La caza afectó la diversidad genética de los guanacos durante los últimos 2000 años

El trabajo, basado en estudios de ADN en restos óseos de poblaciones del noreste de la Patagonia, aporta nuevos datos para entender la evolución de este mamífero. La investigación la lleva adelante un equipo internacional liderado por especialistas del Conicet.

La caza afectó la diversidad genética de los guanacos durante los últimos 2000 años

El trabajo fue realizado por un equipo internacional y liderado por especialistas del Conicet. Foto: argentina.gob.ar

Investigación

Unidiversidad

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Publicado el 11 DE NOVIEMBRE DE 2024

Un estudio reciente, realizado por especialistas del Conicet y la Universidad del Norte de Texas (Estados Unidos), reveló cómo la presión ejercida por los grupos humanos a través de la caza habría afectado la diversidad genética de las poblaciones de guanacos en el noroeste de la Patagonia durante el Holoceno Tardío (hace aproximadamente 2000 años). Mediante estudios de ADN realizados a restos óseos extraídos de sitios arqueológicos e históricos, el equipo científico logró demostrar que se produjeron cambios genéticos importantes en estos animales debido a la disminución significativa de sus poblaciones y a la consecuente fragmentación de los grupos que antes estaban conectados y que, debido a la presión de los cazadores, fueron quedando aislados unos de otros.

“El impacto ocurre porque, al estar las poblaciones separadas, se reduce el intercambio genético entre los individuos, lo que disminuye la variabilidad genética. Con menos diversidad genética, las poblaciones se vuelven más vulnerables a factores como enfermedades o cambios ambientales, lo que afecta su capacidad de adaptarse y sobrevivir”, explica Cinthia Abbona, investigadora del Conicet en el Instituto de Evolución, Ecología Histórica y Ambiente (Idevea, Conicet-UTN), y una de las responsables del estudio.

El equipo científico comparó muestras de ADN de 23 restos de guanacos que habitaron en la región Altoandino-Patagonia y el Monte durante los últimos 2000 años (las muestras más modernas son de 200 años atrás), y descubrieron la existencia de siete “haplotipos”. “Un haplotipo representa una combinación específica de variantes genéticas en una región del ADN, que se transmite de generación en generación sin recombinarse. En nuestro estudio, utilizamos haplotipos del ADN mitocondrial, que se hereda exclusivamente por vía materna. Este tipo de ADN nos permite rastrear linajes maternos y reconstruir relaciones evolutivas entre individuos y poblaciones. Al comparar los haplotipos entre diferentes muestras, podemos estimar la diversidad genética dentro de una población y entre poblaciones. Además, nos ayuda a inferir la historia demográfica de la población, como la persistencia de ciertos linajes, la desaparición de otros y la posible ocurrencia de eventos de migración o aislamiento”, explica la científica.

Durante su análisis, el equipo de especialistas observó “haplotipos compartidos”, lo que indica continuidad genética, y “haplotipos únicos”, lo que sugiere eventos de diferenciación, aislamiento y/o extinción de ciertos linajes maternos. En el estudio se identificaron haplotipos en muestras de más de 1000 años y en otras más recientes, de menos de 1000 años. De los haplotipos detectados, tres estaban presentes en ambas regiones estudiadas, Altoandino-Patagonia y Monte, lo que sugiere que, en el pasado, estas poblaciones estaban conectadas. Sin embargo, en los últimos 1000 años, se identificaron otros tres haplotipos exclusivos de la región Altoandino-Patagonia. Estos haplotipos, que no aparecen en las muestras anteriores, podrían ser el resultado de mutaciones genéticas que surgieron debido a la fragmentación de la población. “En las muestras correspondientes al segundo período de comparación (guanacos de menos de 1000 años), estos haplotipos únicos podrían estar reflejando la fragmentación de las poblaciones y la pérdida de flujo genético o conectividad entre los grupos”, explica la científica.

El trabajo fue realizado por un equipo internacional y liderado por especialistas del Conicet. Foto: gentileza especialistas

La investigación es crucial para entender cómo las actividades humanas han influido en la biodiversidad de las diferentes especies a lo largo de la historia, en este caso el guanaco, y brinda información que puede resultar útil para elaborar estrategias de conservación en la actualidad. “Actualmente, estamos desarrollando un proyecto con el objetivo de incorporar muestras modernas de guanacos provenientes de las regiones de Cuyo y del norte de la Patagonia para entender eventos más recientes en su población. Buscamos ampliar nuestro entendimiento sobre los eventos recientes que las han afectado. La adición de estas muestras nos permitirá evaluar la diversidad genética actual y compararla con los patrones observados en las muestras antiguas, que ya hemos analizado. Al integrar estos datos, podremos detectar posibles cambios evolutivos o demográficos, tales como alteraciones en la frecuencia de ciertos haplotipos o la aparición de nuevos linajes. Esto nos ayudará a investigar si factores como migraciones, cambios ambientales, presión por caza, o incluso manejo por parte de grupos humanos, han influido en la estructura genética de las poblaciones en tiempos recientes. El análisis de estos datos permitirá no solo evaluar la continuidad genética, sino también detectar procesos adaptativos o de fragmentación poblacional que pudieran estar en curso, y proporcionar una imagen más completa de la evolución reciente de los guanacosen estas regiones”, concluye la investigadora.

Fuente: Conicet Mendoza

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