Plato Lleno es una red de voluntarios que se dedica a recolectar la comida sobrante de distintos eventos con los que se vincula y donarla a comedores, merenderos y a otras instituciones que necesiten ayuda. El proyecto nació hace seis años en Buenos Aires, y luego en diciembre de 2015 se asentó en Mendoza. Actualmente cuenta con 40 voluntarios activos y desde que se fundó en la provincia ya recolectó 60.000 kilos de alimento.

“Nuestra tarea es ser un vínculo”, afirma Sebastián Serer, uno de los referentes mendocinos de Plato Lleno. Junto a Diego Salguero, este jueves 24 de agosto los dos activistas recibieron una distinción por parte de la Cámara de Diputados de la provincia, como reconocimiento  a su compromiso con los más necesitados.

Según el diputado Pablo Priore, la distinción de la cámara permitirá difundir más la iniciativa y lograr que un mayor número de asociaciones “se acerquen a ellos para interactuar y de esta manera llegar a cumplir en mayor medida este fin social”.

Actualmente, la comida recolectada por la red se reparte entre 10 y 15 comedores, merenderos, hogares y escuelas, entre las que se encuentran el CAE Rinconcito de Luz (Luján), la Fundación Carmela Fassi (Las Heras) y la escuela Comandante Espora del Barrio San Martín (Capital). La organización se encuentra limitada por las condiciones bromatológicas que se deben garantizar para asegurar la aptitud para el consumo de los alimentos recolectados.

“Muchas veces nos han contactado de Valle de Uco o de San Rafael para realizar rescates, pero la verdad que se nos hace muy difícil llegar desde la ciudad, sobre todo por una cuestión de logística y bromatológica”, explica Salguero. Para poder funcionar, la red precisa voluntarios que vivan en la zona donde se brinda la ayuda. “A nosotros nos encantaría que la red se difunda en toda la provincia, podríamos brindarles todas las herramientas y la experiencia que tenemos, pero necesitamos que residan en el lugar”, continúa el activista.

Para recolectar las donaciones, cada uno de los voluntarios tiene un kit de rescate con elementos descartables que utilizan para trasladar la comida “en perfectas condiciones bromatológicas”, dice Salguero. La comida que se rescata es aquella que no fue puesta en platos o bandejas y cuenta con los controles correspondientes. Es un requisito necesario, ya que el riesgo de contaminación en los alimentos aumenta cuando a estos los manipulan un número grande de personas.

Hoy Plato Lleno funciona en Argentina -donde tiene equipos constituidos en Mendoza, Buenos Aires y San Martín de los Andes-, Brasil, Paraguay, Costa Rica y Colombia. En el proyecto participan empresas de catering, centros de exposiciones, salones de fiesta, hoteles, personas particulares y organizadores y productores de eventos. Recolecta cualquier tipo de comida y no tiene ningún tipo de costo para el solicitante del rescate.

Para contactarse con la organización se puede visitar la página de la delegación local en Facebook: Proyecto Plato Lleno Mendoza, o bien acceder al portal institucional: www.platolleno.org.