El pasado 9 de enero, una mujer de 58 años se despertó con una abundante hemorragia del oído derecho. Hacía más de 10 años había tenido un episodio de parálisis facial, por lo que le diagnosticaron espasmo muscular. Entre esos dos episodios, se realizó diversos controles de oculistas y otorrinolaringólogos ofrecidos por la Obra Social de Empleados Públicos (OSEP), donde no quedaron diagnósticos formales de esas consultas. Las opiniones médicas aseguraban que todo era secuela de un leve ACV, sin otras consecuencias que una alteración en la motilidad facial del costado derecho y sensibilidad auditiva.

Pasados 18 días de aquel episodio, la mujer, cuya identidad se reserva, acompañada por sus familiares, hizo varias consultas y estudios en la Clínica Godoy Cruz y en el Hospital del Carmen. Finalmente se le diagnosticó un tumor con base cerebral y fue derivada a algún centro de alta complejidad en Buenos Aires, porque en Mendoza no hay equipamiento para realizar la cirugía necesaria para operar el tumor. La patología se denomina "glomus yúgulo timpánico", y en este caso quien la padece la sufre en el lado derecho.

Los hijos de la mujer viajaron el 27 de enero a la ciudad de Buenos Aires. Después de buscar en distintos hospitales dieron con la Clínica Adventista Belgrano, donde el médico Roberto Herrera opera este tipo de tumores desde hace 20 años. Herrera les entregó una orden para que OSEP comenzara los trámites de traslado de manera urgente.

Así fue como el 30 de enero llevaron la orden y pero en la obra social rechazaron su ingreso. El 1.º de febrero mandaron una carta documento, luego de que la familia recurriera a los abogados Marcos González Landa y Jorge Calorio, especialistas en derechos de salud y, ante la falta de respuesta, se inició el recurso de amparo.

Luego hubo tres audiencias, que se realizaron los pasados viernes 10, lunes 13 y martes 14. El primer día, según comentó Darío Bevilacqua, hijo de la afiliada, una de las abogadas de OSEP quería que se volviera a hacer los estudios para “renovarlos”. El lunes les hicieron una entrevista para determinar la situación económica de la familia y el martes les dijeron que el tumor que padece la mujer es inoperable, habiendo una orden médica de un profesional con experiencia en este tipo de operaciones.
 

La denuncia

González Landa aseguró que el juez del Segundo Juzgado de Gestión Asociada dictó una medida cautelar, dando lugar al amparo y ordenando a la obra social la inmediata cobertura de todos los gastos que insuma la cirugía y el traslado en avión sanitario junto con un acompañante. “Al día de la fecha yo me presenté en el Tribunal a las 12.45 y no había ninguna presentación de OSEP”, aseguró el letrado esta tarde. Desde la mutual estatal respondieron que se depositó un cheque ayer (miércoles 15).

"Hoy se le comunicó al juez que los cheques están disponibles, siendo la 17,06 no se han presentado a retirarlos  hemos tenido la precaución de sacar el subsidio por cheque previendo el posible paro bancario de viernes, lunes y martes los cheques están a nombre de la clínica y la empresa del traslado sanitario de manera que puedan proceder de manera inmediata", deslizaron textualmente desde la OSEP a través de WhatsApp junto a las imágenes de la resolución oficial.

Los abogados inciarán una denuncia penal por desobediencia a una orden judicial. La familia ya lo hizo por el incumplimiento de los deberes del funcionario público contra el directorio de la entidad. “Entendemos que existe un delito porque no se ha cumplido con el deber que tienen los funcionarios de OSEP de dar cobertura. La señora está en estado muy delicado de salud y necesita ser trasladada con urgencia en avión sanitario a Buenos Aires. Hoy estamos sin poder trasladarla”, aseguró el letrado, y agregó que “acá lo que ha venido jugando en contra para la salud de la actora es el transcurso del tiempo”, remarcó el abogado en las escalinatas de los Tribunales Provinciales. Por su parte, Darío Bevilacqua reafirmó que no ha habido respuesta y que lo que necesitan es que hagan la transferencia a la Clínica y que consigan el avión sanitario para poder trasladarla.

Mientras tanto, la mujer mira el reloj y cómo trancurre cada minuto de su vida finita, condicionada por los laberintos administrativos y el avance de una enfermedad que no pierde su tiempo.