En “un acto de liberación”, tal como lo comentaron muchos de sus allegados en el último adiós a David Blanco, este artista y militante por los derechos humanos brindó su testimonio en los juicios por delitos de lesa humanidad en manos de la última dictadura militar.

Blanco trabajaba en el Banco de Mendoza, se había casado y su esposa estaba embarazada. El 2 de junio de 1976 se presentaron dos personas de civil en su domicilio buscando a otra persona, que es Rosa Gómez que en ese momento vivía allí. Rosa en ese momento no se encontraba en la vivienda por lo que le pidieron a David Blanco su podía acompañarlos para hacerle algunas preguntas. Fue hasta el edificio de calle Belgrano donde funcionaba el D2. Allí lo dejaron sentado esperando hasta que lo hicieron pasar a un pasillo, acto seguido una persona lo puso contra la pared hasta que le vendaron los ojos y lo llevaron a un calabozo. Allí estuvo algunos días hasta el día lunes que empezaron los interrogatorios sobre distintas personas, algunas que conocía y otras no. Estos interrogatorios fueron con apremios ilegales, que más tarde denunció en la causa Roque Argentino Luna. Los apremios duraron 10 o 15 días, fueron salvajes tormentos, de muy variados tipo, de los cuales aún conservaba algunas marcas en su cuerpo y horrorosos recuerdos imborrables.

David Blanco tenía actividad gremial en el banco de Mendoza y en la Universidad. En el testimonio agrega además que él tenía una formación fuertemente católica; sus padres militaban en la caridad y la solidaridad. De ahí viene la fuerte militancia que él tenía y el sentido de justicia. Pertenecía a la corriente juvenil que creía que se podía cambiar la sociedad para mejor.

En su declaración, David Blanco destaca su desea de que este tipo de avasallamientos a la vida no se repitan nunca más. “Quiero dejar bien aclarado que no quiero que esto pase nunca más, por ninguna circunstancia, esto me paso a mí y por eso he peleado por más de 30 años por los derechos humanos. El derecho a la integridad física no hay ningún derecho a violar este derecho. Quiero dejar en claro lo qué nos hicieron”.

El 2 de diciembre de 1983 sale de la cárcel de Rawson y llega el 10 de diciembre a Mendoza. Fecha en la que concluyen 7 años de prisión en centro de torturas clandestinos. La causa de su detención fue su militancia, “era la intolerancia a las ideas distintas”. David Blanco participaba en un grupo de teatro. “Si el arte no fuera un vehículo de expansión de conciencia quizás los gobiernos lo apoyarían más. El arte es un vehículo de toma de conciencia de la realidad. Por eso este gobierno le da al arte el 0,5 del presupuesto provincial. El arte es revolucionario per se, desde siempre. Si no Da Vinci no tendría que haberse escondido para pintar y esculpir músculos. Cuando viene alguien que no quiere que la sociedad sea consciente, persigue al arte”. Esas fueron las palabras de David Blanco al terminar su declaración. Palabras que no pierden, ni por un segundo, su claridad y vigencia.

La triste noticia del fallecimiento de Blanco, se dio a conocer,  a través de un breve comunicado del Instituto Nacional de Teatro: “Con profundo dolor comunicamos el fallecimiento esta madrugada de nuestro querido compañero y Secretario General de la Asociación Argentina de Actores, Delegación Mendoza Sr David Blanco. Expresamos a través de este comunicado nuestro sentido pésame". Una vez publicado el hecho, todos los medios de la provincia se hicieron eco, muchos periodistas, amigo y/o conocidos de David Blanco, expresaron el dolor publicando diversos artículos en los medios. Muchos mendocinos a través de las redes sociales lamentaron la noticia, rindieron distintos homenajes y brindaron todo el apoyo a la familia de Blanco.

Una multitud de personas se acercaron durante el sábado a darle el último adiós de este luchador por los derechos humanos.  Un artista, un militante social que se va pero deja en la provincia una huella imborrable.