El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, convocó este martes 31 a una “sesión urgente” del Consejo Permanente de la institución para discutir la “alteración del orden constitucional” en Venezuela, invocando la Carta Democrática Interamericana, una decisión sin precedentes que inicia un proceso que puede finalizar en su suspensión de la entidad.

En un informe de 132 páginas destinado al presidente del Consejo, el argentino Juan José Arcuri –reemplazo de Nilda Garré–, Almagro recurre al artículo 20 de la Carta para “solicitar la convocatoria de un Consejo Permanente de los Estados miembro entre el 10 y el 20 de junio de 2016”. Además, el jefe del organismo insta al presidente venezolano Nicolás Maduro a garantizar la celebración este año del referéndum revocatorio, a liberar a los presos políticos y a frenar el “bloqueo permanente” de la Asamblea Nacional.

De este modo, Almagro se convierte en el primer titular de la OEA en activar la Carta a un Estado miembro sin la venia del gobierno legítimo del país implicado. El jefe de la entidad se ampara en el artículo 20, que posibilita al secretario general o a cualquier Estado miembro a solicitar la convocatoria inmediata del Consejo Permanente cuando en un país de la organización se origine una “alteración del orden constitucional” que perjudique su orden democrático.

La invocación de la Carta Democrática puede finalizar –si consigue la aprobación de la mayoría de los 34 países miembro– en la suspensión de Venezuela, como ocurrió con Honduras luego del golpe de Estado de 2009, pero antes debe pasar por prolongadas gestiones diplomáticas destinadas a encontrar una salida consensuada.

Ya el año pasado, durante la campaña electoral, Mauricio Macri había pedido aplicar la Carta Democrática a Venezuela. Pero luego Susana Malcorra, ministra de Relaciones Exteriores, calificó de "apresurada" esa decisión sin antes "elaborar una oportunidad de mediación y diálogo". No obstante, Malcorra reconoció hace poco que en el país dirigido por Maduro "hay un riesgo de disolución".
 

El origen de la Carta Democrática Interamericana (CDI)

Como consecuencia del ataque terrorista ocurrido el 11 de septiembre en Estados Unidos, los países miembro de la Organización de Estados Americanos (OEA) firmaron en Lima (Perú) este documento que desde entonces les sirve como fundamento para salvaguardar la democracia.
 

¿A quién se le puede aplicar? 

Este mecanismo puede aplicarse a cualquiera de los 34 miembros activos de la OEA, esto es, a todos aquellos países del hemisferio occidental, excepto Cuba. La isla seguía suspendida de la Organización cuando se firmó el documento en 2001. El veto a Cuba se levantó recién en 2009, pero con la condición impuesta por Estados Unidos de que La Habana firmara los documentos aprobados en su ausencia, incluida –entre ellos– la Carta Democrática Interamericana. Desde entonces, Cuba ha reiterado en varias oportunidades su falta de interés en volver a un organismo que considera superado por otras organizaciones subregionales, como Unasur o Celac.
 

¿Qué consecuencias puede producir la aplicación de la Carta a un país miembro? 

La más grave es la suspensión del Estado de la OEA. En los 15 años de historia, CDI ha sido utilizado sólo una vez, en Honduras en 2009. Podría haberse aplicado también en 2002 tras el golpe contra Chávez, pero los debates sobre el asunto duraron más que el golpe y Chávez ya había vuelto al poder cuando los miembros de la OEA seguían discutiendo.