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04 DE NOVIEMBRE DE 2024
El impacto de la pandemia, que implica la interrupción de la educación formal en la región, terminó de agrandar aún más la brecha económica y educativa, según el último Foro de Políticas Educativas. Más de 160 millones de niños y niñas no han podido asistir a la escuela.
Foto: el ciudadanoweb.com
Foro Regional de Políticas Educativas
Publicado el 15 DE NOVIEMBRE DE 2020
La exclusión y la inequidad en América Latina y el Caribe se agudizaron de manera alarmante con la pandemia, tras el cierre de la educación formal en casi todos los países de la región. Por lo tanto, la infancia está en crisis y el futuro para niños y niñas se ve aún más complicado, según las conclusiones del IV Foro Regional de Políticas Educativas realizado entre el 9 y el 12 de noviembre.
Los responsables de la educación de los países de América Latina y el Caribe se reunieron virtualmente, convocados por la UNESCO, para discutir acciones de educación inclusiva para la región más desigual del mundo.
Así, autoridades y representantes de 24 ministerios de Educación de América Latina y el Caribe participaron, junto a expertos en educación inclusiva del mundo académico y de organismos internacionales, de la edición 2020 del Foro Regional de Políticas Educativas sobre Inclusión y educación en tiempos de post-pandemia.
Basándose en los hallazgos de la primera edición para América Latina y el Caribe del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (Informe GEM), publicado el 5 de noviembre, los formuladores de políticas y expertos reflexionaron sobre el desafío de la inclusión educativa en la región, cuando apenas faltan 10 años para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 y mientras la gran mayoría de los países continúan sufriendo el impacto de la pandemia de COVID-19. Claudia Uribe, Directora de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la UNESCO, resumió así el problema, durante la ceremonia de apertura del foro: “La inclusión y la equidad siguen siendo una tarea pendiente en nuestra región, un tema que en este contexto se ha hecho más profundo y evidente, y cuya atención cobra una renovada urgencia”.
La educación como antídoto para la desigualdad
Según un reporte publicado en agosto de este año por la UNESCO, más de 160 millones de niños y niñas no han podido asistir a la escuela en América Latina y el Caribe a causa de la crisis sanitaria que provocó la pandemia. En otras palabras, la COVID-19 profundizó las brechas educativas en la región, que ya era la más desigual del mundo: en 21 países, el 20 por ciento de estudiantes de sectores socioeconómicos medios y altos de la población tiene en promedio cinco veces más posibilidades de terminar su formación secundaria que el 20 por ciento más pobre.
En particular, la pandemia puso en riesgo la infancia de 767 millones de niñas, quienes durante el confinamiento son más proclives a absorber el trabajo doméstico y a sufrir violencia intrafamiliar; 11 millones de ellas tal vez nunca regresen a la escuela. “La pandemia provocó una interrupción sin precedentes en la educación en nuestra región y nos ha dejado al borde de una catástrofe generacional”, afirmó Pablo Cevallos Estarellas, Director de la Oficina para América Latina del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE UNESCO), entidad anfitriona del Foro.
“Al mismo tiempo, esta crisis ha estimulado la innovación en el sector educativo, con nuevas soluciones tecnológicas de educación a distancia. Sin embargo, la diferencia en acceso a las modalidades de enseñanza impartidas durante los cierres de las escuelas creará más desigualdades a largo plazo”, dijo Cevallos Estarellas. Según el experto, este efecto paradójico de las innovaciones tecnológicas debe servir de advertencia para no perder de vista que los escenarios educativos futuros deben ser indisociables del imperativo de no dejar atrás a nadie. “Por eso, necesitamos educar más y mejor en nuestra región, porque la educación es un excelente antídoto contra la desigualdad”, concluyó.
El Foro Regional de Políticas Educativas reunió en total a 162 referentes en educación de toda la región, que durante cuatro días de reflexión y debate elaboraron más de 40 recomendaciones fundamentales para la construcción de una educación verdaderamente inclusiva, entre las cuales se destacaron las siguientes:
Acortar la brecha digital es una necesidad urgente
Reducir la brecha digital es una prioridad para los expertos, “sobre todo pensando en que la reapertura de las escuelas probablemente se dará con restricciones y en formatos de educación presencial y a distancia”, como recordó Renato Opertti, de la Oficina Internacional de Educación (OIE-UNESCO). En este sentido, se defendió implementar esta modalidad híbrida de aprendizaje como una integración entre espacios virtuales y presenciales, para promover el desarrollo personal y las competencias digitales tanto en docentes como en estudiantes.
Una educación inclusiva es una educación intercultural
Otro punto destacado fue la necesidad de impulsar procesos etnoeducativos que profundicen el reconocimiento de las particularidades culturales de los pueblos latinoamericanos y caribeños, como su descendencia afroamericana y amerindia. Se reconoció, por ejemplo, la importancia de establecer y generar políticas y estrategias de educación intercultural bilingüe, que den a todos los estudiantes la oportunidad de aprender en su lengua nativa.
Se debe fomentar el trabajo intersectorial y la participación de toda la ciudadanía
“Los ministros y los gobiernos son pasajeros, pero la ciudadanía en sus distintas capas es la que puede hacer exigible una política, que la va a sostener y reclamar”, afirmó la ex ministra de educación de Ecuador Gloria Vidal durante el encuentro, agregando como recomendación la necesidad de un gran debate entre los varios actores de la comunidad educativa, “para la construcción de políticas de Estado, más que de políticas de gobierno”. Según esta experta, la construcción de políticas públicas que contrarresten formas de discriminación en los sistemas educativos debe tener como base además una mirada universal, intersectorial e integral.
En la diversidad está la riqueza
Otro concepto que recorrió el foro fue el de trascender el paradigma de segregación de los sistemas educativos, incorporando la diversidad en todos sus aspectos. Este cambio de enfoque implica que la inclusión no es sólo incorporar a las diversidades sino celebrarlas como oportunidad de construir sociedades mejores. La incorporación de la educación no formal, la sociedad civil, las familias y la voz de los mismos estudiantes, el enfoque holístico de la educación vinculada a otros factores como la salud y el desarrollo social y el aprendizaje de experiencias acumuladas en la región fueron todas recomendaciones de los participantes que giraron en torno al pasaje hacia un paradigma transversal, multidimensional, horizontal y colaborativo.
Sistemas educativos resilientes para superar las crisis
Por último, se remarcó la idea de avanzar hacia sistemas educativos más resilientes, flexibles e inclusivos, que tengan la capacidad de responder a las diversas necesidades, habilidades y características de todo el estudiantado, particularmente durante las cada vez más frecuentes crisis de todo tipo que sufre la región. Como señaló Manos Antoninis, Director del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo de la UNESCO (GEM), “en un mundo que se enfrenta cada vez más a la incertidumbre y la precariedad, la inclusión debe ser un componente central del futuro de la educación”.
Más información
IV Foro Regional de Políticas Educativas: Inclusión y educación en tiempos de post-pandemia
Organizado todos los años desde 2017 por la Oficina para América Latina del IIPE UNESCO, con sede en Buenos Aires, Argentina, el Foro Regional de Políticas Educativas se inscribe en el conjunto de acciones que la UNESCO viene realizando como estrategia de fortalecimiento de los Estados Miembros de la región frente a los desafíos que se desprenden de las metas y los compromisos del ODS 4 y la Agenda Educación 2030.
El encuentro propone cada año un espacio de diálogo, consulta y reflexión de acciones concretas para pensar conjuntamente sobre las implicaciones del ODS 4 y la Agenda Educación 2030 en las políticas educativas de cada país, y para identificar estrategias efectivas de implementación de dichas políticas. “Responde a la vocación de los países latinoamericanos y caribeños, que son parte del sur global, de aprender unos de otros, tanto de los errores como de los aciertos, en el diseño y la implementación de sus políticas educativas, en reconocimiento de nuestras similitudes culturales y socioeconómicas”, explica Cevallos Estarellas.
La edición de 2020 fue organizada conjuntamente por la Oficina para América Latina del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE UNESCO), la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la UNESCO (OREALC/UNESCO), el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo de la UNESCO (GEM), la División de Apoyo y Coordinación de la Agenda de Educación 2030 de la UNESCO, y el Instituto de Estadística de la UNESCO (UIS).
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