La Corte Suprema de la Nación confirmó por primera vez un fallo de femicidio después de rechazar el recurso presentado por la defensa de Francisco Quiroga, que asesinó y descuartizó a su expareja María Rita Valdez, de 23 años y madre de dos chicos, en la provincia de Catamarca. La mujer lo había denunciado en cinco ocasiones y la Justicia había elaborado cuatro notas de resguardo para que el hombre no se acercara a María. La última había sido librada dos días antes de que la mujer desapareciera.

En la tarde del 5 de marzo de 2013 apareció descuartizado el cuerpo de María Rita Valdez en el dique El Jumenal, que se encuentra a tres kilómetros de San Fernando del Valle de Catamarca. Su femicida es Francisco Andrés Quiroga, de 53 años, apodado “Negro La Carpa”, expareja de María.

En julio de 2014 la Cámara en lo Criminal de Primera Nominación de Catamarca, con la firma de los jueces Fernando Esteban, Fabricio Gershani y Mario Morabito, condenó a Quiroga a “prisión perpetua” por “homicidio agravado por femicidio”. La defensa del condenado fue a la Corte provincial, pero se rechazó la presentación. Su abogado, Víctor García, insistió y llegó hasta la Corte Suprema con un recurso de queja, que fue tomado como por “no presentado” y, por ende, rechazado. El fallo lleva la firma de los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco y Carlos Fayt, que así dejaron firme la condena contra el femicida.

Si bien María había denunciado en reiteradas ocasiones las agresiones de Quiroga, las medidas judiciales nunca se cumplieron. El 3 de febrero de 2013, un mes antes de que apareciera muerta, la justicia dispuso que se “arbitren las medidas necesarias para resguardar la integridad física y psíquica de María Rita Valdez”, y lo comunicó a la comisaría de la zona, con restricción de acercamiento para Quiroga. El 28 de febrero –dos días antes de desaparecer–, pese a la restricción, María volvió a presentarse en la Unidad Judicial para denunciar a Quiroga, que había ido a su casa a pedirle plata: “Dame plata porque yo tengo al nene”, le dijo. Con esta presentación se inició una nueva investigación, con otra nota de resguardo.  En solo 14 meses se habían librado cuatro notas de resguardo a la comisaría. 

“Mamita, ya vuelvo, voy a buscar pañales y leche para Santino en la Terminal”. Esas fueron las ultima palabras que María  Valdez le dijo a su mamá Teresita  Barros antes de salir de su casa en la tarde-noche del 1.º de marzo de 2013. “El día que dicen que yo estaba con María cuando ella desaparece, me encontraba en mi casa con mi hijo y me quedé hasta el otro día, que salimos como cualquier día normal. Es todo”, dijo el femicida durante el juicio. Pero la justicia secuestró de su casa dos sables color naranja con mangos negros, un serrucho que el condenado argumentó que usaba para “cortar zapallo”, hisopos, vendas y objetos que, según él, eran de su “querido profesor de boxeo”.