Jóvenes “hoy” que trazan un “después”

Por Adriana Hunau

Jóvenes "hoy" que trazan un "después"

"El 'todo ya' anula la capacidad de demora y de proyecto", dice Adriana Hunau, Coordinadora del Departamento de Apoyo al Estudiante y Orientación Vocacional de la UNCUYO (Foto: Axel Lloret)

Sociedad

Especial Legajo millennial

Unidiversidad

Lic. Adriana Hunau - Coordinadora del Departamento de Apoyo al Estudiante y Orientación Vocacional UNCUYO

Publicado el 25 DE JUNIO DE 2017

Por Lic. Adriana Hunau - Coordinadora del Departamento de Apoyo al Estudiante y Orientación Vocacional UNCUYO

 

En quienes están próximos a egresar del secundario, las dudas, los temores y la incertidumbre se reiteran, más allá de los tiempos. Se trata de resolver quién ser y qué hacer. Algunos pueden hacerlo desde su propio deseo; otros, desde lo que se espera que hagan, y otros, desde sus posibilidades y limitaciones.

Hay un hoy que marca con características de época este momento de búsqueda. ¿Subjetividad de época? Búsqueda del éxito, el consumo, el valor de la imagen, la ligereza, lo instantáneo, el puro presente, tecnología que marca la cotidianeidad, falta de certezas, miedo a quedar afuera, relaciones lábiles. Son rasgos y conductas que impregnan la situación de elegir vocacionalmente, de buscar trabajo, de tomar decisiones.

Todos estos aspectos se juegan en contextos de inequidad, desigualdad y precariedad laboral. Así escuchamos, desde  las propias voces de los chicos que nos consultan, que salir de la secundaria es un salto al vacío, que quieren una carrera “corta, rápida y que dé trabajo”, que les permita viajar, que no saben cómo estudiar y que los padres les dicen que deberían dejar los celulares.

Frente a expectativas irreflexivas, no pensadas y dadas desde la inmediatez al tomar contacto con aquello que enfrentan, aparecen la frustración, la decepción, se dejan estudios y se intentan otros. Se vive con una particular concepción del tiempo en la que predomina el vértigo, la aceleración. Esto se traduce en una no capacidad de espera, sin dar lugar a los procesos. Esta vertiginosidad también se expresa en que todo es efímero y descartable, no hay un tiempo para pensarse ni detenerse.

El “todo ya”, tributario de vivir el “ahora”, anula la capacidad de demora y de proyecto, y atenta contra trazar un “después”. Es innegable que muchos de estos aspectos rigen la vida de los jóvenes hoy, pero hacer esto abarcador y extensivo a un gran colectivo juvenil nos dejaría en una mirada parcial, fragmentada y sin considerar a muchos otros que no encajan en este escenario.

¿No será que esta “subjetividad de época”, lejos de caracterizar masivamente a jóvenes y adolescentes, es privativa de algunos sectores? El reconocimiento de las diferencias requiere pensar que hablar de jóvenes no es referirse a un todo homogéneo, sino que coexisten subjetividades que responden a diferentes condiciones de vida. Por ello, al momento de pensar el después, es indispensable contemplar los diferentes puntos de partida de los estudiantes.

Desde la práctica profesional nos preocupa  escucharlos, reconocer su derecho a elegir y acompañarlos para armar un proyecto de vida que contemple alternativas, que puedan apropiarse de sus posibilidades hoy, que puedan encontrar  respuestas a la pregunta “¿Qué es lo mío?”, que año a año reiteran. Nuestro desafío es acompañar sus búsquedas, habilitar espacios y tiempos que permitan dar lugar al ser, al pensar versus el actuar, que puedan navegar no sólo en la pantalla sino en la vida real, y así poder ensayar y anticipar modos de habitar la vida.

Creo que apuntalar esperanzas que trasciendan los condicionamientos del hoy puede permitirles trazar un después desde lo posible de este momento. Y en esta búsqueda, rescato algo que dice Eduardo Galeano: "Y los días se echaron a caminar. Y ellos, los días, nos hicieron. Y así fuimos nacidos nosotros, los hijos de los días, los averiguadores, los buscadores de la vida".

edición u 20, millennials,