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20 DE DICIEMBRE DE 2024
Un litro de aceite contamina mil de agua, sin embargo, Mendoza no cuenta con un sistema que recolecte estos líquidos de las casas ni existen lugares para ir a depositarlos para evitar que sean arrojados a los desagües cloacales.
Un litro de aceite basta para contaminar mil de agua. Foto: aliexpress
Existieron intentos de reglamentar la recolección de aceite usado pero pasaron los años y no llegaron a concretarse. Hoy por hoy, sólo se controla que los restaurantes no los arrojen a las acequias. Quienes analizan la problemática sostienen que el Gobierno no actúa porque pese a la contaminación que generan estos líquidos no se ve a simple vista. Al mismo tiempo existe el negocio ilegal del aceite ya que algunas fábricas lo utilizan para alimentar a los chanchos y mascotas aunque esté prohibido. Los responsables de las áreas de ambiente de distintos municipios se mostraron reacios a hablar del tema.
Pocas veces nos preguntamos cuáles son las consecuencias de tirar el aceite que usamos para cocinar a las cloacas o a las acequias. Según expresó Ivonne Hurtado a Unidiversidad, quién recolectó por varios años estos líquidos para fabricar jabones ecológicos con su empresa Más Ambiente, “un litro de aceite contamina 1000 litros de agua, puede generar incendios y plaga de ratones porque cuando estos roedores ingieren veneno, buscan fuentes de aceite”.
Pero el problema no termina allí. Para Hurtado, otro problema generado por el poco control deriva en la existencia de un negocio ilegal, que tiene lugar hasta en el aceite. “Muchas fábricas de fiambre utilizan el aceite para alimentar a los chanchos aunque está prohibido para la alimentación animal y empresas de alimento balanceado para mascota también los usan para mejorar el sabor”.
“Un restaurante chico puede generar 25 litros de aceite por semana mientras que uno más grande que cocina papas y rabas, por ejemplo, puede llegar a los 160 litros por semana. Se producen 72 toneladas al mes y dos litros de aceite por persona al año. Todo esto se podría reciclar y fabricar otros productos”, señaló Hurtado.
Más Ambiente se dedicaba a elaborar jabones ecológicos para hoteles y hogares a partir del reciclado de aceite usados en casas y restaurantes. Pero tuvieron que dejar de hacerlo porque se hizo insostenible y hoy en Mendoza no existe un emprendimiento que recicle estos líquidos.
“Nosotros no recolectamos hace mucho. En otros países se paga y acá los restaurantes quieren lo mismo. Es un tema que no está reglamentado. Es imposible si los municipios no hacen la recolección. No está la voluntad política. Nuestra idea el año que viene es crear una planta donde la gente pueda llevar el aceite directamente ahí, pero es difícil”. Sin embargo, el interés por un lugar donde depositar estos líquidos es evidente: por semana, Ivonne Hurtado, recibe tres llamados de personas que consultan a dónde pueden llevarlo. “La gente no sabe qué hacer con el aceite”, exclamó.
En relación a las acciones del Gobierno, Hurtado afirmó: “Los municipios comunican cosas que después quedan en suspenso. Dicen que van a hacer plantas de biodiesel pero todo queda en la nada, como en Godoy Cruz”. Se refiere al proyecto anunciado en 2012 que realizaría la municipalidad de Godoy Cruz en colaboración con la Fundación de la Universidad Nacional de Cuyo mediante un subsidio del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, denominado "Tratamiento y reutilización de aceites vegetales en desuso”.
La idea de esta iniciativa era que se “generaran 200 litros de biodisel por día utilizando 220 litros de aceite vegetal en desuso. Los 20 litros restantes se transformarían en glicerina para que escuelas técnicas ambientalistas del departamento realizaran diferentes tipos de jabones”. (Los fondos obtenidos serían reinvertidos en programas de mejoramiento del medio ambiente en el territorio departamental).
Godoy Cruz se enarboló como “pionero” en la implementación de estos programas de reciclado, pero actualmente tal planta no está en funcionamiento. Unidiversidad consultó al director de Ambiente y Energía de ese municipio, Leo Mastrángelo, quien dijo: “La recolección de aceites usados no se está haciendo, no se está avanzando en ello. Se está trabajando en la planta junto con la UNCUYO. Es un tema que no ha quedado en el olvido, sino que se está terminando de establecer”.
Desde esa casa de estudios señalaron que las personas involucradas en esos años con dicho proyecto ya no están vinculadas con la Universidad por lo que se hace difícil seguirle el rastro a la iniciativa. Sin embargo, Mastrángelo afirmó que “la idea es que el año que viene la planta se tenga lista”. Así las cosas, a cinco años del anuncio de su construcción. El funcionario no quiso dar más detalles al respecto y desde el municipio se mostraron reacios a hablar del tema.
En el departamento de Luján de Cuyo, por su parte, existe una ordenanza desde 2013 presentada por el concejal ya fallecido Pablo Giaquinta (FpV), que establece que se cree un registro de establecimientos que generen el aceite vegetal usado, así como también de transportistas y operadores, es decir, empresas o personas que se dediquen a reciclarlo, pero no contempla la recolección hogareña.
Pía Santarelli, directora de Gestión Ambiental del municipio lujanino dijo a Unidiversidad: “Por el momento es algo que no se hace. Hay empresas que realizan la recolección en los restaurantes, tienen que estar habilitadas en el lugar en donde estén radicadas. Dependiendo de eso es quien las controla. Todos los comercios e industrias de Luján son controlados por la Inspección de Industria y Comercio. Para los casos ambientales se trabaja de manera conjunta”.
Además, Santarelli agregó: “Estamos analizando que los supermercados dispongan de lugares para que la gente lleve ahí el aceite una vez utilizado, pero todavía estamos planeando la logística para que, por ejemplo, la sustancia no se derrame”.
En 2012, Ivonne Hurtado dialogó con una concejal de Capital que estaba realizando una ordenanza al respecto, aunque ésto fue negado a Unidiversidad. Por otra parte, en ese municipio, Mónica Castro, su directora de Gestión Ambiental sostuvo: “Actualmente el municipio no hace la recolección. Se chequea que los restaurantes no arrojen los aceites a las acequias”. Sobre por qué el aceite vegetal usado no se suma a los elementos de reciclaje como las pilas o el vidrio. Castro dijo que es porque “son temas que van quedando pero está resuelto por las empresas privadas que lo retiran”.
De igual manera sucede en Guaymallén, donde tampoco existe un sistema municipal de recolección. Acerca de porqué no se recolecta el aceite que la población utiliza, Leandro Maldonado, responsable del área de ambiente del municipio afirmó: “Primero hay que ir por los grandes generadores como los restaurantes y después desarrollar la recolección de las casas”. Peor aún no existe un proyecto encaminado a tal cuestión.
Para Hurtado, que aún no se creen políticas concretas y que la población no reclame generalizadamente, ”tiene que ver con que el problema de no tener dónde depositar el aceite tiene consecuencias que no se ven. Es un problema encubierto, las personas sólo se interesan cuando hay una relación emocional y el Gobierno sólo actúa si la población presiona. Además, en Mendoza no hay datos sobre cuál es el costo del tratamiento del agua".
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