La edad de inicio de consumo de tabaco es cada vez menor. En Mendoza se ubica entre los 11 y los 12 años, según la encuesta 2023 de la Comisión Provincial de Tabaco en colegios de la Universidad Nacional de Cuyo y escuelas secundarias que dependen de la Dirección General de Escuelas. Esta realidad también se registra en el resto del país y en el mundo. Por eso, en el marco del Día Mundial Sin Tabaco –que se conmemora cada 31 de mayo–, este año las consignas apuntaron a cuidar a niños, niñas y adolescentes de las estrategias de las tabacaleras para captar nuevos consumidores y consumidoras. Entre ellas aparecen, por ejemplo, las que buscan promocionar a los cigarrillos electrónicos como una alternativa sana al tabaco tradicional por medio de publicidades en canales digitales, redes sociales y juegos.

La realidad en Mendoza

El año pasado, la Comisión Provincial de Tabaco realizó una encuesta a 7768 jóvenes pertenecientes a colegios de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO) y escuelas secundarias que dependen de la Dirección General de Escuelas. Según sus datos, el 20 % probó o intentó fumar cigarrillos y eln 17 % fuma actualmente.

Con respecto a la edad de iniciación, el 7 % de las personas encuestadas indicó que probó fumar entre los 11 y los 15 años, lo que se vio intensificado con factores de exposición, como la venta de cigarrillos en lugares cercanos a edificios escolares. La encuesta reflejó así que alrededor del 26 % compra cerca de la escuela, aun cuando la venta a menores de 18 años está prohibida por ley.

El relevamiento mostró datos sobre nuevas dependencias: el 90 % de los y las jóvenes dijo conocer los cigarrillos electrónicos, casi el 3 % los usó en el último mes y el 20 % cree que son menos dañinos. “Investigaciones internacionales sostienen que el consumo con sistemas electrónicos de suministro de nicotina (ENDS) es perjudicial para la salud y no es seguro. Los aerosoles de la mayoría de los ENDS contienen productos químicos tóxicos, incluida la nicotina, y sustancias que pueden causar cáncer. Además, están asociados con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y trastornos pulmonares”, explica la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

“Enganchando a la próxima generación” 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y STOP, que ejerce funciones de vigilancia mundial de la industria tabacalera, lanzaron el 23 de mayo de este año el informe “Enganchando a la próxima generación”, que pone de relieve cómo la industria del tabaco y la nicotina diseña productos, pone en marcha campañas de mercadotecnia y trabaja para generar entornos adictivos para jóvenes en todo el mundo. Además, el relevamiento amplifica las voces de chicos y chicas que solicitan protección a los gobiernos para evitar que sean objetivos de estas empresas.

El documento estima que hay en el mundo unos 37 millones de niños y niñas de entre 13 y 15 años que consumen tabaco, y señala que, en muchos países, la tasa de uso de cigarrillos electrónicos entre adolescentes supera la de la población adulta. En la Región de Europa de la OMS, el 20 % de jóvenes de 15 años encuestados declararon haber utilizado cigarrillos electrónicos en los 30 días anteriores. “Diversos estudios demuestran que el uso de cigarrillos electrónicos casi triplica el consumo de cigarrillos convencionales, sobre todo entre los jóvenes no fumadores”, sostuvo la OMS en un reciente comunicado de prensa.

Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, expresó: “La industria tabacalera se dirige activamente a las escuelas, a los niños y a los jóvenes con nuevos productos que, en esencia, son trampas con sabor a golosina. ¿Cómo pueden hablar de reducción de daños cuando están dirigiendo a los niños la mercadotecnia de estos peligrosos productos que son sumamente adictivos?”. Sucede que el sector utiliza sabores tentadores, como los de caramelo y fruta, para hacer más atractiva su mercancía. Una investigación realizada en Estados Unidos reveló que más del 70 % de los y las jóvenes que utilizaban cigarrillos electrónicos dejarían de usarlos si solo existieran productos con sabor a tabaco.

Ruediger Krech, director de Promoción de la Salud de la OMS, sostuvo: “El uso de sabores atractivos para los niños, como el de algodón de azúcar y de chicle, combinado con diseños elegantes y coloridos que se asemejan a juguetes, supone un intento descarado de generar adicción entre los jóvenes a unos productos nocivos”. 

Una normativa sólida y recomendaciones

Para la OMS, estas tácticas engañosas ponen de manifiesto la necesidad urgente de contar con una normativa sólida que proteja a los y las jóvenes de una dependencia nociva para toda la vida. Por eso, instó a los gobiernos a proteger a este sector de la población para que no empiece a consumir tabaco, cigarrillos electrónicos ni otros productos de nicotina mediante su prohibición o su regulación estricta. Sus recomendaciones son, entre otras cosas, crear lugares públicos cerrados 100 % libres de humo, prohibir los cigarrillos electrónicos aromatizados, prohibir la mercadotecnia, la publicidad y la promoción, incrementar los impuestos, aumentar la concientización pública sobre las tácticas engañosas que utiliza la industria y respaldar las iniciativas de educación y concienciación dirigidas a jóvenes.