Numerosas repercusiones dio la marcha por Matías y las declaraciones de sus papás. Unas tres mil personas aproximadamente marcharon hacia la Legislatura el martes, pidiendo seguridad y justicia por Matías Quiroga, el joven de 21 años, que fue asesinado el viernes pasado a una cuadra del supermercado Carrefour en el departamento de Godoy Cruz.

En dicha instancia el papá de Matías, hizo fuertes declaraciones. En este sentido dijo: “Estamos hartos de derechos humanos”. Y allí se abonó a la confusión. También cargó contra los abogados penalistas con gran trayectoria en materia de defensa de derechos humanos. Más confusión. Luego entre el aplauso y apoyo de los presentes pidió que se desatara las manos a la policía para que recorran los lugares donde se ocultan los criminales.

Mucha movilización, palabras de apoyo, emociones sin reflexión. Todos podemos entender que en esos momentos de intenso dolor, pueden decirse cosas impactantes. Que no invalidan el reclamo, pero sí dan muestras de una reacción que implica ante tanta angustia desesperada, y profundo dolor. Algunos medios titulaban que “la sociedad” salía a las calles, que existía un día en donde se pedía “el fin de los derechos humanos”. Otros, más mesurados intentaban analizar junto a especialistas, lo que estaba aconteciendo.

La nota que mayor repercusión alcanzó fue la presentada por el diario digital MDZ on line, cuyo título expresa que "la gente pidió el fin de los derechos humanos" en la marcha realizada en memoria de Cristian. La reproducción de esa idea ¿Podría afectar el devenir de los valores democráticos?

¿Pero qué era lo que sucedía? ¿Cuál es el verdadero sentido de los derechos humanos?¿Qué piden en realidad, cuando piden un Estado más restrictivo, menos garantista? ¿Qué responsabilidad tienen los medios?

Ayer, Canal 9 de Mendoza, visibilizó otro caso. Igual de importante, pero sin la misma trascendencia mediática y el apoyo popular.

Hablaron con la mamá de Micaela, la nena asesinada en el Barrio La Gloria que falleció el mismo martes que se organizaba la marcha de Matías. Esta mujer, entre lágrimas, pedía igual amparo para el caso de su hija. Ella no amenazó con posibilidades de violencia, dijo que eran trabajadores, no habló de pena de muerte ni despotricó contra los Derechos Humanos. Habló de igualdad, esa; que tanto nos falta.