La nueva normalidad: la importancia de recuperar los espacios físicos delimitados
Dos psicólogos consultados por Unidiversidad reflexionaron sobre la poscuarentena y las formas de combinar el teletrabajo con las actividades presenciales. Cómo se relaciona la salud mental con la socialización.
Foto: Unidiversidad
En 2020, nos acostumbramos a usar la casa para trabajar, ejercitarnos, estudiar y vivir en general. La pandemia de COVID-19 modificó nuestra forma de producir y eso afectó todos los ámbitos de nuestra vida. Uno de los múltiples desafíos de la nueva realidad es el de volver a diversificar los espacios físicos que habitamos en la cotidianidad.
“Los estímulos medioambientales son lo que nos enriquece”, señaló el psicólogo Mauricio Fracapani. ¿Qué significa esto? “Lo saludable es que cada rol específico esté asociado a un lugar específico. Trabajar en una oficina, comer en la casa y juntarse con los amigos en el bar; tener distintos roles asociados a distintos lugares”, detalló.
En ese mismo sentido, el psicólogo y coach Diego Rodríguez respondió a Unidiversidad que el hecho de trasladarse tiene muchos aspectos positivos. En primer lugar, ordena a la persona en el espacio. “Hay muchas empresas, sobre todo en los países desarrollados, que pasaron a trabajar virtualmente y ahora están volviendo a trabajar en las oficinas. Esto es así porque se entiende que esa multiplicidad de roles que se da en la casa, donde se es padre, trabajador y empleado, es un rollo”, sostuvo Rodríguez.
Es que la realidad de la poscuarentena no es la misma que la anterior. Muchas empresas ya muestran señales de que se están adaptando. Un sondeo reciente de la consulta D’Alessio IROL, encargado por el Instituto de Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA), arrojó un resultado llamativo: más del 90 % de las empresas dicen que adoptarán una forma de trabajo bimodal, que combine la virtualidad y la presencialidad.
Para Rodríguez, “hay gente que puede adaptarse de una mejor manera a los contextos laborales, y hay gente a la que por ahí le sirve tener la virtualidad y tener la presencialidad”.
No estar anclado a un solo espacio físico es importante, pero no es lo único que se necesita para una vida social y laboral saludable. Fracapani remarcó la importancia de tener intercambios sociales con otras personas. “No hay prácticamente disenso en esta afirmación: los seres humanos somos seres sociales. Lo que deberíamos intentar respondernos ahora es si la sociabilidad es posible a partir de la virtualidad. Hay una diferencia inevitable entre lo que podemos entender por sociabilizar en vivo y directo, cara a cara, y sociabilizar mediados por una pantalla”, aseguró el especialista.
Foto ilustrativa: Unsplash
La comodidad de estar aislado
Más allá de que en términos económicos y psicológicos la cuarentena fue dura para muchísimas personas y beneficiosa para pocas, para Fracapani hubo un grupo que la recibió sin muchas quejas. “Con el advenimiento de la cuarentena, se puso de moda una denominación que no tiene mucho sustento científico todavía, que se llama 'síndrome de la cabaña'. Básicamente, es no tener ganas de salir al mundo exterior por haberse acostumbrado a vivir adentro de la casa, volverse un ermitaño digital. Como desde la casa se puede pedir comida, trabajar y educarse, no existe la necesidad de salir de ella”, describió.
Suena muy práctico, pero el peligro es que la sociabilidad, remarcó el psicólogo, es un hecho necesario para la salud mental. “Hay un montón de investigaciones que sostienen que si no socializás con otras personas, te volvés loco”.
Un ejemplo extremo que viene de antes de la pandemia puede verse en Japón. Allí se utiliza el término hikikomori para denominar al fenómeno de jóvenes que viven todo el tiempo en sus habitaciones. Se trata de personas que se retiran completamente del contacto social y pueden pasar años sin salir de sus casas. Una encuesta del gobierno japonés descubrió que 541 mil personas (el 1,57 % de la población) vive de esta forma.
Foto: Unidiversidad
Tips para salir de la rutina
Si bien consideró que la gente se va adaptando progresivamente a los cambios en la modalidad laboral, Rodríguez reconoció que trabajar todo el tiempo en la casa “te quema la cabeza”. Es por eso que sugirió que cada persona encuentre su propia manera de relajarse por fuera del hogar. Enumeró actividades como dar un paseo, ir al gimnasio y salir a caminar.
Por su parte, Fracapani consideró fundamental también el aspecto de la vestimenta. “Una de las malas prácticas que nos dejó la cuarentena es que estamos vestidos de joggineta todo el santo día”, manifestó. Es por eso que recomendó arreglarse siempre que se esté en horario de trabajo, porque eso predispone a la mente de otra manera.
Pensar en separar los horarios de trabajo de los horarios de descanso, por un lado; y generar actividades de higiene mental, por el otro. Esas son las claves para Rodríguez. “Descanso físico, descanso psicológico y descanso relacional”, sintetizó.
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