El agua de Mendoza escasea cada vez más. Los ríos de la provincia no tienen el caudal de un año medio desde hace ya cinco años. Para esta temporada, el Departamento General de Irrigación pronosticó que los caudales iban a estar en un 52 % del promedio que se toma como parámetro. Sin embargo, la cantidad de agua finalmente fue menos de la esperada: los porcentajes rondan el 30 %.

“Estamos en años hidrológicos muy extremos. Los pronósticos que se tienen cambian mucho”, explicó a Unidiversidad Rubén Villodas, director de Gestión Hídrica, y añadió que por ese motivo, los márgenes de error se agrandan.

La diferencia entre el pronóstico y la medición diaria, permite apreciar que la sequía, ya grave de por sí, es peor de lo que se estimaba. Este año, casi todos los ríos han tenido mínimos históricos, subrayó Villodas.

Ajustar la entrega de agua y optimizar el riego

Los niveles bajos de nieve derivados del cambio climático son fundamentales para hablar de una disminución de esta índole en los caudales. Sin embargo, sobre eso no se puede actuar en el corto plazo, por lo que el funcionario señaló que desde Irrigación trabajarán de dos formas para afrontar otro año de crisis hídrica.

En primer lugar, urge cambiar los sistemas de distribución al sector agrícola, ajustando la entrega del agua. Básicamente, esto consiste en cambiar los sistemas de distribución para entregar menos agua. Se modificaría el turnado en la entrega de agua entregando agua un día menos de lo normal. “En vez de ser tres días de entrega y seis días de no entrega, pasa a entregarse dos días sí y seis días no”, ejemplificó el director de Gestión Hídrica.

Esto generalmente trae consecuencias en la producción. “La prioridad de uso siempre la tiene la población”, destacó Villodas.

Mendoza más seca: los ríos estarán por debajo de la media histórica

El Departamento General de Irrigación (DGI) informó el estado de los caudales de los ríos en 2019/2020, confirmando un nuevo año de crisis hídrica y sequía: habrá alrededor de un 11 % menos de agua que en la temporada anterior y todas las cuencas estarán por debajo de la media histórica.

La otra medida que el ente autárquico aplica es hacer mediciones en las fincas y mejorar los sistemas de riego ya existentes. También se podrían implementar sistemas más modernos, pero estos son costosos de aplicar y de mantener, por lo que resultan inviables.

“Lo que estamos haciendo es medir y mostrarle a la gente por qué está regando mal —sostuvo el funcionario—. Puede ser porque los surcos son muy largos, entonces para que el agua llegue a una punta se pierde mucha en el inicio del recorrido. También puede haber desniveles, malos tiempos de riego; hay una gran cantidad de pequeños factores que con poco costo se pueden ajustar bien”.