El decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCUYO, Roberto Vallés, contestó a las críticas que un grupo de aspirantes, padres y estudiantes hicieron al sistema de ingreso a la carrera para el ciclo 2014. Negó la existencia de una reducción de horas y de contenidos en el curso de nivelación que ofrecen, así como que los exámenes fueran más difíciles que los del año anterior. Y recalcó que la facultad no tienen capacidad educativa para implementar un ingreso irrestricto, lo que, entiende, atentaría contra la calidad de la educación que reciben los futuros profesionales.

Históricamente, el ingreso a la carrera de Medicina tuvo un cupo de alumnos que rondaba los cincuenta, salvo durante el gobierno del radical Raúl Alfonsín, cuando fue irrestricto. Luego se volvió a implementar el antiguo sistema, aunque en 2008 el cupo ascendió a 120 estudiantes y en el 2013, tomando el crecimiento poblacional del 10 por ciento establecido por el Censo de 2010, esa cifra se elevó a 132 jóvenes.

En 2014 el sistema cambió. Con la aprobación del Consejo Superior, se eliminó el cupo de ingreso y a partir de este año todos los aspirantes que rindieron bien los exámenes ingresaron a la carrera.

Pese al cambio, las protestas continuaron. La razón fue que este año aprobaron los exámenes solo 104 chicos y chicas. Un grupo de jóvenes, padres y estudiantes aseguró, en una entrevista concedida a diario Los Andes, que ingresaron menos aspirantes que en 2013, porque el curso de nivelación fue más corto y con menos contenidos, y que los exámenes fueron más difíciles que en años anteriores.

Sentado en la oficina del decanato, lugar en el que permanecerá hasta agosto, cuando asuma un nuevo decano, Vallés contestó a las críticas y recalcó que no existió ninguna traba para el ingreso, y que la única condición fue que los chicos y chicas tuvieran los conocimientos mínimos que se requieren para comenzar la carrera.

Quienes criticaron el sistema destacaron dos aspectos fundamentales: que el curso de nivelación fue más corto y con menos contenidos, y que los exámenes tuvieron un nivel de dificultad más grande que los del año pasado.

En cuanto al primer punto, Vallés negó que el curso de nivelación haya sido más corto que en otras oportunidades, así como que se redujeran los contenidos. Explicó que en 2008 el curso tenía una duración de tres meses y luego se extendió a cinco meses, con una instancia presencial, ya que deben asistir a clases sábado por medio y seis horas semanales, tres los martes y tres los jueves.

En cuanto al segundo punto, el decano recalcó que no hicieron exámenes más difíciles que en años anteriores sino que, por el contrario, teniendo en cuenta que este año ingresarían todos los que aprobaran, se solicitó expresamente que los contenidos de nivelación debían ser los del secundario, tomando como referencia los colegios que dependen de la UNCUYO. A esto se sumó la exigencia de que las respuestas a las preguntas debían estar en los cuadernillos que se les entregaron a los jóvenes.

Vallés recalcó que la expectativa que tenían era que ingresaran alrededor de 140 estudiantes, pero solo 104 lograron pasar las pruebas de biología, física y química, cada una de las cuales cuenta con un recuperatorio.

“Yo no restrinjo el derecho de ingresar a nadie, no selecciono quién ingresa y quién no”, recalcó Vallés.

Para el ingreso 2014 se presentaron 1700 aspirantes, 300 más que en 2013. De ese total de estudiantes, los que quedaron en situación de rendir, porque pasaron una instancia de orientación vocacional, fueron 1400, de los cuales rindieron el primer examen 850.

Vallés explicó que, entre la inscripción y el primer examen, les tomaron dos parciales no vinculantes –es decir que no excluyentes–, con la intención de que se ambientaran y supieran el tipo de examen que les tomarían. En el primer caso se presentaron 529 aspirantes y solo aprobaron 29; en el segundo, rindieron 186 y solo aprobaron 21.

Quejas y pedidos

Luego de los exámenes de ingreso, el decano recibió tres notas. La primera fue de una madre, cuyos hijos rindieron mal el segundo examen, quien solicitó otra oportunidad. La misma estaba acompañada por un escrito de los jóvenes. La tercera nota que recibió fue de un grupo de aspirantes y de estudiantes de la carrera de Medicina, solicitando que el curso de nivelación se extendiera a ocho meses y que tuviera horarios más flexibles.

Vallés explicó que analizarán el pedido de los estudiantes y la posibilidad de extender el curso, siempre y cuando exista presupuesto para esto. Actualmente se invierten 270 mil pesos en la nivelación gracias a una asignación que otorga la Universidad, es decir que no sale del presupuesto de la Facultad de Ciencias Médicas.

Consultado sobre la razón por la cual no implementan el ingreso irrestricto a la carrera, Vallés explicó que no tienen capacidad educativa para eso y que el sistema se basa en grupos pequeños, donde la relación alumno-docente no sea mayor de 2 o 3 a 1.

Para el decano, este sistema es la única forma de lograr egresados de excelencia, así como que el 98 por ciento de los jóvenes que ingresan terminen efectivamente la carrera. “Creo que se deben considerar tres parámetros: el ingreso, la permanencia y el egreso. De nada sirve que dejemos ingresar a todos y después no se reciban”.

El decano recalcó que la forma de hacer docencia en la facultad es de “excelencia”, lo que, aseguró, quedó demostrado con las acreditaciones que lograron de Coneau y del Mercosur, con las máximas calificaciones.