La Suprema Corte ratificó la prisión perpetua para Alejandro Amitrano

En 1999, el hombre asesinó a su pequeña hija y se dio a la fuga. Estuvo prófugo durante 13 años. En un fallo unánime, el tribunal provincial confirmó la condena.

La Suprema Corte ratificó la prisión perpetua para Alejandro Amitrano

Amitrano recién fue detenido en 2013 en Paraná, Entre Ríos. Foto: Diario Los Andes.

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Publicado el 23 DE NOVIEMBRE DE 2016

La Suprema Corte de Justicia confirmó la pena de prisión perpetua para Alejandro Amitrano (42), condenado por matar a su pequeña hija, Rosario Belén, en 1999. El homicida estuvo prófugo por 13 años hasta que fue detenido en 2013 en Paraná, Entre Ríos. Finalmente, este 22 de noviembre la sala penal de la Corte ratificó la sentencia en un fallo unánime.

En noviembre de 1999, la sociedad mendocina estuvo conmocionada por el macabro asesinato de Rosario Belén, una beba de apenas un año, a manos de su padre, Alejandro Amitrano (42), quien luego se dio a la fuga. Después de ser detenido en 2013, la sala penal de la Corte confirmó la sentencia a prisión perpetua de Amitrano, dictada por la Quinta Cámara del Crimen. Ahora deberá permanecer en el penal Almafuerte.

Los magistrados Omar Palermo, Alejandro Pérez Hualde y Mario Adaro rechazaron las objeciones de la defensa del imputado; entre ellas, la violación de garantías constitucionales, la violación de la defensa en juicio y la privación ilegítima de la libertad.
 

El caso

La pequeña falleció el 30 de noviembre de 1999 por una falla multiorgánica, después de muchos días de agonía, en el Hospital Notti de Guaymallén. La niña había sufrido graves golpes de su padre que derivaron en una fractura de sus costillas, fisura maxilar, traumatismo de cráneo y fuertes lesiones en su abdomen, que provocaron que su intestino explotara contra la columna vertebral.

Su padre había logrado fugarse durante 13 años y pasó parte de ellos viviendo en Paraná, Entre Ríos, bajo la identidad falsa de Alejandro González. En ese tiempo formó una nueva familia –cuando fue arrestado su pareja estaba embarazada– y se dedicó a la actividad comercial. El proceso de detención se concretó tras la información brindada por un policía de San Luis que tenía vínculos con la familia de Amitrano. Los investigadores siguieron al asesino hasta su vivienda en Paraná, lo detuvieron y luego lo trasladaron a Mendoza, donde la fiscal Claudia Ríos lo imputó por el delito de homicidio agravado por el vínculo y por alevosía.

En tanto, la mamá de la víctima, Cecilia Cousau, fue imputada por abandono, pero quedó absuelta en un juicio de abril de 2001 por constatarse que no participó en el asesinato.

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