Historias encerradas: “La carrera me encontró a mí”

Gustavo tiene 37 años, una hija mayor y tres niños más chicos. Hace más de cinco años que está en el Penal; cursa el tercer año de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública y el segundo año de Derecho. Habló con Edición UNCUYO sobre su experiencia como estudiante en el Programa de Educación Universitaria en Contexto de Encierro (PEUCE).

¿Cómo llegaste al PEUCE?

Acá llegué sin haber terminado la secundaria, tenía la primaria completa y había hecho por ahí algunos años salteados de secundario, pero no lo había terminado todavía. Decidí terminar el secundario por una cuestión de aprovechar el tiempo en algo. Después apareció la oportunidad de seguir estudiando con el tema de la universidad, ya estaba instaurado el programa universitario, y para seguir aprovechando el tiempo. En principio fue de esa manera, aprovechar el tiempo en otra cosa, de no prestar atención a lo que pasaba acá. Después de haber ingresado fue como que me atrapó, como que me agarró el gusto realmente por estudiar algo que en principio ni sabía que me iba a gustar y terminó siendo algo muy importante. La verdad que hoy estoy bastante comprometido, avanzando bien y estudiando.

Contaste que podrías acceder a la libertad condicional. ¿Qué pensás hacer con tus estudios?

Hasta no recibirme no paro, ya está. De algo que no pensé nunca que me iba a suceder, que me iba a interesar, como que me lo topé por una cuestión "de prepo", después terminó siendo algo que me marcó. Encontré un propósito de vida, algo que tiene que ver con el conocimiento, con la ciencia. Aparte, en la ciencia política hay como una conjunción de cosas que hace que por ahí, con esa vida que supe llevar siempre de poca rutina, de que no me aguantaba la cotidianeidad de las cosas, y con esa variedad que me permite incursionar en varias cosas, sea ideal para mí. Siempre digo que la carrera me encontró a mí.

¿Cómo tomó tu familia que comenzaras a estudiar?

Era algo impensable, están más sorprendidos que yo, pero el que lo vive acá soy yo, la verdad. En la calle como que ven la cosa, pero sufren más que vos estés preso. Obviamente, con todas las felicitaciones y el apoyo. Por ahí mi familia siempre supo que yo tenía el potencial, pero en realidad no lo aprovechaba para algo como esto.