La Confederación General del Trabajo (CGT) definirá durante la próxima semana cuál será la fecha elegida del próximo paro de trabajadores. Desde la central nacional quieren que sea entre el 4 y 6 de abril, pero en Mendoza elevarán un petitorio para que se realice el 30 de marzo, fecha simbólica para la lucha sindical. Mientras tanto, la CGT minimizó los enfrentamientos e internas que ocurrieron durante la marcha del martes 7.

La protesta general contra las medidas económicas del Gobierno no fijó la fecha del próximo paro por 24 horas. Es que el 7 de marzo, la congregación de miles de personas en la Ciudad de Buenos Aires terminó con disturbios, golpes y corridas entre las distintas partes de la CGT, justamente por la falta de definiciones de la cúpula sindical.

A nivel nacional, ahora especulan elegir entre los días 4, 5 y 6 de abril, a partir del acuerdo alcanzado en la reunión de mesa chica del martes 8 en Obras Sanitarias. La decisión final se conocerá el próximo martes 14 de marzo, después de la votación en la reunión del Consejo Directivo.

Pese a la falta de determinación, el reclamo también se repitió en Mendoza durante la tarde del martes 7. La CGT local se expresó masivamente por las calles céntricas hasta culminar en Casa de Gobierno. Frente a 5000 manifestantes, Luis Márquez, titular de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y secretario general de la CGT Mendoza, anunció que solicitará a la filial nacional que la fecha del paro se fije para el 30 de marzo.

La elección del penúltimo día del mes guarda fuerte simbolismo para la central sindical mendocina. Es que el 30 de marzo de 1982, la CGT Brasil (el ala más combativa) se movilizó en todo el país contra el gobierno militar de Leopoldo Galtieri para pedir el regreso de la democracia. La protesta fue duramente reprimida por las fuerzas policiales, con varios heridos de bala y, en Mendoza, la muerte de un manifestante, José Benedicto Ortiz, quien se convirtió en un símbolo de lucha social.

En la marcha de Mendoza, la CGT local pidió que la fecha del paro nacional sea el 30 de marzo. Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes. 

Semana caliente

La jornada más complicada fue la del martes 7, cuando la CGT y la CTA se unieron a distintos gremios y sindicatos para expresar su descontento contra la gestión del gobierno de Mauricio Macri. Si bien en Mendoza la protesta se desarrolló con normalidad, en la Ciudad de Buenos Aires hubo incidentes, corridas y golpes ante la indecisión de las centrales obreras para definir la fecha del paro nacional contra Macri.   

Desde la CGT se despegaron de esta situación y aseguraron que los desmanes fueron ocasionados por un sector minoritario, encabezado por referentes y grupos vinculados con el kirchnerismo. El triunviro de la central Héctor Daer atribuyó los hechos del martes a "una minoría minúscula que no pertenece al movimiento obrero y funcionales al anterior gobierno de turno", mientras que Pablo Moyano, secretario adjunto del Sindicato de Choferes de Camiones (Sichoca), recalcó que "su gobierno fue el que más precarizó a los trabajadores".

Uno de los recientes cuestionamientos a la central sindical gira en torno a la falta de unidad para definir el plan de lucha y las posteriores medidas de fuerza. El triunviro Carlos Acuña negó internas y peleas dentro del sindicato y minimizó los desmanes ocurridos durante la última marcha. "Estamos fortalecidos y unidos, siempre va a haber diferencias porque somos dirigentes que podemos tener posiciones distintas", manifestó en una entrevista para Clarín ayer, 9 de marzo.