En los últimos años, la desigualdad de género ha sido tema de la agenda pública. Los ojos están puestos en distintos ámbitos: en la política, en la justicia, en la cultura, en el trabajo y hasta en el tiempo libre. La economía feminista también visibilizó su parte: el trabajo doméstico no remunerado recae sobre las mujeres y, en el mundo productivo, reciben menor salario o acceden a puestos peor pagos. En Argentina, las mujeres ganan, en promedio, un 28,1 % menos que los varones. 

En el debate presidencial, la candidata Myriam Bregman habló de la brecha salarial de género y le preguntó a Javier Milei si negaba el patriarcado por ignorancia o por machismo. Él respondió que lo negaba por la evidencia empírica y explicó: “Cuando usted desagrega los promedios y toma profesión por profesión, la desigualdad desaparece”. Sin embargo, ningún dato lo respalda. Las mujeres tienen mayor tasa de desocupación, según el Indec, y son minoría en el 79 % del sector privado, según el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación.

El entonces candidato de La Libertad Avanza agregó: “Si lo que usted dice fuera cierto, usted tendría que entrar en una empresa y deberían ser todas mujeres. ¿Adivine qué va a encontrar? (...) Va a ver mitad hombres y mitad mujeres, es decir, su teoría se cae con los datos”. Pero ¿cuáles son?

Los datos de acceso público proporcionados por el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación indican el porcentaje de mujeres en el sector privado, desagregado por actividad. Los números son claros. De 19 sectores, en 7 no superan el 25 %; en 8, son entre el 26 % y el 50 %, y solo en 4 ocupan entre el 51 % y el 72 % de los puestos: intermediación financiera y servicios de seguros, enseñanza, salud humana y servicios sociales y otros sectores que no entran en las otras 18 categorías.

Los cinco sectores con minoría de mujeres son: construcción (el 7 %), suministro de agua (el 9 %), servicio de transporte y almacenamiento (el 10 %), agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca (el 12 %) y explotación de minas y canteras (el 12 %). A su vez, aquellos en los que su contratación es mayor están íntimamente relacionados con los roles asignados tradicionalmente a la población femenina: enseñanza (el 73 %) y salud humana y servicios sociales (el 72 %).

Empleo y desocupación

La última publicación sobre Trabajo e ingresos del Indec recopila información de hasta el primer semestre de 2023. Se hace sobre la base de la Encuesta Permanente de Hogares. La tasa de actividad –que mide la población económicamente activa (PEA) sobre el total de la población– alcanzó el 47,6 %; la tasa de empleo –que mide la proporción de personas ocupadas con relación a la población total– se ubicó en el 44,6 %; y la tasa de desocupación –personas que no tienen ocupación, están disponibles para trabajar y buscan empleo activamente, como proporción de la PEA– fue del 6,2 %. 

Al desagregar por sexo la población activa, el informe destaca que, desde los 14 años, la tasa de actividad para los varones fue del 69,8 %, mientras que para las mujeres se ubicó en el 51,5 %. La tasa de desocupación fue del 5,7 % para los varones y del 6,9 % para las mujeres. Además, la tasa de empleo para varones fue del 65,9 %, y para mujeres, del 48 %. 

*Esta nota fue publicada originalmente en el portal de Unidiversidad el 5 de octubre de 2023.