El juez federal Claudio Bonadio sacudió el final de la semana corta con medidas de alto impacto, aunque, en la misma proporción, son decisiones que generan dudas en cuanto a la sustentabilidad jurídica de estos procedimientos. Es la investigación que originó Alberto Nisman sobre el presunto encubrimiento del atentado a la AMIA a través de un convenio con Irán que buscaba, de acuerdo con las inferencias del fallecido fiscal, proteger a los iraníes sospechosos de cometer el crimen terrorista. Bonadio reactivó la causa y logra con estos procedimientos un fuerte posicionamiento público.

A la 1.30, en Río Gallegos, fue detenido el antiguo secretario legal y técnico de los gobiernos kirchneristas y excandidato a vicepresidente, Carlos Zannini.

Horas después, en la localidad bonaerense de Laferrere, arrestaron a Luis D’Elía.

También el juez ordenó el procesamiento y prisión preventiva de la actual senadora Cristina Fernández. Por eso, según Infobae, mandará el pedido de desafuero al Congreso.

Y finalmente, tomó la misma determinación con el autor del memorándum que contenía el acuerdo con Irán, es decir, el excanciller Héctor Timerman, quien cumplirá prisión domiciliaria por encontrarse con su salud deteriorada. También le impuso el procesamiento al legislador kirchnerista Andrés Larroque.