La ciencia lo dice: Mendoza debe cambiar su huso horario

Investigadores del Conicet explicaron que la luz natural no sirve solo para ahorrar energía, sino también para realizar actividades cotidianas en un estado de alerta que no se da durante la noche. La solución sería atrasar una hora el reloj.

La ciencia lo dice: Mendoza debe cambiar su huso horario

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Unidiversidad / Mariano Rivas

Publicado el 18 DE MAYO DE 2018

“Es tremendo ver a los padres manejando dormidos y llevando a los niños a la escuela con una almohadita atrás. Es la imagen más clara de lo que está pasando”. Este ejemplo, ilustrado por una especialista en el aprovechamiento de la luz natural, se repite todos los días en Mendoza durante cada otoño e invierno.

Son seis meses en los que los mendocinos que salen a trabajar y estudiar en la mañana lo hacen en un horario que no es beneficioso para su reloj biológico. Con ese eje, y también incorporando la materia pendiente del ahorro energético, este viernes se realizó una exposición en el Conicet para concientizar e incentivar acerca del cambio del huso horario en la provincia.

Andrea Pattini, directora del Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía (Inahe), fue la principal encargada de exponer, y lo hizo junto al resto del Grupo de Iluminación Natural Sustentable de ese instituto.

Actualmente en la Argentina se aplica el huso horario UTC−03:00. Lo que este grupo de investigadores propone, con base en evidencia tomada de diversos estudios, es que, al menos en Mendoza, se pase al UTC-04:00. Esto significa atrasar una hora los relojes.

 

La investigadora Andrea Pattini expuso los motivos para atrasar una hora el reloj en Mendoza. Foto: Victoria Gaitán.

 

Motivos biológicos

¿Cuál es la principal razón para afirmar que no es óptimo el huso horario que se aplica actualmente? Pattini señaló que, cuando nos levantamos con la luz del sol, “la activación circadiana de nuestro sistema biológico en general es mucho más eficiente”.

“Eso genera en toda nuestra actividad un sistema de alerta positivo que va a evitar innumerable cantidad de acciones en nuestro comportamiento como humanos. Hay que recalcar que esa activación circadiana, si nosotros llegamos a la oficina de noche y prendemos la luz artificial, no tiene ni la característica espectral ni la potencia luminosa de la luz natural, por lo tanto no se activa adecuadamente el sistema circadiano.

Los ritmos circadianos son cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo diario y que responden, principalmente, a la luz y a la oscuridad en el ambiente de un organismo. Dormir por la noche y estar despierto durante el día es un ejemplo de un ritmo circadiano relacionado con la luz. Los ritmos circadianos se encuentran en la mayoría de los seres vivos, incluidos los animales, las plantas y muchos microbios diminutos, según informa el sitio web de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de Estados Unidos.

 

Foto: Victoria Gaitán.

 

Menos consumo energético

Reducir el gasto de energía es otra de las razones de peso para atrasar el reloj durante el invierno y así aprovechar mejor la luz solar. Sin embargo, como remarcó la directora del Inahe, eso no se logra solo con la modificación del huso horario. La diseñadora industrial hizo énfasis en la necesidad de modificar los diseños del hábitat urbano para llegar a una optimización del recurso solar.

La otra pata que no puede faltar es la modificación de nuestras costumbres. Así lo explicó Pattini: “Apagamos las luces cuando no las necesitamos. Si yo para ver y para sentirme bien tengo un ingreso adecuado de iluminación natural, no necesito prender la luz”. La costumbre de entrar a una habitación y prender la luz como primera acción “es un hábito que tenemos que empezar a pensar y reflexionar al respecto”, concluyó.

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