Integrar, una historia de luchas y travas

Sobre la visita de Lohana Berkins a Mendoza, el estudiante universitario, Agustín Silvestri, traza un panorama del significado de la reciente ley de identidad de género. Salir del agujero interior. 

Integrar, una historia de luchas y travas

Sociedad

Unidiversidad

Agustín Silvestri. Estudiante de Filosofía de la UNCuyo.

Publicado el 20 DE MAYO DE 2012

La aprobación en el congreso de la Ley de Identidad de Género significa, así como la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario, un hito en la historia de la lucha donde, entre los temas, figuran los de las mismas leyes dichas. 

¿Qué representa aquella gloriosa votación en el Congreso de la Nación? Tal vez sea un cambio de paradigma en lo social y lo cultural; tal vez estas leyes lleven a ese mismo cambio cultural; o tal vez sea una mezcla de las dos cosas. Pero lo importante es que no debe haber vuelta atrás a menos que sea solo para contemplar, conocer la historia, saber de dónde se viene, y si se debe buscar lo que en el pasado se ha quedado estático y se deba terminar.

Este cambio paradigmático en lo social, en lo cultural, en lo cotidiano y sin duda en lo político, no solo quiero verlo en estas últimas cosas sino que lo quiero ver a nivel personal e individual; y esto va casi a modo de confesión. No bastan leyes para discutir temas, batallarlos para cambiar cosas en la sociedad, si no cambian todas e individualmente cada una de las personas que la componen. 

El pasado viernes 18 de mayo de 2012 cuando en el Cine Universidad se proyectó el documental “Furia Travesti. Una historia de Travajo” en el momento en que terminó de hablar la principal disertante, Lohana Berkins, (protagonista en la lucha por ese reconocimiento indiscutible de derechos y responsable de una cooperativa de textiles que busca des-marginalizar a las travestis) dije casi en voz alta: “¡Qué tipa!”. ¡Eso es pensamiento!...
 
Esa misma tipa es una militante efectiva de ideales que, se pensaba, no podían tener lugar dentro de este sistema seco y podrido para todo tipo de humanismo. Hasta llegué a pensar que cuando uno sea grande, ya que a mí me falta, esa persona es un referente de lo que uno debe llegar a ser.

Del mismo modo que busco ser como aquellos que políticamente han sido abanderados de esos derechos; y se sabe de quienes estoy hablando, ¿no se sabe?, basta decir que están desde el 2003 y con eso digo todo. Si anteriormente me referí a los temas que tratan esas dos leyes sancionadas como “entre los temas” es porque aun quedan muchos temas por ser tratados; muchos temas por los que luchar. 

Batallarlos en todos lados, por mi parte lo digo desde la juventud y se lo digo a la no tan juventud y hasta la que no lo es por completo (quizás sea la persistencia por esas luchas lo que a uno lo mantiene renovado). Bien ha hecho y hace esta universidad, la UNCuyo, y la Secretaría de Bienestar Universitario de la misma, en buscar ese cambio social. 

Pero es en este mismo ámbito estudiantil y en todos los otros del país, no solo en la calle, donde se debe llevar a cabo esa lucha. Y digo lucha porque si en una lucha hay dos bandos es porque hay otros que siguen con los mismos pensamientos retrógrados de siempre, y me refiero a estudiantes, profesores y profesionales y los que ingresarán al estudio en los próximos tiempos. 

Es, entonces, que muchos queremos esa lucha para que se puedan ver muchas Lohanas; muchas de esas poderosas mentes en el sector del trabajo, en el Universitario, en el Arte y en lo Político; lugar desde donde se deben dar más y más leyes que logren cambiar las pequeñas cabezas de unos cuantos.