ITS y sustancias psicoactivas

Opinión del doctor Sergio Saracco.

ITS y sustancias psicoactivas

Facultad de Ciencias Médicas

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Mg. Sergio Saracco, Médico Toxicólogo, Director del Observatorio sobre Problemáticas de Consumo, FCM, UNCUYO.

Publicado el 11 DE NOVIEMBRE DE 2015

Somos parte de una sociedad de consumo que se caracteriza por tener un alto nivel de individualismo, cambio de valores y diferentes estilos de vida, que obligan a estudiar nuevas formas de relacionarse. Nos encontramos con ambientes altamente competitivos, creciente disgregación familiar y nuevos modelos de hogar. Este es el contexto en el que se da el incremento de consumos y sus problemáticas asociadas. Se busca mejorar estados anímicos, aumentar el placer y lograr gratificación inmediata, todo asociado a la necesidad de reconocimiento de los pares y bajo el paraguas de una sociedad de consumo que invita a seguir mandatos del mercado.

Es en este contexto en que pasamos, rápidamente y casi sin darnos cuenta, del uso de objetos al consumismo. Cobran así gran relevancia televisión, juegos, alimentos, sustancias psicoactivas, Internet, smartphones, etc.

Así podemos reconocer la existencia de un amplio grupo de conductas adictivas, con mecanismos etiopatogénicos comunes, que llevan a trastornos por abuso y dependencia, tanto de sustancias tóxicas como de un heterogéneo grupo de conductas adictivas comportamentales, muchas de ellas altamente dañinas para la persona que las padece. Entre las últimas contamos ludopatías, sexo compulsivo, ejercicio físico extenuante, compras sin control, búsqueda patológica de sensaciones extremas, todas ellas caracterizadas por la necesidad imperiosa de ser repetidas, a pesar del evidente daño psíquico y físico que van generando.

El incremento de las problemáticas de consumo de sustancias tóxicas se da a través del alcohol, las bebidas energizantes, el tabaco, la marihuana, la cocaína y los psicofármacos, entre otras menos prevalentes, tanto legales como ilegales. En este punto podemos hablar de la relación entre las problemáticas de consumo y las infecciones de transmisión sexual.

El alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida por los jóvenes y adolescentes de todo el país, tanto entre los varones como entre las mujeres, en los grupos de edad de 15 a 16 años y el de 17 años o más. Los jóvenes, precisamente, se encuentran seducidos por el entorno, en busca de una identidad y de la aceptación de sus pares, en plena etapa de despertar sexual y de vulnerabilidad ante la promesa de plenitud que el consumo de sustancias ofrece. Este es el momento en que corren riesgo de ingresar en el círculo alcohol-drogas-desinhibición-sexo no seguro-ITS.

Adicionalmente, nos encontramos con la ya baja percepción de riesgo que hoy tienen los adolescentes sobre las conductas de riesgo y las ITS, donde el uso de las medidas de protección ha pasado a ser cada vez menor. Así, entre los jóvenes mendocinos de 15 a 24 años, hoy se triplican los casos de enfermedades de transmisión sexual, según datos oficiales de la Dirección de Epidemiología provincial y es lo que ha llevado a que la sífilis, una antigua infección que se creía erradicada, resurja con fuerza en el país y haya aumentado más del 30 %, según estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación.

Esta situación no discrimina nivel educativo ni poder adquisitivo de los jóvenes. Afectan a todas las clases sociales por igual, cambiando únicamente la sustancia usada conforme al poder adquisitivo y accesibilidad, siendo las más prevalentes alcohol, tabaco, marihuana y cocaína. El efecto desinhibitorio, la alteración del umbral de los sistemas de alerta: todo conduce a los jóvenes al círculo antes mencionado.

La percepción de daño asociado al uso frecuente de bebidas alcohólicas se mantiene bajamente estable. En el caso de la marihuana –droga que mayor tolerancia presenta en su uso ocasional–, sólo el 53 % piensa que esta modalidad de uso es de gran riesgo, y el 14,3 % piensa que esta modalidad de uso no tiene riesgo alguno. Finalmente, de manera sorprendente, el número de personas que consideran que el consumo ocasional de cocaína no produce riesgo alguno se ha duplicado.

Ante el aumento de los índices de adicción a sustancias, de enfermedades no transmisibles, de infecciones de trasmisión sexual, trastornos psiquiátricos, patologías de la conducta alimentaria y ludopatías, entre otras, subyace de manera silenciosa el fenómeno del consumo. En la actualidad, las conductas relacionadas con el consumo median las relaciones sociales, e incluso determinan las posibilidades de inclusión y adaptación al medio. Muchas veces, dichos consumos se inician y toleran merced a la falta de información veraz y precisa, que permita elegir, o a través de la instalación de mitos y costumbres que naturalizan, banalizan o justifican ciertas prácticas.

Ante este panorama, y en virtud de que estas problemáticas atraviesan transversalmente a nuestra sociedad, es que se decidió constituir desde el Decanato de la FCM de la UNCUYO, el Observatorio Sobre Problemáticas de Consumo, como un ámbito institucional de abordaje interdisciplinario, cuya finalidad es investigar, informar, promover y apoyar acciones destinadas a identificar, conceptualizar y valorizar variables, que permitan elaborar un sistema de indicadores acerca del fenómeno en la población de Mendoza, que sirvan para la toma de decisiones y la ejecución de políticas concretas de prevención, que contribuyan a mitigar la vulnerabilidad social frente a esta problemática de alto impacto en la salud pública.

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