Jakapil kaniukura, el primer dinosaurio bípedo y acorazado de Sudamérica descubierto en la Patagonia
Los fósiles fueron encontrados por especialistas del Conicet. El espécimen contaba con hileras de huesos dérmicos que lo protegían a modo de escudos y habitó la región hace cien millones de años.
Reconstrucción de "Jakapil kaniukura", el primer dinosaurio tireóforo de su tipo para Argentina y para Sudamérica. Créditos: Mauricio Álvarez y Gabriel Díaz Yanten (paleogdy)
Una especie de dinosaurio bípedo y acorazado de la familia de los tireóforos se halló por primera vez en Sudamérica. Los fósiles fueron descubiertos por los especialistas del Conicet Sebastián Apesteguía y Facundo Riguetti, y por Xabier Pereda Suberbiola, de la Universidad del País Vasco, en la localidad de Cerro Policía, provincia de Río Negro, y su análisis se describió en la revista Scientific Reports.
Al ejemplar de la novedosa especie lo denominaron Jakapil kaniukura, términos del lenguaje mapuche-puelche, en tributo al habla de las culturas ancestrales y presentes del norte de la Patagonia.
La especie habitó esa región hace casi cien millones de años (periodo Cretácico Tardío). Era un pequeño dinosaurio herbívoro y bípedo, de brazos cortos, de un metro y medio de longitud y entre cuatro y siete kilogramos de peso. Pertenece al grupo de los tireóforos o dinosaurios acorazados, cuyo rasgo más distintivo era la presencia de varias hileras de huesos dérmicos (asociados a la dermis de la piel) en forma de escudos que protegían el cuello, el lomo y la cola del animal, algo similar a lo que se observa en los cocodrilos actuales.
“Nuestro hallazgo es importante por varios motivos. Por un lado, Jakapil amplía el registro fósil conocido en la región y nos permite entender un poco mejor el ecosistema prehistórico de nuestra tierra, y específicamente, del antiguo desierto de Kokorkom, hoy norte de la Patagonia”, indicó Riguetti, primer autor del trabajo y becario doctoral del Conicet en el Centro de Estudios Biomédicos, Ambientales y Diagnóstico (Cebbad, Universidad Maimónides) y en la Fundación de Historia Natural Félix de Azara.
Facundo Riguetti, primer autor del estudio, excavando en el Área Paleontológica de La Buitrera, en la Provincia de Río Negro. Créditos: Sebastián Apesteguía
“Por otra parte, esta nueva especie representa un linaje de dinosaurios tireóforos previamente desconocido en Sudamérica. Los tireóforos se originaron hace unos 200 millones de años y evolucionaron rápidamente en varias especies distribuidas por todo el mundo. Sin embargo, de estos primeros tireóforos, el linaje representado por 'Jakapil' fue el único que perduró hasta al menos unos 100 millones de años atrás”.
Trabajo de campo
Los primeros restos fósiles del ejemplar de la especie Jakapil kaniukura se colectaron en 2014, y hasta 2020, el equipo de trabajo siguió obteniendo más huesos fosilizados para reconstruir su estructura. Apesteguía, investigador del Conicet en la Fundación de Historia Natural Félix de Azara y también autor del trabajo, destaca que el Área Paleontológica de La Buitrera, donde se halló el nuevo dinosaurio, es una región donde afloraba el desierto Kokorkom.
“Como es característico de los desiertos, no muchos animales tenían las condiciones necesarias para habitarlo, por lo que en ese lugar se suelen hallar muchos fósiles de pocas especies”, explicó.
Cuando, en 2012, Apesteguía recorrió esa zona, dio con dos huesos pequeños y misteriosos, con muchas arrugas, que parecían de un cráneo. “Sin embargo, al estudiarlos, no pude hallar explicación, y encima estaban sueltos”, explicó el científico.
Fragmento fosilizado de huesos dérmicos que, como “escudos”, brindaban protección al dinosaurio "Jakapil kaniukura". Créditos: Facundo Riguetti
Hacia 2014, el rompecabezas comenzó a completarse. “Nos hallábamos buscando fósiles en el área y, como siempre, varios esqueletos maravillosos llamaban nuestra atención, por lo que debimos dividir al equipo para preparar su extracción. Uno de los esqueletos mostraba dientes extraños, con pequeñas cúspides, y en un bloque había aparecido una mandíbula de peculiares características”, destacó Apesteguía.
Y continuó: “Por suerte, en nuestro equipo se encontraba Facundo Riguetti que se hallaba realizando su tesis sobre dinosaurios ornitisquios acorazados, un tema escasamente estudiado en la Argentina, y rápidamente reconoció que se trataba de uno de los materiales de su interés. A partir de ese momento, comenzó el camino para identificar una especie completamente desconocida para mediados del Cretácico sudamericano”.
Rasgos llamativos
Al ser una especie nueva de un grupo de dinosaurios que ni los investigadores pensaban encontrar en Patagonia, muchas de las características del esqueleto de Jakapil les resultaron novedosas y muy llamativas.
“La armadura del cuello de este dinosaurio es particular y protegía esa zona delicada de los ataques de depredadores. Los huesos que se conservan de los brazos nos muestran que estos eran diminutos, algo que, en el resto de los tireóforos, cuadrúpedos en su gran mayoría, no ocurre”, enfatizó Apesteguía.
Sebastián Apesteguía, también autor del hallazgo, en el área paleontológica de La Buitrera. Créditos: Pablo Destito
Los dientes también son muy raros, aseguró el investigador del Conicet. En general, los dinosaurios herbívoros tienen dientes en forma de hoja, y son muy similares entre la mandíbula superior y la inferior, pero en Jakapil son diferentes.
“Los dientes superiores son rectos, pero los inferiores están algo curvados hacia atrás. Además, los dientes tienen mucho desgaste, lo que nos dice que podían procesar el alimento más eficientemente que los otros tireóforos de su tipo”, explicó. “Pero la característica más llamativa de ese animal es la cresta en la parte inferior de la mandíbula, desconocida para todos los otros tireóforos, y que es la que le da nombre a la especie ("kaniukura" en mapudungún, idioma mapuche, significa cresta de piedra). Si bien su función es desconocida por el momento, no parece estar relacionada con una mayor musculatura mandibular, lo que podría sugerir funciones más relacionadas con la exhibición”, continuó.
El descubrimiento del Área Paleontológica de La Buitrera, hace veintitrés años, resultó una puerta a un mundo desconocido de animales fósiles, de pequeño y mediano tamaño, que vivían a la sombra de los más grandes dinosaurios. “Durante ese tiempo, dimos a conocer nuevos dinosaurios, cocodrilos terrestres, serpientes con patas, lagartos y sus primos, los esfenodontes, así como diminutos mamíferos de dientes de sable, tortugas y peces pulmonados”, aseguró Apesteguía.
Ilustración del "Jakapil kaniukura". Créditos: Daniel Boh
La mayoría de estos animales no han sido hallados en otros lados, dado que solo La Buitrera tiene las condiciones para un tipo de fosilización adecuadas para preservarlos.
“Jakapil es un pequeño y rarísimo dinosaurio, y, evidentemente, le gustaba transitar los ambientes desérticos. Por eso pudo preservarse y darse a conocer 100 cien millones de años después. Para los argentinos y argentinas, Jakapil completa, en una vasta sucesión de hallazgos, la letra faltante para nuestro alfabeto de dinosaurios, y podemos, por primera vez, mostrar un abecedario de dinosaurios que vivieron en la Argentina”, concluyó Apesteguía.
Fuente: Conicet
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