Tras casi seis meses de confinamiento a causa de la pandemia por COVID-19, el agotamiento mental comienza a manifestarse. No solo los adultos padecen el estrés provocado por no poder desarrollar una vida “normal”, sino también los niños, niñas y adolescentes. Víctimas del cansancio y el hartazgo de estar encerrados en casa, los jóvenes en etapa escolar se llevan una de las peores partes: miedo, inseguridad y frustración son algunas de las secuelas que el encierro les está dejando. Miguel Conocente, psicólogo y director de la Dirección de Orientación y Apoyo Interdisciplinario a las Trayectorias (Doaite), perteneciente a la DGE, dialogó con Unidiversidad y explicó de qué manera la cuarentena afecta a los chicos y cómo poder acompañarlos desde el rol de adultos.

“Algunas de las consecuencias que vamos observando son niños tristes, irritables, oposicionistas. También hay dificultad para la realización de las tareas. En el caso de los adolescentes, vemos mucho enojo, frustración, especialmente en alumnos que están cursando su último año de estudio, ya que tenían otras expectativas: socializar más, vivir situaciones especiales, como ir a su cena de egresados o hacer la presentación de buzos, etc.”, afirmó.

Son múltiples los factores traumáticos que está dejando este hecho sin precedentes al que tuvimos que adaptarnos casi instintivamente. El psicólogo aseveró que, para hacerle frente a esta situación, es fundamental que los adultos acompañen y contengan a los niños. Asimismo, recomendó ser cauteloso con el tipo de información que circula en los hogares.

“Esto es importante porque los niños no procesan igual que los adultos la información que nosotros manejamos. Si por momentos estamos con incertidumbre, asustados o confundidos, imaginemos cómo estarán los chicos. Por lo tanto, este es un asunto que debemos tramitar entre adultos y no a través de los pibes, porque, si no, los dejamos solos y ahí nos enfrentamos a un problema mucho mayor que un virus”, finalizó Conocente.

Egresados 2020: la promoción de la pandemia

Presentación de buzos, cena o viaje de egresados, son algunas de las situaciones de las que quieren ser parte la mayoría de los estudiantes secundarios de Mendoza. Sin embargo, el 2020 se presenta como un año particular en todos los ámbitos, incluyendo a la educación.