La selección islandesa de fútbol participará por primera vez en un Mundial de Fútbol. La isla colonizada por los vikingos alrededor del año 874, cuenta con 340.000 habitantes. Obtuvo un Récord Guiness por ser el combinado con menor población en llegar a una cita ecuménica. Fue tras vencer 2 a 0 a Kosovo en las clasificatorias europeas.

Su figura

Gylfi Sigurdsson es la carta más fuerte que tiene Islandia en esta competición. Tiene 28 años y lleva 56 partidos en su selección, con 17 anotaciones. En la actualidad defiende la camiseta del Everton de Inglaterra.

Los 23 convocados

El 11 de mayo, Heimir Hallgrimsson presentó la lista definitiva de los convocados a Rusia 2018. Ellos son:

Porteros: Hannes Halldorsson (Randers), Runar Alex Runarsson (Nordsjaelland) y Frederik Schram (Roskilde).

Defensores: Ari Freyr Skulason (Lokeren), Hordur Magnússon (Bristol City), Hólmar Orn Eyjolfsson (IFK Norrkoping), Sverrir Ingi Ingason (Rostov), Ragnar Sigurdsson (Rostov) y Birkir Már Saevarsson (Valur).

Mediocampistas: Samuel Fridjónsson (Valerenga), Johan Berg Gudmundsson (Burnley), Arnór Ingvi Traustason (Malmo), Aaron Gunnarsson (Cardiff City), Ólafur Ingi Skúlason (Kardemir Karabukspor), Gylfi Sigurdsson (Everton), Emil Hallfredsson (Udinese), Birkir Bjarnason (Aston Villa) y Kari Arnasson (Aberdeen).

Delanteros: Bjorn Bergmann Sigurdsson (Rostov), Rúrik Gíslason (Sandhausen), Alfred Finnbogason (Augsburgo), Jon Dadi Bodvarsson (Reading) y Albert Gudmundsson (PSV).

Mejor jugador de la historia

Eidur Gudjohnsen vistió desde 1996 a 2016 la camiseta de su país. Jugó 88 partidos y convirtió 26 tantos, convirtiéndolo en el máximo goleador de la historia del seleccionado. A nivel clubes defendió las casacas del Chelsea de Inglaterra y el Barcelona de España, entre otros.

Historia del Festejo Vikingo

Cuando escuchamos hablar de Islandia y el Mundial se nos viene la imagen del festejo realizado por los jugadores tras conseguir la clasificación. Aquí es protagonista el técnico del país. En 2016, dentista de profesión, tuvo una reunión con los fanáticos más característicos del fútbol islandés. En esa reunión, les manifestó su preocupación porque en los partidos del combinado había muy poca gente y, a través del festejo vikingo y la comunión entre la ciudadanía y el fútbol, los estadios comenzaron a llenarse.