“La situación que arrastra el país funciona como un estresor crónico”

Así lo aseguró el psiquiatra Manuel Vilapriño. Dijo que esto impacta en la salud mental, lo que se refleja en el aumento de trastornos del ánimo, depresivos, bipolares, de ansiedad, de la conducta alimentaria, entre otros. La importancia de la resiliencia y las claves para intentar protegerse.

"La situación que arrastra el país funciona como un estresor crónico"

El director de Salud Mental dijo que el pueblo argentino es resiliente y que en eso le lleva años luz al resto del mundo. Foto: Unidiversidad

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Verónica Gordillo

Publicado el 12 DE MARZO DE 2024

El psiquiatra Manuel Vilapriño dijo que la situación que arrastra el país desde hace años funciona como un estresor crónico, con picos agudos, que indefectiblemente impacta en la salud mental de la población. Aseguró que lo esperable es que continúen en aumento los casos de depresiones, adicciones, trastornos de ansiedad y de la conducta alimentaria, entre otros, simplemente porque en su raíz coexiste una combinación de genética y de factores sociales y ambientales.

Vilapriño está al frente de la Dirección de Salud Mental y Consumos Problemáticos, un desafío que, según contó a Unidiversidad, aceptó porque advirtió que la clase política entendió la importancia de abordar la problemática. Dijo que es un tema que siempre se silenció y se escondió, hasta que la pandemia visibilizó una realidad que se repite desde hace años: el incremento exponencial de casos de diversos trastornos en Argentina y en el mundo, incluido el suicidio.

¿Por qué aumenta la cantidad de personas que padecen este tipo de trastornos? Vilapriño explicó que la razón está en cómo se producen todas las enfermedades, salvo las infecciosas: una combinación de genética y factores psicológicos, sociales y ambientales. Entonces, continuó, si los estresores son cada vez mayores (la pandemia, la crisis, las situaciones traumáticas, de violencia), se dispara la genética. A contramano de esta realidad, comentó que las enfermedades que menos dependen de factores socioambientales, como la esquizofrenia, no aumentaron, sino que mantienen la tasa de incidencia.

El psiquiatra explicó que, si bien la problemática es mundial, Argentina mostró una particularidad luego de la pandemia. Dijo que, mientras en el resto de los países la cantidad de casos se estabilizó, aquí continuó en aumento.

Un pueblo resiliente

No todo es negativo. El profesional subrayó la importancia de que el pueblo argentino sea resiliente. Y resaltó que el humor, que se utiliza aún en las situaciones más trágicas y que en muchos casos se traduce en memes, funciona como un “protector de cabeza”.

“Somos un pueblo absolutamente resiliente, en eso les llevamos años luz al resto de los países”, fueron sus palabras. Y dijo que eso también tiene una incidencia en este tipo de enfermedades, porque, aun con crisis recurrentes, las tasas de enfermedades e incluso de suicidios, si bien son altas, no lo son más que en otros países del mundo.

El psiquiatra enumeró otros aspectos que también funcionan como escudos protectores: apoyarse en los vínculos afectivos, en la familia en todas sus expresiones, buscar un equilibrio entre la vida laboral, afectiva y recreativa, y el deporte: practicar de 150 a 180 minutos de actividad aeróbica por semana (correr, caminar, andar en bici, nadar), porque tiene propiedades neuroprotectoras, es decir que disminuye el impacto que la ansiedad y el estrés pueden generar.

Desafíos de gestión

El incremento de los casos de este tipo de trastornos en Argentina y en Mendoza se tradujo en el aumento de la demanda en centros de gestión privada y especialmente en los públicos, que, si bien se reforzaron en pandemia, se ven superados.

Vilapriño aceptó el desafío que le propuso el gobernador Alfredo Cornejo de atender la problemática. El área no tiene presupuesto propio, sino que depende del Ministerio de Salud. Por eso, uno de los proyectos que presentó el Ejecutivo en la Legislatura prevé que el 5 % de los ingresos de Casinos se destinen directamente a esta temática.

El psiquiatra dijo que uno de los aspectos centrales de su gestión será reforzar la atención primaria, ya que, como en la mayoría de las enfermedades, la demanda llega directamente a los efectores de segundo y tercer nivel, es decir, a los hospitales. Dijo que la apuesta es capacitar al personal de los centros de salud, ya que pueden resolver cuadros leves y moderados sin necesidad de un especialista. Advirtió que esto no mejorará en dos días, que nadie debe creer en “espejitos de colores”, pero que la intención es tender a lograr ese objetivo.

En cuanto a los hospitales monovalentes, es decir, los que tienen especialización en psiquiatría, comentó que el objetivo es refuncionalizarlos, pero de ningún modo cerrarlos, como prevé la Ley de Salud Mental. Dijo que la idea es dotarlos de más herramientas, porque es ilógico cerrar un dispositivo específico cuando la demanda es tan grande.

Además de los hospitales monovalentes, y siguiendo la letra de ley nacional, se abrieron áreas específicas de salud mental con internación incluida en los hospitales generales. En este sentido, en la provincia se pusieron en marcha o se reforzaron los existentes en el Central, Lagomaggiore, Lencinas y en el Schestakow, de San Rafael, al que Vilapriño destacó por la calidad del equipo profesional y por el trabajo que realizan.

La cantidad de profesionales especializados en psiquiatría es otra problemática, en especial en el sector público, ya que, solo a modo de ejemplo, en la atención primaria hay siete profesionales para 360 centros de salud. Esa realidad es la que intenta cambiar, entre otros aspectos, con la apertura de residencias para el área, otra de las propuestas que el Ejecutivo presentó en la Legislatura y que prevé reducirlas un año y fomentar con diversos mecanismos aquellas donde faltan profesionales.

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