La enfermedad y sus disidentes
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Se dice que una persona padece de SIDA cuando su organismo, debido a la inmunodeficiencia provocada por el VIH, no es capaz de ofrecer una respuesta inmune adecuada contra las infecciones. Cabe destacar, en este punto, la diferencia entre estar infectado por el VIH y padecer de SIDA. Una persona infectada por el VIH puede ser “seropositivo” y pasa a desarrollar un cuadro de SIDA cuando su nivel de linfocitos T CD4 (células que ataca el virus) desciende por debajo de 200 células por mililitro de sangre. Por su parte, el sistema inmunológico del portador del VIH reacciona ante la presencia del virus y genera una respuesta que puede mantener la infección bajo control al menos por un tiempo, mediante la reposición de células defensivas. Al término de un período que se puede prolongar por varios años, el VIH se vuelve resistente a las defensas naturales del cuerpo y destruye el sistema inmune del portador. De esta manera, la persona “seropositivo” queda expuesta a diversas enfermedades oportunistas y fallece.
Ahora bien hay cientos de científicos de prestigio internacional, e incluso 3 Premios Nobel de Bioquímica y Biología molecular, que niegan que el SIDA sea causado por un virus y que sea una enfermedad transmisible y ni siquiera infecciosa. Estos hombres de ciencia piden una reevaluación de la hipótesis oficial del SIDA y se han reagrupado en la asociación Reappraising Aids, que en 1993 ya contaba 400 firmas. Los tres Premios Nobel que la integran son Bárbara McClintock, de Cold Spring Harbor, por el descubrimiento de los genes saltarines; Walter Gilbert, de Boston, por la secuenciación rápida del ADN y Kary Mullis, de San Diego, por la PCR (reacción en cadena polimerasa).
Se conoce como “negacionismo” o “disidencia del VIH” a un conjunto de hipótesis opuestas al consenso científico en torno al VIH como causante del sida. Este conjunto de hipótesis es bastante heterogéneo, algunas de ellas niegan la existencia del VIH o la validez del descubrimiento de este virus realizada por Luc Montagnier y Robert Gallo. Otras aceptan la existencia del VIH pero niegan que sea el causante del sida, que se atribuye a otros factores como el estrés oxidativo y la nutrición deficiente. La primera crítica a lo expuesto por Luc Montagnier y Robert Gallo en el 83’s provino de Eleni Papadopulos-Eleopulos, líder del Grupo de Perth, quien ya había propuesto una teoría oxidativa (sin ningún virus) como causa del SIDA. Con posterioridad, el renombrado virólogo estadounidense Peter Duesberg también expuso sus críticas.
Algunos investigadores aún sostienen que no hay prueba científica concluyente de la existencia del VIH. La revista especializada en sida Continuum estableció en 1996 un premio4 de 1000£ a quien mostrara alguna prueba científica de que el VIH había sido aislado siguiendo las reglas de aislamiento de retrovirus (un retrovirus es un virus que suplanta el ADN sano de una célula por el ADN del virus, de esta manera la célula al reproducirse se reproduce el virus. A este proceso se le llama “transcripción retrógrada”) discutidas en el Instituto Pasteur en 1973. Peter Duesberg afirmó en 1996 que la identificación del virus se había probado, pero con un método distinto. El Grupo de Perth ha rebatido la reclamación de Duesberg y el premio aún no ha sido concedido. En abril de 2002, Alex Russel aumentó la cuantía del premio a 10.000£.
El Grupo de Perth sostiene que dado que en los trabajos iniciales de Luc Montagnier y Robert Gallo no aparecen fotografías de microscopio electrónico del virus en la banda 1,16 g/ml (banda en la que se sabía que se depositaban las partículas retrovirales tras aplicar la conocida técnica de centrifugación en gradiente de densidad), en realidad no se demostró la existencia del virus. Basados en una entrevista entre Montagnier y Djamel Tahi en el Instituto Pasteur los miembros del Grupo de Perth han sostenido que el virólogo reconoció no haber aislado el VIH; sin embargo en esa entrevista Montagnier sostuvo que el descubrimiento del VIH, agente etiológico del sida, se realizó sobre la detección de la transcriptasa inversa y la realización de cultivos in vitro sobre muestras obtenidas de un portador. De acuerdo con esta misma entrevista, Montagnier afirma que no es necesaria la purificación del virus para reconocer un virus, basta con poder transmitirlo. Por otro lado, desde el final de la década de 1990, se encuentran disponibles imágenes de microscopio sobre el VIH.
Poco después Eleni Papadopulos, del Grupo de Perth fue entrevistada por Christine Johnson, periodista independiente de Los Ángeles. Papadopulos sostiene que la existencia del virus VIH sigue sin estar demostrada, basándose en que las partículas de las fotos no están aisladas-purificadas, ni tienen todas las características morfológicas de los retrovirus. Además, los controles (cultivos paralelos no «infectados») no se habían llevado a cabo de modo correcto (puesto que no habían sido estimulados, y los cultivos supuestamente infectados sí). Eleni Papadopulos afirma que en ningún momento en la investigación VIH-SIDA se han seguido la reglas necesarias y suficientes para demostrar la existencia de un nuevo retrovirus, acordadas por el Instituto Pasteur en 1973.
Stefan Lanka (biólogo, virólogo y genetista alemán) va más allá en la afirmación de que no está demostrada la existencia del VIH. Según él, la transcriptasa inversa es una enzima presente en todos los seres vivos y, puesto que esa es la base fundamental de la retrovirología, no se puede establecer que los retrovirus existan.
Se suman adeptos. Kary Mullis, Premio Nobel de Química en 1993, ha buscado las referencias científicas que demuestren que el VIH provoque sida: "No hemos sido capaces, Peter Duesberg y yo, de descubrir ninguna buena razón de por qué la mayor parte del mundo piensa que el SIDA es una enfermedad causada por un virus llamado VIH. Simplemente, no hay evidencia científica que demuestre que esto es cierto"
Walter Gilbert, Premio Nobel de Química en 1980 expresó en varias publicaciones sus dudas sobre la teoría VIH/SIDA: "No estaría sorprendido si hay otra causa al SIDA y que el HIV ni siquiera tuviera nada que ver."
Bárbara McClintock, descubridora de los genes transposones, lo que le valió el Nobel de Medicina en 1983, expresó ante el senado de los Estados Unidos su hipótesis de los cofactores y presentó su proyecto de "cura" contra el VIH/SIDA al congreso americano pocos meses antes de su muerte, en 1992, que fue publicado en 1993. "Debemos abrir camino a [...] las teorías de los cofactores, las cuales pueden preceder, activar o incluso sustituir la del VIH en el proceso que lleva al SIDA".
Fuente: http://www.revistappp.com/anteriores/2/tapa2-1.html //http://es.wikipedia.org/wiki/Negacionismo_del_VIH/sida