Investigación de Conicet identifica una actividad neuronal asociada a la impulsividad
El estudio se basó en un modelo experimental que fue publicado en eLife. El trabajo abre caminos para mejorar la comprensión de ese comportamiento característico de las adicciones y otros trastornos.
Foto: Gerd Altmann /Pixabay
La impulsividad es un rasgo normal de la personalidad y también es habitual que se acentúe durante la adolescencia, pero niveles elevados de esa forma de actuar se relacionan con una predisposición a desarrollar adicciones, y en algunos casos puede constituir una manifestación de condiciones neuropsiquiátricas. Conocer el modo en que se combinan múltiples factores ambientales y biológicos para dar origen a ese comportamiento podría ser útil para mejorar su tratamiento.
En este contexto, especialistas del CONICET lograron detectar una actividad neuronal asociada a la impulsividad en un modelo experimental. El trabajo se publicó en la revista eLife y por su relevancia María Cecilia Martínez, una de las integrantes del equipo, ganó el prestigioso Premio Ben Barres que otorga una organización sin fines de lucro asociada a esa publicación y que fue fundada en 2011 por el Instituto Médico Howard Hughes, de Estados Unidos, la Sociedad Max Planck, de Alemania, y el Wellcome Trust, del Reino Unido.
“Nuestro trabajo demuestra que las neuronas del estriado, una región del cerebro, codifican información relativa al nivel de impulsividad”, afirma Martínez, primera autora del trabajo e investigadora del CONICET Instituto de Fisiología y Biofísica Bernardo Houssay (IFIBIO-Houssay, CONICET-UBA). Y continúa: “Se requieren muchos más estudios para plantear posibilidades terapéuticas en condiciones donde la impulsividad puede haberse convertido en un problema de salud, pero conocer los circuitos neuronales involucrados en la impulsividad normal es un avance significativo”.
Control de la impulsividad
En animales (ratas) los especialistas del IFIBIO-Houssay estudiaron la actividad neuronal del estriado, una estructura del cerebro que está involucrada en el control motor, el desarrollo de hábitos y la predicción de recompensas y que también se la ha asociado a la estimación de tiempo. En humanos, se observan alteraciones funcionales de esta región cerebral en muchas condiciones neuropsiquiátricas como la enfermedad de Parkinson, el síndrome de Tourette, el síndrome de hiperactividad con déficit de atención y el trastorno obsesivo-compulsivo.
(Foto: Autores y autoras del estudio: Marcos Coletti (izq.), Gustavo Murer, María Cecilia Martínez, Mariano Belluscio y Camila Zold. Fuente: Prensa Conicet)
En este estudio, los investigadores e investigadoras registraron la actividad de neuronas del estriado de ratas adultas y adolescentes durante el aprendizaje de una tarea. Para obtener una recompensa los animales debían esperar unos segundos (evitar la impulsividad) antes de entrar a un lugar o “puerto” y realizar una secuencia de tareas o movimientos. Los adolescentes eran más impulsivos que los adultos.
“Un hallazgo clave de nuestro estudio es que la actividad del estriado durante la espera crece más rápidamente en los adolescentes que los adultos. Nuestra interpretación es que los adolescentes tienen una expectativa mayor de recibir la recompensa a un tiempo menor de espera, y que eso se relaciona con su impulsividad”, indica Mariano Belluscio, director del trabajo e investigador del CONICET en el IFIBIO-Houssay.
“Otro dato importante es que la impulsividad parece ser heterogénea. Cada tipo de impulsividad podría ser mediado por distintos circuitos neuronales y eventualmente su tratamiento debería ser diferente. En este contexto, la tarea que nosotros estudiamos mide la impulsividad en la realización de una secuencia de acciones muy automatizada, y este tipo de impulsividad podría ser particularmente relevante como factor de vulnerabilidad para las adicciones”, destaca Gustavo Murer, también director del estudio e investigador del CONICET en el IFIBIO-Houssay. Y continúa: “Estudios adicionales nos permitirán caracterizar en más profundidad los circuitos neuronales y neurotransmisores involucrados en la regulación de la impulsividad”.
“Estoy muy contenta de haber recibido el Premio Ben Barres. Es un honor, sobre todo por las ideas y el legado de Ben Barres quien hizo avances muy destacados en el campo de las neurociencias y luchó por los derechos de las mujeres, el colectivo LGBTIQ+ y las minorías”, señala Martínez. Y agrega: “Además, la distinción supone recursos necesarios impulsar nuestra línea de investigación.”
Del estudio también participaron Camila Zold, investigadora del CONICET, y Marcos Coletti, becario doctoral del CONICET, ambos del IFIBIO-Houssay.
Fuente: Prensa Conicet
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