Alberto Fernández le bajó el pulgar a Portezuelo y se abren los interrogantes

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Además, ante una consulta, señaló que los ministros más afines a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner trabajan "coordinadamente" con los demás funcionarios dentro del Ejecutivo. Los matices en el marco de la coalición oficialista volvieron a ponerse en escena en los últimos días luego de duras críticas formuladas por el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés "Cuervo" Larroque. Manzur pidió no darles "mucha trascendencia" a las diferencias y buscó minimizarlas: "A veces las expresamos de una manera, y a veces, de otra", señaló, y remarcó que es "el Presidente el que decide cuándo hay un funcionario que ha cumplido una etapa y darle otro nivel de gestión".

"Dentro de nuestro espacio, hay visiones distintas. Respetamos las distintas posturas, no odiamos a nadie", reafirmó el jefe de Gabinete en su contacto de esta mañana con la prensa.

Durante la conferencia de prensa, también se manifestó el ministro de Defensa, Jorge Taiana, que estimó que, según su entender, "lo que se debate (en el Frente de Todos) es cuál es la mejor forma, el mejor ritmo, para salir adelante, sabiendo que hay una serie de dificultades y que el borde es fino". Si bien, durante el primer tramo de la reunión de Gabinete, se alimentaron especulaciones en torno a la ausencia del ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, esas lecturas quedaron disipadas con la llegada del funcionario cerca de las 9, cuando finalmente pudo resolver un inconveniente familiar relacionado con una situación de salud de uno de sus hijos, según consignaron fuentes oficiales.

Ayer, el propio jefe de Estado repitió tres veces que "nadie es dueño del Gobierno", sino que "es del pueblo", en lo que también fue interpretado como una respuesta a los dichos de Larroque. En tanto, esta mañana, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, descartó que pueda producirse una ruptura en el Frente de Todos (FdT) por las diferencias internas, cuestionó las críticas y puso el acento en que "hay muchas cosas por hacer" en una Argentina signada por el paso de una gestión como la de Mauricio Macri, una pandemia de coronavirus y una guerra, en referencia al conflicto en Ucrania.