La obsesión por lograr un bronceado perfecto tiene un nombre: tanorexia
Leisa Molinari, dermatóloga especialista en cáncer de piel, describe la condición por la cual una persona genera una necesidad obsesiva para conseguir un tono de piel más oscuro.
Foto: Kindel Media / pexels.com
Muchas personas desarrollan una adicción al bronceado de manera inconsciente, por lo que resulta más común de lo que creemos. ¿A qué se refiere específicamente el término "tanorexia"? ¿Lo escuchaste alguna vez?
La tanorexia hace alusión a la adicción al bronceado. Es un término comúnmente utilizado para describir una condición en la cual una persona genera una necesidad obsesiva de conseguir un tono de piel más oscuro, ya sea tomando sol en espacios al aire libre o en cabinas de rayos UV, tono que nunca se alcanza.
De manera oficial, la comunidad médica no ha enumerado los síntomas de la tanorexia. Sin embargo, los afectados presentan generalmente las siguientes manifestaciones: competitividad con compañeros por conseguir el bronceado más oscuro; compulsión por aumentar y mantener el tono ganado, experimentando excesiva ansiedad, frustración e insatisfacción crónica por los resultados obtenidos; convencimiento constante de que su tono de piel es inferior de lo que realmente es, y por último, disminución del apetito, provocada por la sensación de falta de horas al sol.
Haciendo alusión a datos e investigaciones científicas sobre el tema, Leisa Molinari, dermatóloga especialista en cáncer de piel, precisa los siguientes:
En 2005, un grupo de especialistas en el área de dermatología publicaron un estudio llamado "El bronceado ligero como un tipo de trastorno relacionado con sustancias" –Archivos de Dermatología– (M. Warthan, T. Uchida, R. Wagner, Jr.). Esa investigación demostró que las personas con obsesión por el bronceado experimentaban una pérdida del control de sus límites debido a que, pudiendo hacerlo, evitaban detener el proceso de bronceado una vez que la piel ya estaba morena. Como médica especialista, puedo decir que este patrón es similar a otras adicciones, como el alcoholismo o el tabaquismo.
En 2006 y con respecto a las endorfinas y síndrome de abstinencia, el Diario de la Academia Americana de Dermatología reseñó una investigación titulada "Inducción de síntomas similares a los de abstinencia en un pequeño ensayo aleatorio y controlado de bloqueo de opiáceos en bronceadores frecuentes" (M. Kaur, A. Liguori, W. Lang, S. Rapp, A. Fleischer, Jr., S. Feldman). Las pruebas bioquímicas de esta investigación manifestaron que la adicción al bronceado es producida por una liberación de opioides y endorfinas mientras se toma el sol. Así, los pacientes analizados en el estudio que tomaron el sol con mayor frecuencia, al cortar el ciclo, evidenciaron un grave síndrome de abstinencia, al tiempo que los que tomaron el sol en cantidad moderada no experimentaron cambios destacables.
Por otro lado, en 2012 se dio a conocer una prueba piloto que hace referencia a los efectos adictivos del sol, denominado "Activación de la vía de recompensa con exposición a radiación ultravioleta (UVR) frente a UVR simulada en bronceadores frecuentes" (Cynthia R. Harrington). En la investigación se confirmaron nuevamente los efectos adictivos de la exposición solar.
Durante 2006, y enmarcado bajo el concepto de los rayos UV como droga, se dio a conocer una investigación que dejó en evidencia que los tanoréxicos pueden tener esta fuerte inclinación debido a que los rayos UV les provocan una experiencia placentera, tal como puede ocurrir con cualquier droga. Como la exposición a las radiaciones genera un momento de euforia, cada vez que se toma sol o ingresa a un solárium, el organismo produce endorfinas, las que desencadenan una sensación de bienestar al alejar el dolor.
La tanorexia genera consecuencias en la piel: la debilita y puede causarle lesiones tumorales y pretumorales. Es importante destacar que es una adicción que cuenta con tratamiento. En este sentido, el tratamiento quirúrgico y con cremas es a largo plazo, sin posibilidad de hacer un trasplante de piel, con lo cual se torna en una patología crónica. La prevención y la fotoprotección son estrategias claves.
Leisa Molinari, como dermatóloga especialista, sostiene: "Tengo una gran cantidad de pacientes que deben mantener un tratamiento constante y crónico de su piel. La primera impresión es que nunca recibieron la información suficiente para advertirles de las consecuencias de la exposición solar prolongada". En ocasiones puede que resulte difícil identificar a las personas que padecen de esta obsesión por el bronceado; sin embargo, los profesionales deben convertirse en observadores y ofrecer asistencia u orientación a quien lo padezca. Brindar ayuda es un aporte valioso para la salud.
Fuente: Por Leisa Molinari (MN 116.628), dermatóloga especialista en cáncer de piel y cirugía micrográfica de Mohs. Fundadora del Centro Médico de la Piel / Télam
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