Tras conocerse el Proyecto de Reforma Tributaria impulsado por el Gobierno nacional, que estipula la aplicación de un nuevo gravamen al vino, los legisladores nacionales de Unidad Ciudadana, Anabel Fernández Sagasti y Alejandro Abraham, rechazaron la iniciativa y le exigieron al gobernador Alfredo Cornejo que convoque a la oposición para frenar la medida.

En esta misma línea, que advierte las repercusiones negativas que esta medida tendrá la región, se encuentra la Unión Vitivinícola Argentina (UVA), cuyo gerente, Sergio Villanueva, participó de la reunión concretada ayer entre el mandatario, el ministro de Economía, Infraestructura y Energía, Martín Kerchner, y empresarios del sector vitivinícola.

El vinagre de los bodegueros

Para los empresarios la medida es contradictoria, más allá del costo que implica el gravamen al vino. La furia del sector vitivinícola, la crítica de la oposición y la incomodidad de Cornejo.

Tanto los legisladores como el titular de la UVA argumentan que, de aplicarse el impuesto -que haría que el vino pase de tributar 0 % a 17 %- la bebida nacional dejaría de ser considerada "un alimento".

"Esta es una medida para recaudar. El vino es un alimento, el consumo moderado es beneficioso para la salud. En base a esto, la tasa del gravamen debe ser cero. Incluso aplicar el 1 % ya es grave porque esto lo saca del Código Alimentario, se le van a aplicar todo tipo de impuestos. Hay un constante destrato hacia el vino", resaltó Abraham, en Dale!

El legislador señaló, además, que junto con este "motivo conceptual" -considerar al vino un alimento o no- hay "un motivo coyuntural" a tener en cuenta: "Todo decanta en el precio y por lo tanto, en el consumo", explicó; y destacó que esta reforma tributaria implica una "falta de consideración hacia las economías regionales".

En consonancia con Abraham, Villanueva reafirmó que "decir que el vino es una bebida no saludable es un error conceptual; es un desagravio al vino, una campaña publicitaria en contra". Desde la UVA "se está trabajando sobre una estrategia común", aseguró, en relación a la reunión concretada ayer en Casa de Gobierno.

"El gobernador expresó su apoyo total. Marcos Peña abrió una puerta a la negociación. Con el 70 % de la producción y el 80 % del mercado, Mendoza debe tomar las riendas. Debemos dar una respuesta, rebatirlo técnica y científicamente. La otra alternativa es dar batalla en el Congreso pero queremos lograr consenso con el Gobierno nacional y que no nos agredan: no somos la industria de la cerveza ni de la gaseosa", dijo el empresario.

Según datos aportados por Villanueva, los argentinos consumimos unos mil de millones de litros al año. "Teniendo en cuenta este índice de consumo, a $ 80 por botella, son 8000 mil millones de pesos que no ingresan a la economía vitivinícola de cuya totalidad Mendoza representa el 80 %", argumentó.

Desde su anuncio hasta ahora, distintos referentes de la industria vitivinícola -entre otros, productores de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (ACOVI) y la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR)-, se manifestaron en contra de la medida destacando importancia de la industria del vino para Mendoza, debido a que genera mano de obra intensiva y valores culturales.

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