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21 DE NOVIEMBRE DE 2024
Cerca de 500 periodistas de distintos medios de comunicación confluyeron en la Sala de Prensa destinada a la cobertura de la Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur en Mendoza. Edición Cuyo entrevistó a tres de ellos, atentos al desafío de conocer las diferentes hojas de ruta que existen para una misma misión: reflejar la naturaleza del presente de la región.
La noticia sobre la suspensión de Paraguay y la incorporación de Venezuela se instaló rápidamente en las cabeceras nobles de los periódicos y cadenas de tv más importantes, pero también en pequeñas radios y televisoras a primera vista “marginales” en relación con el periodismo.
En las siguientes entrevistas el lector podrá apreciar cuáles han sido las motivaciones que guían a las preguntas, algo así como un intento por retratar lo que hay tras las bambalinas del “teatro de las informaciones”.
La primera advertencia es: existe un gran respeto hacia la labor del periodista, más allá de su punto de vista; un concepto indiscutible es que el periodismo es una forma de intermediación necesaria para la sociedad que no tiene forma de captar por sí misma los sucesos más importantes. Ahora bien, este concepto resulta demasiado abstracto; admite interpretaciones muy amplias y hasta contradictorias.
Una segunda advertencia: la región está amenazada por golpes de apariencia institucional, el caso Paraguay sólo viene a reactualizar la potencialidad de esa amenaza latente que no es en absoluto ajena al fenómeno de la concentración de medios en unas pocas manos, o sea, a los poderes mediáticos traducidos en una forma importante de influencia política.
Juan Buchet, corresponsal de Radio Francia Internacional
“Llega un momento en que hay que llamar las cosas por su nombre”
Su voz es reconocible por los informes sobre política internacional que a diario difunde Radio Universidad (96.5), una de las 250 radios de Latinoamérica que están asociadas al servicio que en español presta éste medio público francés.
¿Qué significa tener una visión internacional de los temas en una época como ésta donde la tecnología permite recoger prácticamente cualquier hecho comunicacional en cualquier lugar del mundo?
Significa adoptar un enfoque sobre la cuestión global. Radio Francia es un medio internacional y global, no es una radio francesa, se interesa por todo lo que pasa en el mundo, lo que tiene que ver con Francia es un elemento dentro de los países europeos, pero la visión es internacional y abarca toda la realidad política y social de los continentes. En el caso de Latinoamérica, la particularidad es que adopta mayor relevancia, de hecho, yo estoy cubriendo la Cumbre del Mercosur y la reunión de Unasur para dos redacciones, una cobertura amplia y variada en castellano y otra para el servicio en italiano donde tenemos muchos oyentes interesados con lo que está pasando en la región.
¿Latinoamérica como región, tiene mayor relevancia que antes?
Depende desde qué aspecto se lo analice. Para una radio que es la primera o segunda en el mundo a la par de la BBC, Latinoamérica es una región tan importante como cualquier otra. Lo que ocurre es que cambia la relación del oyente que habla castellano y vive en el continente ya que nos ve como una radio latinoamericana. De forma tal que no solo recurren a la radio para saber lo que pasa en el mundo, también se informan a través de los corresponsales de Radio Francia Internacional de lo que pasa en sus propios países.
¿Por qué ocurre eso?
Para tener una visión más sosegada, en el sentido de más desvinculada del debate político interno. Ese cambio de ángulo es lo que permite otra jerarquización de la información, o al menos, una forma distinta de encarar una información que tiene que ser interesante o significativo para el oyente colombiano, mejicano o argentino.
Hay un oyente que empieza a tomar precauciones respecto de la información, al menos qué medio afirma tal o cual cosa, que selecciona…
Siempre es así, vale para todos los medios porque siempre será importante saber quién habla y de dónde se habla, quiénes son las fuentes y ver de qué manera actúa el marco ideológico independientemente de que los informes varíen según sean de un medio o de otro, todo eso hay que tenerlo en cuenta. Es cierto que en este momentos estamos en algunos países latinoamericanos evidenciando una polarización, en algunos casos acentuada o más acentuada que en otros tiempos, fenómeno que se yuxtapone al hecho de que siempre puede haber un sesgo político.
Las demonizaciones que fueron tan destempladas hacia algunos presidentes latinoamericanos como el de Venezuela o de Bolivia, si bien parecen disimularse en el presente, fueron un síntoma de algo ¿cómo lo analiza?
Esas demonizaciones no ocurrieron en un medio como Radio Francia Internacional, para nada. Hay reglas profesionales y éticas según las cuales se habla del presidente Hugo Chávez de la misma manera que del Presidente Barack Obama, o de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. En ningún momento se trata con desprecio, se aplica la misma vara para todos, lo que no quita que además nuestros periodistas puedan deslizar opiniones y dar a conocer otro tipo de análisis o enfoques.
¿Y con respecto al lenguaje a utilizar en situaciones como la de Honduras y luego en Paraguay donde a primera vista se planteó la confusión sobre un hecho que finalmente hubo que llamar “golpe” para hacer honor a la verdad?
Obviamente que seguí el proceso de Honduras, si bien no lo cubrí y por tanto no sé exactamente cómo se produjeron los hechos, ni cómo se cubrió a nivel profesional, pienso que seguramente al principio se dieron a conocer los hechos, se dijo que la situación era calificada de “golpe” según tal o cual fuente y después se llega a hacer un análisis de la situación donde precipitan los acontecimientos y nos encontramos ante la necesidad de llamar a las cosas por su nombre, como debería ser. Pero siempre con prudencia y cuidado porque es lo que corresponde a un medio y especialmente a un medio internacional que no debe estar involucrado en conflictos políticos locales.
En este caso puntual, ¿dónde está puesta la prudencia o el especial cuidado? ¿en la decisión que se pueda adoptar contra el Paraguay como integrante del Mercosur teniendo en cuenta que justamente los que derrocaron a Lugo eran quienes se oponían a la incorporación de Venezuela?
Las cosas están bastante claras. Si bien se puede discutir o matizar la forma en que califica el proceso de destitución del presidente Fernando Lugo, es obvio que no se ha respetado el debido proceso. A partir de ahí tiene su lógica que el Mercosur delibere en virtud de su cláusula democrática y adopte medidas contra Paraguay, después se verá hasta dónde se va, qué es lo que conviene ya que hablamos de presionar a un gobierno considerado ilegítimo sin afectar a la población paraguaya. Es ahí donde se advierte lo difícil de tomar sanciones. Más allá de eso, creo que hay un consenso bastante amplio en la región para no permitir que vuelvan procesos que sin ser golpes violentos y brutales como los que conocemos, sean de destitución.
Dichos procesos no son otra cosa que poderes fácticos desgastando o “limando” la legitimidad democrática de un gobernante hasta hacerlo caer.
Esto es algo que puede ocurrir en todas las democracias, incluso en los países avanzados debido a la existencia de esos poderes económicos, políticos, etc. Lo importante es que se respeten los procesos institucionales y la voluntad popular, ahí hay un consenso capaz de unir personas o presidentes tan opuestos como el presidente Chávez de Venezuela y el presidente Piñera de Chile. Es un consenso donde encontramos al colombiano, al venezolano, al argentino, al brasileño, unidos en esa posición, lo cual habla de una vía muy positiva de respeto hacia la democracia. A eso hay que sumar políticas económicas mucho más convergentes de lo que se dice, que han asentado un fuerte crecimiento, con desarrollo y relativa inclusión social, independientemente de las posiciones políticas personales de cada uno.
Ariel Palacios, periodista del diario O estado do Sao Pablo
“Los gobiernos no han hecho nada por la integración de los ciudadanos”
Es corresponsal en Argentina desde 1995. El diario es propiedad del grupo Estado y es uno de los más influyentes de Brasil. Corroboró con su crónica sobre la reunión de presidentes del Mercosur que siguiendo la tradición del Brasil, la palabra que nombra los procesos destituyentes es el término en inglés “impeachment”.
Venimos de un déficit histórico en América Latina en materia de información, todo lo que pasa del otro lado de la frontera o no se cuenta o se difunde en dimensiones muy reducidas ¿Acuerda con esa evaluación?
Es que no hay vínculos culturales fuertes, creo que hay que analizarlo según los medios. En Brasil le damos mucho espacio a todo lo que es Argentina, Uruguay y Paraguay. Hay bastante, sobre Venezuela, que es noticia por Chávez, cuando él no esté dejará de ser noticia, digamos que es una atención circunstancial. Hay que decir que Brasil generalmente no presta demasiado atención sobre lo que pasa en el resto de América del Sur a falta de esos vínculos fuertes de los que hablaba. Por lo mismo, en la prensa peruana hay un montón de noticias sobre México, Chile o Argentina. Argentina para Brasil, es un caso diferente, es noticia independientemente del gobierno que esté, y es tenida como importante por sectores culturales, económicos, del deporte, por cual una corresponsalía en Argentina es como una corresponsalía en Whashington, París o Londres.
¿Y en el caso de Paraguay?
A Brasil le interesa bastante ya que hay una población brasilera muy grande en el Paraguay y además, en general, se apuesta a una buena la cobertura sobre los países del Mercosur.
Algo pasó en los últimos años en el tablero político regional. Los presidentes desplegaron una visión estratégica. También desde lo comunicacional surgió una apuesta que también es considerada estratégica como lo es el canal de noticias TELESUR. ¿Cómo percibe este cambio?
La verdad es que tal cambio no se percibe. Ha pasado como tantas otras cosas en el Mercosur, que surgen proyectos que prometen mucho y después terminan siendo prácticamente, en el caso de la información, mera propaganda política. Y es que si hablamos realmente de integración, no se advierten grandes avances. Una cosa es verdad: el Mercosur ha crecido comercialmente de una forma exponencial, en relación a los últimos años, pero en la vida cotidiana, los gobiernos del Mercosur no han hecho nada concreto. Me refiero a cosas como hacer una mudanza de muebles de Argentina a Brasil, y viceversa es un drama burocrático que sólo es posible pagando brutales cantidades de tasas. Otro ejemplo, alguien que se recibe en medicina en la UBA, ese título no es reconocido automáticamente en Brasil y viceversa. Y los gobiernos vienen hablando hace años de que van a hacer algo al respecto, pero no han hecho nada. Lo mismo podríamos decir de los trámites jubilatorios y tantas otras cosas que inciden en la vida cotidiana de la gente.
La prioridad ha sido claramente la esfera de lo económico-productivo….
Los gobiernos deberían preocuparse por la gente, esa debería ser su prioridad. Existen ministros para ocuparse de educación, salud, tienen tiempo para dedicarse a esas cosas, el problema es que no se sientan a hablar de cosas básicas como la enseñanza de idiomas, que existe pero en casos puntuales, no es una política nacional. Con lo cual hay mucha promesa que sencillamente no se llegan a realizar. Y llamativamente se toman decisiones muy rápidas como que el Mercosur respalde la causa Malvinas. Eso lo hacen en todas las cumbres de los últimos cuatro años. Pero, no escuché nunca una declaración de los presidentes para enseñar ya el castellano y el portugués. En definitiva, el Mercosur ha privilegiado bastante todo lo relativo a lo comercial con sus problemas pero en el día a día, es sólo un reflejo de lo que pasa adentro de cada país. Es cierto que hay un consenso interesante. Es decir, hubo una integración siniestra en la región de la mano del Plan Cóndor y eso felizmente quedo atrás. Pero atención porque hubo un dato interesante: con la dictadura Brasil apoyó a Argentina en el tema Malvinas y ahí empezó un proceso según el cual uno dejó de desconfiar militarmente del otro. Luego, Sarney y Alfonsín supieron aprovechar independientemente de las críticas que le puedan hacer a Sarney como presidente y ahora como presidente del Senado. A lo que voy es a que en aquel momento hubo un salto en la integración interesante que después continuó con los otros presidentes.
Luis Salguero, enviado de Cotopaxi TV de Ecuador
“Nos vinieron mintiendo todo el tiempo, esa es la verdad”
Integró una comitiva de 40 corresponsales de pequeños medios de comunicación del Ecuador, lo cual obedece a una estrategia del presidente Rafael Correa a través de la Secretaría de Comunicación.
¿En qué lugar de la comunicación se para Cotopaxi TV? ¿Cuáles son las particularidades de ese medio?
Es un canal de la televisora de cable que está a 90 km de la capital del Ecuador, al sur. Lo que tiene de particular es que estamos en una zona andina con una alta prominencia de población indígena, una población que tuvo la posibilidad de reivindicar sus derechos con gobernantes pero que cayeron en la trampa de los grupos dominantes.
¿Cómo es eso?
Bueno, tanto los grupos de poder como los medios de comunicación apoyaron a los dirigentes de esa población indígena, por el sólo hecho de que al sentirse afectados por el presidente Correa, necesitaban aliados que pelearan contra él. O sea, es la lógica de ir contra Correa, o contra quien sea el presidente. Aunque la gran mayoría de la población ha percibido que el presidente tiene dosis de honestidad, no será el presidente perfecto, pero han debido pasar 100 años para que tengamos un presidente como Correa, y no es que yo sea correísta, solamente hay que tener un poco de sentido común para entender lo que está haciendo. Siento que a veces la mezquindad del corazón no permite verlo, es decir, la mayoría quiere solamente solucionar sus problemas particulares y si se piensa desde esa lógica resulta que si el presidente no me ha solucionado mi problema personal, entonces yo me declaro opositor.
Hablando de trampas, el golpe contra Lugo hace recordar algunos episodios desestabilizadores que hubo en Ecuador. ¿Se puede decir que ya está superado?
Felizmente sí, pero hay que estar atentos a estas trampas donde caen lamentablemente los sectores indígenas o de obreros, tal como ha pasado en Paraguay o está pasando en Bolivia. Es importante destacar algo en relación al golpe contra Lugo, algo que a mí me sorprendió fue la adhesión del presidente de Colombia. Eso habla de que tenemos identificada una corriente, una tendencia, y que los tiempos han cambiado. Esta solidaridad viene de un presidente que no ha estado alineado con la corriente de liberación de los pueblos, más bien ha sido político atado de manos o hipotecado por la posición del ex presidente Álvaro Uribe. Respalda esta visión mi propia experiencia. Yo tuve la posibilidad de estar en la reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Bolivia, y pude ver el extraordinario apoyo del pueblo sencillo, humilde, hacia nuestros mandatarios. Solamente cuando uno sale y verifica, puede contar los hechos sin que otros te lo anden diciendo. El presidente Correa por ejemplo, fue a Bolivia y le aplaudieron tanto los bolivianos, el pueblo pobre, aborigen, que parecía que querían que fuese el presidente de Bolivia. En el fondo creo que la corriente tiene algo muy importante que es firmeza en sus convicciones, en sus apreciaciones y conceptos. Esto es lo que más claro está y ahí es donde aparece la incomodidad de otros. Porque ¿a quién le resulta incómodo un Correa o un Morales? Yo creo que son los mismos que buscan cualquier mecanismo que sea para sacarlos del poder y hacer que se vuelvan a su casa. De ahí que este tipo de reuniones en realidad lo que hacen es finalmente cohesionar.
¿Cómo es la situación de los pequeños medios en relación con los monopolios de la comunicación?
Ha ocurrido un hecho muy interesante. Los denominados pequeños, o sea, los comunicadores y periodistas que no estuvieron visibilizados y que se limitaban a reflejar y replicar el pensamiento dominante y nunca estuvieron en la palestra de lo público, hoy han tomado protagonismo. Es el protagonismo de la llamada corriente de la comunicación popular. Por ejemplo, normalmente a estas citas internacionales sistemáticamente se invita a periodistas que nunca habían estado en una sala de prensa como ésta y que ni siquiera han estado cercanos a la tecnología. Hoy mismo muchos periodistas ven esto y no saben cómo tomar la señal por ejemplo, o sea, hay una brecha tecnológica, pero también se debe a la misma causa, a que el conocimiento estuvo en cierto modo dominado, mantenido, por los medios grandes que quieren mantener el statu quo.
Desde ese lugar se insiste con la falta de libertad de expresión ¿hay razones para ello?
Bueno, los medios grandes no les permiten hablar a sus propios periodistas o comunicadores y son los mismos que reclaman libertad de expresión al presidente Correa, Yo creo que en Ecuador nunca antes había existido un ambiente así de libertad; ahora, si muchos medios o periodistas confunden libertad de expresión con insultar, las cosas tienen que ser puestas en su lugar y ser sometidos a proceso legal y eso no les gusta para nada. Incluso yo quisiera remarcar en el tema de los periodistas y los medios de comunicación pequeños que antes éramos un parlante, un eco, un espejo de los medios grandes y ahora es como que se están liberando. A mí eso me parece estratégico porque está en juego el poder comunicarnos, hecho que reemplaza lo que antes se hacía desde una élite hacia la gran masa y entonces la gente creía todo lo que esos grandes medios le decían, como si fuese una verdad absoluta. En Ecuador, por relatar una anécdota simbólica, existe un diario llamado El Comercio, y la gente, para relacionarse con el medio escrito siempre usa El comercio, es como una muletilla, no es que lo diga el periódico, simplemente se ha introducido en el hábito de la gente.
¿Cómo encara su tarea, de acuerdo a qué perspectiva o declaración de principios?
Es menester actuar de acuerdo a la concepción que se tiene. Yo creo que los periodistas y los medios de comunicación estamos llamados a decir la verdad, aunque a veces ponemos nuestra subjetividad, nuestro interés particular o familiar. Nuestra perspectiva es que nos vinieron mintiendo todo este tiempo, esta es la verdad. Los pequeños medios van a contar lo que han vivido aquí a diferencia de los grandes medios que solamente hacen su nota de 30 segundos con el hecho tan exacto de las declaraciones de equis mandatario. Van a decir lo que he visto acá, en una ciudad que se parece a la de nuestro país, que nos hemos encontrado con la novedad del centro de prensa, que hemos estado cerca de los cancilleres, que no han sido dioses, es sólo que no hay cómo entrevistarles porque hay una jerarquía por el tema de seguridad porque al fin y al cabo son autoridades, pero que lo importante es que mientras en el hotel estaban reunidos los presidentes, tomamos entrevistas en la calle y la gente habló con total libertad sobre su apoyo a Cristina Fernández. Esto reafirma que la base popular de apoyo a estos presidentes latinoamericanos existe. Si no fuera por eso, ya se habrían ido a la casa, tal como pretenden los sectores que han sido lesionados, los tradicionales, históricos, que han manejado como su hacienda o su casa y han perdido bastante desde que están estos gobernantes.
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