un mirador de 10 metros de altura, desde donde se puede apreciar una vista panorámica de todo el predio y de ambos laberintos.

Laberinto redondo. Foto: Elizabeth Montecinos

Mucho más que dos laberintos

En la propiedad, además de los dos circuitos, se puede pasar un día en un marco de naturaleza, ya que cuenta con una enorme cantidad de álamos y sauces, espacios verdes y un lugar con churrasqueras y hornos de barro. Además, hay juegos para los más pequeños y pequeñas, una calesita, y bicicletas para dar paseos por todo el predio.