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05 DE NOVIEMBRE DE 2024
Un informe preliminar de dos organismos de las Naciones Unidas encargado por el gobierno sanjuanino sobre el derrame de cianuro en la mina confirma que, si bien el agua es apta para el consumo humano, el cauce del río Potrerillos está contaminado. Esto perjudica la vida acuática.
Los organismos compararon fotografías tomadas antes y después del derrame.
Unidiversidad / Camila Balter
Publicado el 14 DE DICIEMBRE DE 2015
El Equipo Técnico Multidisciplinario (ETM) del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) relevó los resultados del monitoreo realizado en San Juan a partir del derrame de cianuro. El organismo describe: “El 13 de septiembre de 2015 se produjo un incidente ambiental en la Mina Veladero con motivo de la liberación de una cantidad no determinada de solución rica originada en el Sistema de Lixiviación en Valle (SLV) con destino al río Potrerillos. A partir de entonces UNOPS y el PNUMA realizaron visitas de campo y recibieron la solicitud del Ministerio de Minería para evaluar la calidad de los cuerpos de agua en el área de influencia del incidente".
En tanto, el organismo internacional aclara en el “Estudio sobre la calidad de los cuerpos de agua en el área de influencia de la mina Veladero, posterior al incidente ambiental del 13/09/15” que “la toma de muestras, procesamiento de resultados y análisis de la información fueron realizadas por el ETM de UNOPS y el PNUMA, mientras que la labor analítica ha estado a cargo de la firma ALS CORPLAB contratada por UNOPS. Asimismo, se ha contado con el apoyo del Instituto Nacional de Limnología (INALI) para la elaboración del estudio limnológico”.
Los organismos, que no cuentan con aval entre los ambientalistas, tomaron 165 muestras entre el 5 de octubre y el 1.º de noviembre de los ríos Potrerillos, Las Taguas, La Palca, Blanco y Jáchal, en un tramo de 200 kilómetros que se dividió en cinco zonas y que va desde la mina Veladero hasta aguas abajo del embalse Cuesta del Viento. El 10 de diciembre concluyó “totalmente con las actividades de campo y se han recibido y procesado hasta un 68 % de las muestras tomadas en ocasión de las cuatro campañas llevadas a cabo en las siguientes fechas: del 5 al 10 de octubre, del 20 al 22 de octubre, 27 de octubre y del 29 de octubre al 1.º de noviembre”.
El informe advierte "valores de cianuro por debajo de niveles guía para consumo humano, con tendencia decreciente y aparición progresiva de valores más elevados de cianatos, que resultan compatibles con la degradación de cianuro desde el momento inicial de incidente ambiental” en la zona 0. Asimismo, confirma que “se han presentado valores anómalos de metales (aluminio, arsénico, cadmio, cobre, hierro, manganeso, plomo y cinc)”.
Es decir, que según sus conclusiones, el agua, en todas las zonas, es apta para el consumo humano. Sin embargo, lo que más alarmó a los vecinos de las ciudades cercanas y a los ambientalistas fueron los análisis de los sedimentos recientes hallados en el cauce del río Potrerillos de hasta 15 centímetros de espesor y de entre 10 y 15 metros de ancho. En ellos se identificó "la presencia anómala de cianuros totales y tiocianatos". Las fotos que los autores acompañaron e ilustran este artículo son contundentes sobre el cambio en la topografía del lugar.
Reconoce: “las anomalías geoquímicas detectadas, y particularmente el gran incremento de la turbidez de la columna líquida por el aporte de sedimento, representan un impacto sobre la vida acuática, el cual a partir de los resultados de los estudios limnológicos se encuentra en un proceso de recuperación”. Dicho impacto consiste en “signos de estrés y recuperación de las comunidades de fitoplancton, zooplancton, fitobentos y macroinvertebrados bentónicos”.
Finalmente, el PNUMA “recomienda la extensión en el tiempo de los estudios de monitoreo sobre aguas superficiales y subterráneas durante un término de doce (12) meses a fin de contar con la data que permita su evaluación durante, al menos, un (1) ciclo hidrológico”. Y aconseja “al Ministerio de Minería a fin que se proceda a la brevedad con las siguientes acciones:
a) Confinamiento de aguas superficiales y subterráneas mediante barreras hidráulicas (como por ejemplo, la activación de las bombas de contingencia BCRP) y bombeo de dichos líquidos al SLV;
b) Confinamiento mediante construcción de un dique de tierra para evitar el transporte hídrico de sedimentos;
c) Remoción de los sedimentos depositados en la planicie aluvial del río Potrerillos, aguas abajo de la descarga del Canal Norte, a fin de evitar el transporte fluvial de contaminantes;
d) Disposición de dichos sedimentos en el SLV;
e) Luego de la remediación ambiental del área, contemplar la evaluación de la implementación de un programa de revegetación de vegas a fin de permitir la más pronta recuperación del ecosistema impactado.
f) Considerando que la descarga de contaminantes procedentes del SLV ha traspasado las barreras de contención diseñadas para el proyecto Veladero, se considera pertinente recomendar a la autoridad minera que desarrolle un estudio de riesgo orientado a evaluar la necesidad de reformular el sistema de barreras actualmente existente”.
El relevamiento por zonas
En la zona 4, que comprende el tramo aguas arriba del dique Cuesta del Viento y el río Jáchal aguas abajo del dique, no se han encontrado variaciones en la calidad del agua ni se ha hallado presencia de compuestos de cianuro.
En la zona 3, correspondiente a las aguas del río Blanco y a las tomas de agua correspondientes a las localidades de El Chinguillo, Malimán y Angualasto, cuyas fuentes corresponden a ambientes geomorfológicos diferentes al río Blanco, no se han registrado evidencias de variaciones en la calidad de sus aguas ni presencia de cianuro.
En la zona 2, correspondiente al tramo del río Las Taguas desde su confluencia con el río Turbio hasta su desembocadura en el río La Palca y el curso del río La Palca hasta su confluencia con río Blanco, no se han encontrado variaciones en la calidad del agua ni se ha hallado presencia de compuestos de cianuro.
Por otra parte, en términos generales, pueden advertirse impactos asociados con el incidente ambiental en las zonas 0 y 1. Estos son de naturaleza física, asociados con la presencia de una significativa cantidad de sedimentos en la zona 0, así como de naturaleza química en cuanto a la presencia de trazas de cianuro y sus productos de degradación, y también de ciertos metales.
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