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23 DE DICIEMBRE DE 2024
Los 30 años ininterrumpidos de democracia representan un ciclo inédito en la historia argentina. Desde la sanción de la Ley Sáenz Peña en 1912 hasta la asunción de Raúl Alfonsín en 1983, ningún proceso democrático había alcanzado dos decenios consecutivos. Hoy, nos preguntamos ¿Qué democracia hemos construido?
El proyecto “Identidades, derechos e instituciones. Procesos históricos, jurídicos y sociales de configuración” dirigido por la magíster María Celina Fares y subsidiado por la Secretaría de Ciencia, Técnica y Posgrado de la UNCUYO aborda -desde distintos enfoques disciplinarios- una de las preocupaciones más significativas en las ciencias sociales de los últimos tiempos: los procesos de construcción de identidades, derechos e instituciones, en el marco de los procesos de construcción de la democracia. Fares, como directora de esta propuesta de investigación, desteje los hilos de tal apasionante trama.
¿Es posible pensar a la democracia como un espacio de autonomización y de emancipación de los sujetos?
En un sentido extenso del término democracia, como horizonte de expectativa, sí.
Ciertamente a pesar de todas las limitaciones y deficiencias que los regímenes políticos concretos evidencian a la hora de gestionar lo público en el marco de contextos atravesados por las lógicas del capitalismo de mercado y por la renovada conflictividad local y la desigualdad social, la democracia como régimen político sigue siendo el “espacio-marco” donde el sujeto puede no sólo demandar por el ejercicio de derechos individuales o sociales, sino que además garantiza un sistema de reglas de juego donde es posible la construcción de la política, en el sentido más fuerte del término. Es decir, como generación de poder que construya y aliente mayores márgenes de autonomía para los sujetos.
En este sentido, nuestro equipo de investigación conformado por investigadores de la Facultad de Derecho, de Ciencias Politicas y Sociales y de Filosofía y Letras trabaja indagando esos espacios donde se tejen posibilidades de autonomización, como así también, focaliza los momentos y modos en que esos intersticios se cierran y obstruyen los procesos de autonomización ciudadana y comunitaria.
Lo hacemos desde distintas líneas de trabajo vinculadas a las especialidades de los integrantes del equipo. Por un lado, Humberto López, Cecilia Rodríguez y Ana Brenan lo hacen desde la psicología social y su preocupación por la construcción de identidades sociales y la compleja relación entre los procesos de subjetivación y su vinculación con lo institucional.
Desde la perspectiva de la nueva historia social trabajamos en dos líneas: una referida al siglo XIX en la que se trabaja sobre prácticas judiciales en el tránsito entre el antiguo régimen y el nuevo orden republicano, como lo hace Eugenia Molina; y las contradicciones entre la postulación y la efectivización de derechos que se generan al interior de las elites gobernantes de mediados de este siglo, como lo hace Alejandra Masi.
La otra línea, está relacionada con los nuevos enfoques de la historia intelectual en vinculación con las perspectivas del neo institucionalismo, aquí se enmarcan mis trabajos sobre los tránsitos del nacionalismo en la década del ’60; y los de un grupo de nóveles historiadores como Osvaldo Gallardo y Mauricio Fourcade, que están impulsando la construcción de un archivo de memorias sobre la UNCUYO, que pretende ser un semillero para futuras investigaciones que profundicen los estudios sobre la cultura política mendocina.
Por otro lado, los estudios vinculados al derecho también se abren en dos líneas: una vinculada a las nuevas problemáticas que suscita la aplicación de los Tratados Internacionales en materia de derechos humanos como lo hacen Gabriela Abalos y Nicolás Sosa Baccarelli, así como en la problemáticas que supone la vigencia de un derecho de integración como lo trabaja Silvina Barón Knoll; y otra dirigida por Omar Palermo y sus becario Ezequiel Vacchelli que aplican las nuevas tendencias internacionales del derecho penal, que guardan fuerte incidencia en el foro local en el marco de los juicios por violación de derechos de lesa humanidad, y en el campo de los nuevos estudios sobre violencia de género.
Creemos que hay un número importante de experiencias sociales que aún no han sido suficientemente interrogadas y que pueden movilizar ciertos cambios en sentido “emancipador” de las pautas culturales, sociales, y jurídicas, que rigen nuestra convivencia.
¿Cuáles serían las experiencias sociales que estudiaron?
Desde la historia social de la justicia enfocada a principios del siglo XIX, se abrió la posibilidad de observar la emergencia de sujetos de derecho a través de la construcción de series delictivas que procuran interpretar las formas de control y castigo social en el tránsito entre el orden jurídico colonial y el nuevo derecho penal emergente.
A partir de las consideraciones sobre la historicidad del delito que evidencia cómo la tolerancia de ciertos comportamientos ha variado de acuerdo a los contextos y las coyunturas, en relación al rol de la justicia en un régimen político y su potencial legitimador, se cuestionaron tesis tradicionales de la historiografía tradicional local, muy ligada a los argumentos justificativos de las élites de entonces. Además se indagó en la problemática de los delitos políticos intentando observar cómo la judicialización manifestaba modificaciones en las formas de legitimación del orden institucional vigente y cómo los sujetos desarrollaron identidades diversas en relación con él, según los contextos pero también las coyunturas.
En relación a las propuestas más ligadas a los enfoques de la historia conceptual y contextual se trabajó sobre el significado de libertad de expresión y ciudadanía en la matriz sarmientina de “civilización y barbarie” de mediados del siglo XIX, estableciendo conexiones de larga duración sobre la tensión entre libertad/ coacción, en relación al derecho de expresión. Este mismo tema fue trabajado desde la problemática actual que supone la creación de un sistema interamericano para la defensa de derechos vinculados a la libertad de expresión como lo ha realizado Nicolas Sosa Bacarelli, a través de estudios de casos comparados (México Brasil y Argentina, con el conocido caso Kimel)
Finalmente, desde la perspectiva de la historia intelectual, trabajamos en la reconstrucción de las identidades nacionalistas en su proceso de reconfiguración en el posperonismo que tuvieron impacto en la formación del campo de las humanidades y las ciencias sociales en nuestra provincia. La reconstrucción de las tradiciones historiográficas que circularon a propósito del sesquicentenario nos permitieron establecer la conexión entre los historiadores de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCUYO con la Escuela Sevillana franquista, recuperando itinerarios, trayectorias y tradiciones historiográficas que constituyen un núcleo fuertemente de identidad no sólo de la tradición académica-disciplinar y su impacto en la configuración del campo de la ciencia política, donde tuvieron las diversas versiones del nacionalismo.
Desde estos estudios consideramos oportuno estimular la elaboración de un archivo de historia oral sobre la Universidad Nacional de Cuyo, a través de la realización de entrevistas en profundidad grabadas y filmadas a aquellos profesores, investigadores y gestores cuya trayectoria vital es altamente significativa a la hora de dar cuenta de los cruces entre universidad y política que marcaron la segunda mitad del siglo XX. En este campo hemos iniciado conversaciones con el Licenciado Pablo Agüero a cargo del Centro de Documentación Histórica del SID para ver cómo nos podemos complementar en la tarea de sistematizar y divulgar la propuesta.
Por último, y con fuerte impacto en el ámbito de la aplicación de los nuevos derechos que guardan tan especial relevancia en los análisis de calidad institucional de la democracia, caben destacar tres desarrollos que se realizaron en el marco de nuestro proyecto: en primer lugar los planteos de Gabriela Abalos sobre impacto causado tras la adhesión constitucional argentina a los Tratados Internacionales de Derechos Humanos, sobre todo por la complejidad que supone analizar la cuestión del control de convencionalidad.
En segundo lugar, la sustentable propuesta que Silvina Barón Knoll presentó su defensa de su tesis doctoral vinculada a la relevante necesidad de crear mecanismos jurisdiccionales que regulen las relaciones dentro del Mercosur.
Finalmente la innovación que supuso el planteamiento de Omar Palermo sobre la responsabilidad penal en materia de delitos sexuales, en el contexto de los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura, y las interesantes propuestas que presentó Ezequiel Vacchelli sobre la problemática que dispara la legítima defensa en el contexto de violencia intrafamiliar y de género.
¿Qué rol juega la identidad en estas investigaciones? ¿Qué entienden por este concepto tan complejo?
Este sería el núcleo de nuestra preocupación común. Las dos líneas de trabajo aquí desarrolladas, la histórica y la jurídica, pretenden nutrirse de los aportes que la psicología social -a través de sus enfoques institucionales- nos pueda ofrecer para reflexionar crítica y epistemológicamente acerca los procesos de constitución de las identidades colectivas y de formación de subjetividades, en función de poder definir cómo se configuran histórica y socialmente sujetos de derecho, o su contrapartida cómo se desconocieron determinadas identidades negándoles el ejercicio de derechos dentro de determinadas lógicas institucionales.
Los planteos actuales acerca de la identidad han superado las perspectivas centradas en el individuo para verlo en su relación social, además de pensar a la identidad también como un fenómeno colectivo. Mientras las teorías esencialistas suponen una concepción estática de la identidad, el constructivismo la considera una realidad en constante movimiento, sujeta a los cambios permanentes y propensos a la fragmentación. La idea de que existen “anclajes de la identidad” permite considerar la dinámica, que le quita los rasgos esencialista pero sostiene cierta estabilidad y continuidad en el tiempo.
En esa tensión entre lo individual y lo social es desde donde se aborda la producción de subjetividad, pues es a través del derrotero de la configuración de las identidades sociales donde se puede evitar la extrapolación y la psicologización y observar los procesos en su funcionamiento de “bisagra”. Se trata de una concepción más transversalista, capaz de contener tanto las sujeciones familiaristas y las identificaciones tempranas, como las prácticas actuales, y donde la subjetividad se hace colectiva al situarse la persona en las tramas de relaciones regidas por las diferentes instituciones, por lo que debe entenderse lo colectivo abriendo el gran capítulo de las multiplicidades.
Estas perspectivas, nos permiten devolverle encarnadura al desarrollo de cuestiones teóricas, epistemológicas e incluso técnicas, que en función de la adquisición de instrumentos analíticos cada vez más refinados, suelen olvidar a los sujetos para el cual se construyen.
¿Los resultados a los que han arribado tienen algún impacto en el ámbito jurídico?
La producción de conocimientos y la transferencia de resultados han sido vastas. No sólo la presentación de los papers de trabajo en más de 40 eventos académicos (congresos, jornadas talleres, nacionales e internacionales) sino que se han producido una veintena de publicaciones (capítulos de libros y artículos en revistas especializadas) así como dictado de cursos, conferencias y charlas de grado, posgrado y difusión.
Por último, nos gustaría agregar que las conclusiones de la investigación sobre delitos sexuales durante la dictadura fueron especialmente tenidas en cuenta en el informe que en octubre de 2011 presentó la Unidad Fiscal de Coordinación y Seguimiento de las causas por violaciones a los Derechos Humanos cometidas durante el Terrorismo de Estado, dependiente de la Procuración General de la Nación, titulado Consideraciones sobre el juzgamiento de los abusos sexuales cometidos en el marco del Terrorismo de Estado.
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Proyecto: Identidades, derechos e instituciones. Procesos históricos, jurídicos y sociales de configuración.
Directora: María Celina Fares
Co-directora: María Gabriela Ábalos
Integrantes: Palermo, Omar; Masi, Alejandra; Sosa Baccarelli, Nicolás; López, Humberto Manuel; Rodriguez, Cecilia Inés; Molina, Eugenia Rosa Ana; Ronda, Romina Laura; Vacchelli, Ezequiel; Barón Knoll, Silvina María; Gallardo, Osvaldo; Fourcade, Mauricio.
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