La perspectiva de género como base para que travestis y trans concluyan sus estudios
La discriminación y estigmatización de travestis, transexuales y transgéneros en las instituciones es un hecho que, actualmente, está tomando más visibilidad. La educación formal es uno de los espacios que les presentan mayores obstáculos.
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Unidiversidad / Fuente: Télam
Publicado el 29 DE JULIO DE 2021
La discriminación y estigmatización de travestis, transexuales y transgéneros en las instituciones es un hecho que, actualmente, está tomando más visibilidad. La educación formal es uno de los espacios que les presentan mayores obstáculos. Por eso se llevó a cabo el Primer Encuentro Federal de Educación Travesti Trans, donde se abordó la importancia de incluir la perspectiva de género en los espacios educativos para que la población trans concluya sus estudios.
El Encuentro fue organizado por el Bachillerato Popular “Mocha Celis”, una secundaria pública y gratuita fundada en 2011 para promover la inclusión de personas travestis y trans en la educación formal. También participaron el ministro de Educación, Nicolás Trotta, y la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta.
Una investigación realizada en la Ciudad de Buenos Aires en 2016 reveló que solo el 24,3 % de las personas travestis y trans lograron terminar sus estudios secundarios. En el nivel terciario y universitario incompleto, el porcentaje desciende al 10,1 %, mientras que solo el 5,9 % lograron finalizarlo.
Según señalaron especialistas, la clave para que personas travestis y trans concluyan sus estudios no es solo una perspectiva educativa dentro de las aulas sino que incluye factores como la no discriminación –en especial, por parte de directivos y docentes–, la adecuación de horas de cursado y una infraestructura completa en escuelas.
Más de 2000 personas travestis y trans de organizaciones de todo el país relataron sus experiencias en torno a la educación y coincidieron en la necesidad de "repensar una escuela con perspectiva de género", sin discriminación y con respeto a la identidad de género autopercibida. Se mencionó que, además de la inclusión, es importante la revalorización de travestis y trans como sujetos de conocimiento y no solo como objetos de investigación.
El ministro Trotta añadió: "La escuela es un espacio central para construir la agenda de la diversidad y derechos y, a partir de allí, reconfigurar comportamientos que han estado presentes demasiado tiempo en nuestra sociedad”.
Trotta destacó que, gracias a leyes como la de cupo laboral travesti/trans, "se está construyendo un proceso de transformación que permite el pluralismo”, como también el reconocimiento de las historias y luchas de esos colectivos. La “responsabilidad”, manifestó el ministro, es llevar esa mirada a las aulas, “trabajar en el abordaje de la reconfiguración de los comportamientos en las escuelas” y en la formación docente. Para esto, la correcta implementación de la Educación Sexual Integral es fundamental.
En el mismo sentido hizo un aporte la ministra Gómez Alcorta: “Los espacios educativos tienen una relevancia estratégica, son semilleros de producción y reproducción de subjetividades, se enseñan valores y sentido, formas de relacionarnos entre personas y con nuestro cuerpo". Apuntó al compromiso con "romper con la violencia heteropatriarcal que se instala en los procesos educativos”, donde ubica “los orígenes de las desigualdades contra la población LGBTIQ+".
Cintia Pili, referente del espacio de género del movimiento Atahualpa e integrante de la Asociación Mundo Igualitario de Mar del Plata, remarcó la importancia de aprender a detectar esas violencias porque no siempre son explícitas. “Cuando hablamos de discriminación, no decimos que vamos a la escuela y nos cierran la puerta. Muchas dejan la educación pública porque los directivos no nos respetan nuestra identidad de género".
Otro problema, relató, es que para personas travestis y trans la prostitución suele ser la única salida laboral y los horarios de cursado “no les permiten seguir”. Lo mismo sucede con la conectividad, un servicio al que no siempre acceden.
Pili tene 47 años y terminó la secundaria en 2014 por el plan Fines. Antes había abandonado la escuela pública por la discriminación que sufría. “Me llegué a orinar encima para no entrar al baño, donde había una persona en la puerta que me pedía el DNI, al tiempo que se me cuestionaba la ropa que me ponía", contó.
Hoy, Pili da charlas sobre ESI en las escuelas y, a pesar de los avances, remarcó la existencia de situaciones discriminatorias, particularmente hacia travestis y trans. En este sentido, observó que la ESI tiene que introducir algunos cambios “porque es binaria y no tiene en cuenta a las diversidades y los colectivos".
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