La dolarización, los tiempos de Milei y un debate con final abierto
El Presidente volvió a la carga con su principal promesa de campaña: dolarizar la economía para terminar con la inflación. El libertario varía sus declaraciones sobre cuándo podría implementarse esta medida. De todas maneras, afirmó: “Estamos más cerca”.
Buscamos respuestas para saber qué implica para la Argentina dolarizar su economía. Foto: freepik.es
A dos meses de haber asumido la presidencia, Javier Milei afirmó: "Cada vez estamos más cerca de poder dolarizar". Lo dijo luego de haber recibido su peor derrota política, al caerse el tratamiento del proyecto de ley ómnibus en el Congreso. Así, el presidente volvió a instalar fuerte en la agenda pública su principal propuesta de campaña: la dolarización.
Desde que Milei propuso la dolarización de la economía argentina, su virtual implementación ha ido cosechando avales y rechazos. La victoria del libertario en el balotaje sumó adherentes a la “ola” dolarizadora, pero los nombramientos en su gabinete y la frustrada llegada de Emilio Ocampo para “cerrar” el Banco Central fueron enfriando el horizonte con billetes “verdes”. Sin embargo, el tema volvió al centro del debate luego de que desde varios frentes insistieran con el tema. Uno de esos frentes fue el que abrió Steve Forbes, el editor de conocida revista de negocios y economía, quien llamó a Milei a implementar una dolarización inmediata. En este marco, el jefe de Estado y su particular ejército de seguidores y seguidoras en las redes (especialmente en X) vienen impulsando esta medida que sería, en la visión del líder de la LLA, la solución definitiva para paliar la inflación.
Así, los medios nacionales volvieron a plagarse de titulares sobre las bondades o desventajas de cambiar los pesos argentinos por los dólares. En paralelo, en las redes sociales, economistas que se ubican ideológicamente en distintos lugares de la biblioteca opinaron sobre qué tan factible es llevar adelante la promesa número uno de Milei.
Desde Unidiversidad, el objetivo es retomar algunas nociones básicas sobre el plan dolarizador para entender mejor de qué estamos hablando. De esta manera, compartimos algunas explicaciones publicadas en los sitios Chequeado, Cenital y Fundar.
Bimonetarismo
Para comenzar, diremos que una moneda tiene tres funciones: ser un medio de cambio (para adquirir por bienes y servicios); ser una unidad de cuenta (como referencia del valor de bienes y servicios); y ser una reserva de valor (un medio para acumular ahorros). En Argentina, a raíz de las sucesivas crisis económicas, ha sucedido que la moneda nacional no es la elegida para cumplir todas estas funciones. En cambio, sucede que el peso es reemplazado por una divisa extranjera, que suele ser el dólar estadounidense. A este fenómeno se lo denomina “economía bimonetaria”.
Entonces, el bimonetarismo es la coexistencia de la moneda nacional con alguna moneda extranjera en el cumplimiento de algunas de las tres funciones tradicionales del dinero (tal como se mencionó, unidad de cuenta, medio de pago y reserva de valor). Estas funciones se relacionan entre sí. Por ser un buen medio de pago y permitir adquirir bienes a precios relativamente estables y predecibles, es lógico que los precios tiendan a fijarse en términos de una determinada moneda. Por ser medio de pago y unidad de cuenta, una moneda también tenderá a ser demandada como reserva de valor. Pero, si una moneda incumple con alguna de sus funciones, suele fallar en las restantes. En consecuencia, el uso de una moneda extranjera (por ejemplo, el dólar) se va, progresivamente, extendiendo y comienza a reemplazar las funciones del dinero, cumplidas antes por la moneda local. Este proceso dista de ser lineal y fácil de revertir. Por ejemplo, existen casos donde la moneda recupera sus funciones como unidad de cuenta y medio de pago, pero las empresas y las personas continúan ahorrando en moneda extranjera.
En este marco, es importante distinguir entre “dolarización real”, que describe la utilización de moneda extranjera en las funciones de medio de pago y unidad de cuenta, y “dolarización financiera”, que representa su uso a los fines de atesoramiento.
Entonces, el término “dolarización” en la visión del libertario queda reservado para aludir al reemplazo “de jure” de la moneda nacional por alguna moneda extranjera en sus tres funciones, por una decisión deliberada de política económica. Así, la moneda extranjera reemplaza a la local en todas sus funciones.
¿Qué dice Milei?
El Presidente volvió a hablar sobre la posibilidad de dolarizar durante su reciente gira por Israel, el Vaticano e Italia. El diálogo fue con el periodista Iván Schargrodsky, autor del newsletter “Off the record", quien preguntó si el plan de dolarizar seguía vigente.
“La dolarización (en rigor, la libre competencia de monedas) es el paso final de todo un proceso que arranca con el saneamiento del BCRA, para luego avanzar en la reforma del sistema financiero y luego al final se liquida. Esa reforma es crear una banca anticorridas, y una vez hecha esa reforma anticorridas, podés pasar a un sistema de banca libre. Al BCRA lo podés liquidar en cualquier moneda, aunque lo más simple es hacerlo en dólares. Sin embargo, ello no quiere decir que los individuos usen al dólar como moneda. Por ejemplo, un petrolero es probable que use el WTI; alguien del gas usará BTU; en el campo, Soja Chicago. El resultado es una canasta de monedas donde los ponderadores son determinados libremente por los individuos, lo cual te neutraliza de los efectos de la política monetaria de un país en particular”, respondió el titular del Ejecutivo.
A favor, pero no tanto
El experimentado economista Carlos Rodríguez fue asesor de Milei y uno de lso impulsores de la dolarización. Sin embargo, distanciado de su círculo íntimo de asesores, marcó sus diferencias con los tiempos del Presidente, que anuncia un posible adelantamiento para “enterrar” los pesos.
Dolarización Instantánea.
La única dolarización que veo posible ahora y en mi opinión sería no recomendable es algo que escuché a @n_cachanosky : En un instante (por Decreto supongo) todo lo que está en pesos pasa a estar denominado en dólares a una dada tasa fija de conversión.…— Carlos Rodriguez (@carod2015)
Por otra parte, otro referente de la economía liberal en Argentina que milita por la dolarización, Roberto Cachanosky, también mostró sus dudas respecto a los argumentos de Milei.
Por ahora, el plan económico ha quedado en una mezcla de rodrigazo (cambio de precios relativos) y licuación del gasto público al estilo Duhalde-Remes 2002, más licuación del los pasivos remunerados del BCRA.
Curiosamente, de proponer cerrar el BCRA, pasó a ser un instrumento muy…— Roberto Cachanosky (@RCachanosky)
Voz radical
El senador nacional y presidente de la UCR, Martín Lousteau, denunció este jueves que el Gobierno "deja" que la inflación haga el "trabajo sucio" de "licuar" los salarios, se distanció del sector del radicalismo que pretende "ayudar" al Poder Ejecutivo y advirtió sobre los peligros de la dolarización.
"Es evidente que hay un camino pavimentado para dolarizar. Veo que ahí hay un riesgo. En las cosas que más me preocupan son las irreversibles. La dolarización es un camino irreversible, extremadamente gravoso para la Argentina", dijo Lousteau al medio Gelatina.
Para el senador, todos los que "entraron" en la adopción de la moneda estadounidense son "países chicos", y enumeró a Panamá, Ecuador o Hong Kong, remarcando que "ninguno" de ellos "pudo salir".
"No tenés países grandes, que compiten con Estados Unidos en términos de cierta producción agropecuaria, que estén dolarizados", explicó.
Riesgos
Según una publicación del medio redacción.com.ar, “dolarizar la economía no es una condición necesaria, ni suficiente, para alcanzar la prosperidad y, menos aún, la dolarización puede considerarse un sustituto de las necesarias reformas económicas estructurales que Argentina debe realizar para salir de la prolongada crisis que la afecta. Aunque con la dolarización puede reducirse la inflación a corto plazo, hay otros efectos que pueden tener implicaciones muy negativas a mediano y largo plazo”.
En concreto, como dice Lousteau, la dolarización dificulta la respuesta a los choques externos, dada la imposibilidad de aplicar políticas de estabilización efectivas (fiscales, monetarias y cambiarias). Al reducirse la capacidad del Estado de diseñar y gestionar políticas de estabilización económica, los choques externos tienen que ajustarse a través de los mercados de bienes y de factores de producción (tierra, trabajo, capital), elevando los costos sociales de estos choques.
Así y todo, como concluye un estudio de Fundar, estos riesgos no ocultan el grado de dolarización de la economía argentina, que plantea desafíos para implementar políticas económicas consistentes con la estabilidad y el desarrollo.
Fuente: Fundar - Chequedo - Canital - redacción.com.ar - Télam
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