El 24 de marzo de 1976 la Junta Militar, liderada por el dictador Jorge Rafael Videla, anunció en un comunicado que habían sacado del cargo a María Estela Martínez y que desde ese momento tenían el poder, por lo que el silencio y la muerte se apoderaron del país. A 40 años de ese suceso, las calles mendocinas, al igual que las de muchas otras del país, se llenaron de colores, banderas y jóvenes para conmemorar el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia.

Después de las 18.30, organismos de derechos humanos, partidos políticos, agrupaciones sociales y público en general marcharon desde la intersección de San Martín y Garibaldi hasta la Casa de Gobierno con una sola premisa: mantener vivos la memoria y el recuerdo de los desaparecidos para que situaciones como la dictadura no se vuelvan a repetir.

Las Abuelas, algunas ya octogenarias, luego de tantos años de caminar, iban sentadas en un camioneta con sus inconfundibles pañuelos blancos. Atrás, María Domínguez, junto a otro grupo de la línea fundadora, encabezó la columna que reunió a más de 10 mil personas. “Madres de la Plaza, el pueblo las abraza”, decían los cánticos al tiempo que abucheaban la visita de Barack Obama porque, según decían, Estados Unidos tuvo relación con los procesos dictatoriales que se desarrollaron en toda América Latina durante la década del 70.

Entre jóvenes y niños que participaron de la marcha, fue un día particular para María Domínguez. La titular de la Asociación Abuelas Mendoza estuvo por primera vez junto a su nieta Claudia. La nieta 117 abrazó la causa de los derechos humanos desde que se enteró de sus orígenes  y participó con una pancarta con el nombre de sus padres, desaparecidos durante la dictadura. Aseguró que se sentía feliz de participar pero no quiso hablar sobre la detención de su “entregador”, Segundo Héctor Carabajal.

La referente de Abuelas indicó que luego de 40 años “estamos bien porque conseguimos más de lo que esperábamos”. En este sentido, remarcó que su nieta es una persona fuera de lo común y que de la detención de Carabajal no iba a hablar mucho, pero que deseaba que estuviera preso, aunque sabía que en ese momento el "entregador" estaba en su casa. “Yo no los puedo llamar a eso tipos humanos. Son bestias que ganaban bien y estoy segura de que fue él quien los entregó a los padres de Claudia”, sentenció.  

Domínguez indicó que no tiene contacto con la familia que crió a Claudia pero recalcó que su nieta recuperada “no quiere perder la relación con ellos”.

En Casa de Gobierno, la multitud escuchó la reseña a cargo de las dos nietas mendocinas recuperadas, Claudia Domínguez y Celina Manrique Terrera; Vilma Rúpolo, detenida durante la dictadura, y Sofía Baigorria, de la organización H.I.J.O.S. Pidieron que continúen las políticas de derechos humanos y que se enjuicie a todos los que tuvieron relación con la dictadura, y criticaron las medidas tomadas por Mauricio Macri por su relación en la provincia con Alfredo Cornejo.

A pesar de la lluvia, cantaron a capela el Himno Nacional. “La única lucha que se pierde es la que se abandona”, decían.  Con la frase: “Por más memoria, verdad y justicia, 30 mil compañeros y compañeras detenidos y desaparecidos, presente, ahora y siempre”, concluyó la marcha, con la multitud cantando al unísono.