La lección de Tamara

Omar Sánchez y Ana Pavoni sintieron una soledad absoluta cuando le diagnosticaron leucemia a su hija de cinco años. Decidieron formar una asociación para evitar que otras familias pasaran por lo mismo. El próximo sábado a las 16 se realizará la asamblea constitutiva, en el Gimnasio Nº 2, ubicado en Alpatacal 3154 de Ciudad.

La lección de Tamara

Fotos publicadas con el consentimiento de los padres de Tamara Gonzalez. Fotos: Facebook

Sociedad

Unidiversidad

Verónica Gordillo

Publicado el 25 DE JUNIO DE 2013

Omar Sánchez y Ana Pavoni quieren allanar el camino a los padres que escuchen lo mismo que les tocó escuchar a ellos el 7 de marzo, cuando los médicos le diagnosticaron leucemia a su hija Tamara, de cinco años. Como saben del desamparo y la soledad que se siente en esos primeros momentos, decidieron formar una asociación para ayudar a otras familias.

La entidad que Omar y Ana se propusieron formar en medio de la lucha diaria que significa el tratamiento de su hija, comenzará a hacerse realidad el próximo sábado. A las 16 realizarán la asamblea constitutiva en el Gimnasio Nº 2, ubicado en Alpatacal 3154 de Capital.



Mientras cuida a sus hijos, que después de muchos días disfrutan de la presencia de su hermana Tamara, Ana cuenta que llevaron a la pequeña a un control de rutina y poco después les dieron un diagnóstico que se negaban a creer y que no entendían: leucemia mielobástica. No tuvieron más alternativa que estudiar de qué se trataba, tomar decisiones de las que no estaban seguros y comenzar un tratamiento de seis meses en el hospital Fleming.

La mamá de Tamara dice que en los primeros momentos todo es confusión. No se sabe a quién acudir, si pedir otra opinión, ni siquiera se tiene en claro qué es lo que se necesita. A eso se sumó la lógica desorganización de la casa, los días enteros en el hospital, la atención de sus otros dos hijos de 9 y 12 años que estaban asustados, pero a los que había que ayudar a seguir con su rutina.





Desde el día que les dieron el diagnóstico, Omar y Ana aprendieron mucho sobre la enfermedad, sobre las recaídas propias del tratamiento y sobre la necesidad de cuidar al máximo las condiciones de asepsia de la casa. Pero Ana confiesa que aprendieron mucho más de Tamara, de su alegría y entereza y de sus ganas de conocer y ayudar a otros chicos y chicas que tienen la misma enfermedad.

Ese mirar al otro que les mostró su hija, fue el impulso que los hizo comprender la necesidad de ayudar a otras familias a que no se sientan tan solas. Decidieron formar la asociación y transmitieron este mensaje a través de una cuenta que crearon en Facebook: Hagamos algo por los chicos con leucemia”.

Ana dice que la asociación no será un espacio de autoayuda para padres, sino un lugar de encuentro para todos los que deseen dar una mano a las familias que tienen un hijo con leucemia. Mirar al otro, esa es la lección de Tamara.

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