Las redacciones y la foto de Aylan

Cómo los medios mendocinos decidieron publicar la imagen del cadáver del niño sirio.

Las redacciones y la foto de Aylan

Foto: gentileza @islamgawish

Sociedad

El niño de la playa

Unidiversidad

Cecilia Amadeo

Publicado el 04 DE SEPTIEMBRE DE 2015

Nadie pudo escapar a las generales de la ley. El corset que impone a los diarios la instantaneidad de los medios digitales y de las redes sociales los condicionó con una severidad implacable. Prácticamente, ninguno de los medios de Mendoza dudó en publicar la foto de Aylan Kurdi, muerto a sus tres años, tumbado boca abajo sobre la arena de una playa de la costa turca luego de intentar escapar de la guerra civil en Siria.

Habitualmente, en las reuniones en las que editores de noticias, jefes de fotografía, diagramadores, secretarios de redacción y directores discuten los temas a publicar al día siguiente –o en los próximos minutos, si se trata de un medio digital– se decide qué y cómo se publicará.

Pero en esta oportunidad, en el caso de los medios mendocinos, nadie discutió el qué: la foto del niño de la playa debía ser publicada. Punto.

Algunos diarios ya tienen zanjadas las discusiones vinculadas con el amarillismo, el sensacionalismo o el morbo que puede generar la edición de una imagen de estas características. Otros vuelven a indagar en esas cuestiones cada vez que la realidad les estampa sobre la mesa de trabajo una de esas fotos de las que pueden “herir la susceptibilidad”.

Unidiversidad consultó a los responsables periodísticos de los diarios Los Andes, UNO, El Sol, Mdz, Sitio Andino y Vox para ver cómo fue que la foto del día, la que ha puesto en boca de todos la tragedia de la guerra civil en Siria y sus miles de migrantes como cruel consecuencia, llegó a sus portadas.

 

Lectores con derechos

Según revela el prosecretario de Redacción, Néstor Sampirisi, Los Andes evaluó, en primer lugar, la calidad de la foto en términos éticos y periodísticos. “Se consideró que los lectores tenían derecho a ver la foto, que se trataba de una historia puntual que ponía en valor una situación –el problema y el drama de los migrantes en Europa– y que lo acercaba de una manera que no lo hace cuando el tema es enfocado desde la frialdad de las cifras generales o desde el relato de una tragedia que no tiene nombres, apellidos ni caras. Entonces, decidimos que tanto desde lo periodístico, como desde lo ético, había que publicarla”, razona.

Como en las redes y en las agencias de noticias circularon unas cuantas tomas de la misma escena de Aylan, una vez acordada la publicación, la discusión se centró en cuál de ellas resultaba “menos dura” para “atender a la sensibilidad de nuestros lectores que eventualmente pudieran sentirse ofendidos por la imagen”, detalla Sampirisi.

Así, Los Andes optó por la imagen en la que un guardacosta lleva al pequeño en sus brazos. Según contó el prosecretario, luego se consideró si era necesario incluir una nota del editor en la que se explicaran los motivos por los que se publicaba la foto, algo que hizo Clarín –dueño de Los Andes– en su edición digital, pero esta opción fue descartada. Por último, se resolvió que el título debía tener cierto tono que “reflejara la sensibilidad del tema, la profundidad del drama que refleja y el valor simbólico”, dijo el prosecretario. Así, se sobreimprimió sobre la misma foto: “El horror de los refugiados: cuando una foto nos deja sin palabras”.

 

Discusión saldada

“Era uno de los temas del día y sin dudas iba a la tapa. No llevó mucho tiempo de debate porque no es la primera vez que ocurre un caso más o menos de este tipo y ya hay una discusión saldada. La foto es parte de la información, por lo tanto la única discusión puede ser cuál de esas imágenes es la que diga más sin apelar al golpe bajo”. Así describe el director periodístico de Diario UNO, Rubén Valle, por qué, en coincidencia con su competidor directo, la publicación llevó la foto de Aylan a upa del guardacosta.

Además del título, (“Impacto mundial por la muerte del ‘niño inmigrante’ en una playa”), la diferencia entre Los Andes y UNO fue la ubicación de la imagen en la portada: mientras que en el primero se situó en un espacio central, en el segundo se publicó en el balcón, es decir en la parte superior de la tapa. “Puede haber sido un error de criterio, quizás. A veces, tiene otra fuerza llevar una foto allá arriba”, reflexiona Valle 24 horas después de haber tomado la decisión de publicar la toma de la fotógrafa turca Nilüfer Demir.

Sin mencionarlo directamente, Valle se refiere a la profunda discusión que se dio en la reunión de pauta del 9 de enero de 2014. Esa mañana, en el velatorio de Luciana Rodríguez, la niña de dos años asesinada a golpes por su padrastro –caso que se está juzgando por estos días–, la abuela materna de la pequeña instó a los reporteros gráficos presentes a tomar fotos de su nieta muerta en el cajón. La mujer quería enrostrarle a la sociedad cómo lucía la niña, fruto no sólo del brutal maltrato de su padrastro sino también de la inoperancia y la negligencia de un Estado que manejó la situación de la peor manera.

El reportero gráfico del diario, al igual que Demir, hizo su trabajo. Y, por la tarde, los editores, jefes de noticias y de Fotografía, y el propio Valle, también. Luego de cruzar razonamientos entre ellos y de sumar las voces de los periodistas más antiguos de la redacción, decidieron publicarla en la tapa. La discusión había quedado saldada.

Valle insiste, en aquella como en esta oportunidad, que “la información pura, sin imágenes, de este u otros temas, tendrían una consideración muy distinta. Y si no pensemos en fotos icónicas como la de la niña vietnamita que huye despavorida por el Napalm, el 11-S, la bomba atómica en Nagasaki, el tsunami en Tailandia. Son fotos que resumen de una manera contundente el drama y la sinrazón humanas. Bienvenido, entonces, el debate si va al problema de fondo: por qué este niño y su familia naufragaron buscando una mejor vida, y no si foto sí o foto no”.

 

Que la historia los juzgue

El Sol suele llevar en su tapa títulos y fotos locales. Es parte de una decisión editorial que se tuerce en contadísimas excepciones como las de este jueves 3 de septiembre.

“¿Qué va a pasar dentro de 50 años cuando alguien busque la tapa impresa de El Sol de aquel día en que un niño apareció muerto en una playa y no la encuentre? Esa fue la primera pregunta que nos planteamos”, revela Jorge Hirchsbrand, director periodístico de ese diario. “Pensamos que esta foto en sí marcará un cambio a nivel mundial y que había que darle la importancia que tiene. No es una foto morbosa, o macabra, o armada. Nadie se metió en un funeral a sacar una foto. Es una foto de un efecto directo de una guerra”, argumenta y refiere, también sin mencionarla, a la tapa de Diario UNO que reflejó el velatorio de Luciana Rodríguez. Nobleza obliga, El Sol también accedió a la sala donde velaban a la pequeña pero decidió, luego, no publicar las imágenes.

Para él, “sin la foto del niño de la playa, millones de personas ni siquiera se enterarían de lo que está pasando en Siria. El conflicto árabe-israelí lleva 70 años y la cantidad de víctimas de ambos lados es infinitamente menor a la de un solo año en el conflicto sirio”, ilustra.

De cualquier manera, el diario ya había publicado la foto en su versión digital el miércoles minutos antes de las 5 de la tarde, con lo cual ya estaba el condicionamiento para llevarla a la tapa del papel el día siguiente

 

Los digitales

A diferencia de los diarios papel, que tal vez no tuvieron otra opción que publicar la foto de Aylan ante la fenomenal viralización que tuvo en portales de noticias y redes sociales, los principales digitales de Mendoza tuvieron diversas reacciones ante el material llegado de Turquía.

En MDZ Online, por ejemplo, no dudaron “ni un instante” en publicar la foto de Aylan porque “es reveladora y aporta a la noticia. No lo debatimos como sí lo hemos hecho con otras sobre situaciones tan particulares como una muerte”, esgrime Gabriel Conte, su director.

 

Cuando se publicó la foto, quedó en claro que se estaba hablando de la consecuencia de una cadena de situaciones: el origen de la expulsión de quienes emigran y las puertas cerradas del posible destino. Más allá de los conceptos místicos, Aylan demostró que hay cientos de miles -millones- de personas que viven en un limbo, sin que nadie los quiera en alguna parte. Que esto pase es más impudicia que publicar la foto de lo que provocamos como humanidad”, agrega el director.

Cuando Marcelo Torrez, director general de Medios Andinos, se encontró, a primera hora de la mañana, sentado a la mesa de su programa de radio, con la foto del niño de la playa sintió una “profunda conmoción interna”, sentimiento suficiente “para no poner ningún reparo a la publicación de la foto del chiquito a orillas del mar. No hubo lugar alguno, en mi conciencia, como para hacerme un planteo ético sobre si era pertinente o no publicarla, porque pienso que lo mismo que me ocurrió a mí al verla, le sucedería al resto de los lectores que pudiesen leer nuestro diario. Y porque no me considero con ningún derecho a ocultar esa posibilidad de la toma de conciencia”, confiesa.

 

Por último, el caso de diario Vox es por demás curioso puesto que a pesar de que ya tenían la foto en su poder, decidieron no publicarla de inmediato. “Al principio parecía un golpe bajo. Las dudas eran sobre hasta dónde había morbo o una realidad documentada”, reconoce Pablo Icardi, director de la publicación.

La decisión de llevarla a la versión en papel fue mucho más dura aún, tanto que la foto salió pixelada y se complementó con un reportaje fotográfico con un texto que explicara el drama de los refugiados en Europa, “para intentar ir más allá de la foto del impacto”, suma Icardi.

 

“Está claro que no es la imagen de un muerto en un accidente u hecho fortuito, que podría generar morbo, sino algo que representa una tragedia mucho peor. El problema, para nosotros, es que se trata de una realidad ‘mediada’ a través de otros medios, como son las agencias y los diarios europeos, y no siempre tenemos el panorama completo”, cierra.

 

¿Y por casa?

Por último, Unidiversidad también reflejó en su primera portada la situación. "Publicamos la foto menos impactante para reflexionar sobre el fenómeno de la niñez en riesgo permanente en cualquier punto del planeta, un enfoque no abordado ante la imagen del niño tendido en la arena", subraya Jorge Fernández Rojas, director del portal de noticias de la UNCUYO.

 

 

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